Inwaterland | Chanmin

Seis

Al día siguiente, Chris y Seungmin se encontraron únicamente para hablar y hablar por horas, situados en la orilla del mar, contemplando a este mismo y al cielo tan lindo que sólo se podía distinguir del agua debido a sus tonos más claros gracias al sol que lo iluminaba. El agua brillaba y estaba en calma, una descripción perfecta para describirlos a ellos dos, pues sentían mucha paz y armonía con el otro.
Al día siguiente, el agua estuvo igual de linda, así que no tuvieron mejor idea que ir a nadar para relajarse un rato. Chris se notaba nervioso pero no tanto si se comparaba con el incio, cuando no podía dejar de patalear desesperado para salir a flote. Esta vez solo pudo reír junto a Seungmin quien siempre estuvo ahí brindándole calma de forma prácticamente inconsciente, el menor tranquilizaba y alegraba demasiado a Chris sólo por existir.
En el día después de ese, hicieron un picnic en donde Chan le mostró aún más platillos de comida y utensilios a Seungmin para que se fuera familiarizando con todo eso y se desulmbrara más, convenciendose cada vez más de que a eso se quería dedicar. El mayor no podía evitar sentir demasiada ternura cada que el de mechas rubias se mostraba confundido o curioso por algo, se notaba que estaba muy interesado en la vida terrestre.
Al día siguiente, Chris le llevó fotos de sus tareas que de casualidad tenía en su teléfono para que el menor entendiera cómo funcionaba la escuela y al otro día le mostró fotos de su familia para que la conociera.

Los días siguieron pasando y con estos, Chris se sentía cada vez más cercano con Seungmin. Se veían todos los días, reuniéndose lo más temprano posible en la playa para poder estar ahí durante horas sin que alguien pudiera verlos y hacían cualquier cosa que les entretuviera y gustase, aprovechando también para dar a conocer más de si mismos al otro. Era algo sencillamente mágico, digno de un cuento de hadas, Chris aún no se la acababa de creer pero ahí estaba, yendo todos los días a encontrarse con ese lindo tritón que ya era más bien su prometido (algo en lo que se propuso no pensar mucho).
Los chicos se divertían mucho y se sentían muy a gusto con la compañía ajena, sus conversaciones llegaban a ser increíblemente cómodas y fluidas logrando que en cada ocasión quedaran con ganas de hablar más.

Chris no se podía sentir más agradecido de haber encontrado alguien con quien congeniara tan bien y lo mismo ocurría con Seungmin, quien no podía creer que su relación con un humano estuviera saliendo así de maravillosa.
Sin embargo, y con toda la sinceridad del mundo, por mucho cariño que se estuvieran comenzando a tener, ¿realmente iban a casarse? Para Chris las cosas no funcionaban así y era lógico porqué, pero al menos sentía que realmente podía llegar a enamorarse de ese lindo tritón.

Fuera de sus preocupaciones en cuanto a ese futuro todo era perfecto, salvo por la insistencia de Minho para que me hablara del tema cada que se veía con Chris. Precisamente en ese momento se encontraban en el restaurante de la familia del castaño de cabello corto, comiendo y hablando de manera casi caótica, pero divirtiendose bastante, como de costumbre.

—¡Chris contéstame! —Minho le gritó alto, provocando risas en el otro presente y en el mismo Chan.

—Chismoso esquizofrénico, ¡deja de insistir con eso de la sirena! —se burló Hyunjin y luego retrocedió asustado cuando vio que Minho lo había volteado a ver de una manera amenazante.

—Ya dejen eso, mejor cuéntenme cómo les va a ustedes —comentó el mayor, acomodándose mejor en su silla— Honnie, ¿como vas con el tío de Hyunjin? —preguntó con una enorme sonrisa divertida a lo que el otro mayor también sonrió.

—¡Dejen de recordarmelo! —suplicó exasperado mientras apretaba sus parpados con un puchero de sufrimiento—. Minho es un tiastro horrible, me maltrata —Chris rió ante sus palabras.

—¿Ves por qué no deberías de hablarme mal? Tienes que respetar a tu tío o sino te irá peor —advirtió el segundo mayor con una sonrisita burlona.