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MingHao

Como ya me era costumbre en mi cuarto entraron las concubinas de mi madre que esta mañana debían arreglarme, se debía a que después del desayuno debía ir junto a mi padre para que me presentara a la joven con la que debía tener más adelante un bello matrimonio. No quería, las ganas de hacerlo eran muy nulas y a mí mismo me preocupaba, lo que menos quería era decepcionar a mis padres ya que ellos le ponían todo el empeño por haber en encontrarme una mujer, mi edad ya daba para hacerlo y lo sabía más que nadie y al tener pareja debía prepararme para ser el próximo emperador.

Con el cabello arreglado y mi qipao puesto salí encontrándome en la puerta con mi querido consejero quien hace una reverencia al verme y me habla.

-Príncipe ¿cómo ha amanecido?- personalmente le había pedido que no me llamara Primer Príncipe ya que a mi hermano menor JunHui le decía Segundo Príncipe me molestaba demasiado y no quería que me hablaran de esa manera. O mejor dicho no quería que JunHui me hablara de esa manera. Era una tradición que no podría ser jamás de mi agrado pero mis padres y sus tradiciones vienen de hace bastante y la manera de llamar de esa manera a los príncipes viene de hace siglos atrás.

-Para ser sinceros, mal, no quiero ir y más sabiendo que a ella yo no le intereso ni un poco. Tal vez lleguemos a un acuerdo para no terminar casados- hablé para luego agregar unas palabras más -Tal vez me quede contigo- guiñé un ojo, sabía que la sinceridad en mis palabras fastidiaban a JunHui y de seguro hacía una cara de fastidio que trataba de disimular.

Si describiría los días de su vida de seguro le pondría un título como "El príncipe molesto a quien debo aconsejar" su primer consejo fue que dejara de ser así, ya me conocía demás para saber que lo que le decía era cierto. Dejando atrás la cuenta de eso ya le había dicho muchas veces que quería estar con él, lo hacía todos los días de mi vida y JunHui tenía buen aguante a mi personalidad, ya que llevar seis años al lado mío era un logro en toda su vida, llegó a este lugar con la mentalidad de que seguro el príncipe que le encargarían no sería como yo pero lo primero que le hicieron fue ponerlo conmigo, él mismo me había dicho que pensó así.

-Príncipe por favor, ya estamos yendo con lo mismo- habló serio, sabía que él no quería tener un malentendido conmigo y más de una vez en estos años me había dejado en claro su opinión a lo que le decía, sobre que quiero estar con él y ser suyo. Él no quería y menos conmigo el príncipe heredero a punto de tener su matrimonio.

Lo sabía perfectamente bien, pero no entendía por qué se negaba si luego se dejaba besar y tocar, era confuso toda la situación y en sí también JunHui, es la persona más confusa que conocí en mi vida. Pero desde que lo vi me gustó, mientras caminabamos hacia el cuarto de desayuno lo miraba, tenía unas bellas facciones, facciones que me encantaban, en ese momento quería agarrarlo y besarlo. Como siempre lo hacía al final de cualquier situación que había.

Era mi querido amor no correspondido, ya llevaba los seis años así, seis años encaprichado por la misma persona, seis años que lo beso y toco sin ser correspondido de la misma manera, razón por la cual no habíamos avanzado en nada. JunHui siempre estaba para mí cuando necesitaba de algún consejo o algo, no para besarme como lo deseaba y sabía que ese no era su trabajo pero no importaba.

Él se había encargado de cerrar su corazón para mi desde que me conoció pero lo que implicaba su trabajo no le dejaba ver sus verdaderos sentimientos, lo sé bien, que la manera en la que suele mirarme no eran ojos de orgullo por lo que iba a llegar a ser, eran ojos de amor, un amor que él no quería sentir ni aceptar.

El desayuno de la mañana levemente nublada fue tranquila como siempre, quise salir a dar un paseo en caballo mas este fue negado por el clima de la mañana y que posiblemente lloviera mientras iba, lo que menos querían era que engripara mal. JunHui me decía aquello mientras me hacía recordar como de mal la pasé la última vez que engripé por salir sin ropa en una noche de un viento fuerte, fue una locura total.







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Intentar parar lo inevitable es imposible, lo saben ¿verdad?
Bueno aquí les va una fic más, no pude aguantarme, lo juro por todo que no pude, pero bueno, ya no puedo hacer nada porque allí va.

PríncipeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora