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JunHui

Lo primero que hice al llegar fue separarme del príncipe, necesitaba tomarme un descanso bien lejos suyo, quería hablar con alguien de lo que pasaba conmigo, de como empezaba a sentirme desde "la charla" con SeungKwan.

Este tipo de cosas solía ponerme estresado, cuando no sabía qué hacer, sólo me aislaba sin hablar con nadie más pero esto era raro ya que necesitaba hablar con alguien. Quien no sea el príncipe por supuesto.

Caminé hacia mi habitación, intentando no encontrarme con alguien por el camino, fui muy sigiloso, encontrarme con algún miembro de la realeza por allí era muy raro ya que no acostumbraban a ir hacia las habitaciones de las concubinas y sirvientes.

Con un suspiro y sudando cerré la puerta, sentía que mis ojos se cerrarían en cualquier momento. Las ganas de querer tomar una ducha llegó y lo hice, empecé a desvestirme hasta llegar en el pequeño baño, allí había una pequeña tina que parecía querer desmoronarse en cualquier momento.

Con suaves movimientos entré en el y lo empecé a llenar de agua, un escalofrío recorrió mi cuerpo al sentir lo fría que estaba y eran raras veces en las que podíamos obtner al menos medio litro de agua caliente o tivia para un baño.

Puse en mis manos el pequeño feizao que me quedaba, lo mejor sería ir a ver uno nuevo, probablemente y no hayan muchos ya que eran casi imposibles de poder encontrar al menos un pedazo en venta.

Lo empecé a mover por mi cuerpo que había mojado hace unos minutos, ni siquiera hacían pequeñas burbujas como debería, ni tenían olor, aunque por el príncipe siempre había un olor peculiar en su piel. De seguro y tenía uno con olor.

Oh el príncipe, de seguro y estaba esperando verme para dormir de nuevo hoy con él pero no podía, simplemente no podía darme el gusto de compartir una misma cama con él. No era lo correcto, también quería ir de nuevo, me preguntaba cuándo iba a terminar esto, y tan sólo pedía que pudiera contraer matrimonio con la señorita Song algo que lo veía muy distante.

Hasta el Primer Príncipe tenía a una joven a su lado y cada día la conquistaba más ¿por qué el príncipe MingHao no podía ser así? Normal. Hubieron unas cuantas veces en las que me ponía a pensar quienes fueron sus parejas antes que yo llegara, porque eran muchas las veces en las que los mencionaba, que no se sintió jamás así con alguna pareja suya los cuales fueron hombres.

Cómo hizo para que los emperadores no lo pillaran, dónde se encontraban ahora ellos y qué hacían con su vida luego de terminar con el príncipe. Veces en las cuales no sabía qué hacer y pensaba cualquier estupidez que no iban a tener respuestas o al menos eso creía.

❖ ◦ ❁ ◦ ❖

Para la hora de la cena ya el cuadro pintado por el príncipe estaba colgado en el comedor donde todos lo pudieran ver bien, tan sólo ver la escena que estaba plasmada allí hizo que tuviera un rápido sonrojo.

MingHao aún no venía lo cual era raro, ya que siempre era de los primeros en venir luego lo hacía yo. Y antes de poder pensar en algo más apareció, venía corriendo y con una sonrisa brillante pintada en su rostro ¿a qué de debía tanta felicidad? Creía saber el porqué mas sentía mucho pero tendría que desilucionarlo.

Ese día la mesa estaba muy alegre, todos hablaban y reían, de paso alagando sobre el bello trabajo que hizo el príncipe con las pinturas de colores.

De vez en cuando chocaban nuestras miradas, el guiñaba su ojo mientras yo avergonzado bajaba la mirada sin poder alzarla de nuevo, estaba ligeramente nervioso. Al terminar MingHao pasó de largo en frente mío y lo seguí, caminabamos sólo los dos en un silencio que fue reemplazado por su voz rápidamente.

-Ese cuadro colgado es especialmente para ti, te lo daré cuando salgamos de aquí- me miró con una sonrisa y confundido le devolví mi mirada -Sabes que quiero irme de aquí contigo y no me digas que tú no quieres porque es mentira ¿Cuándo aceptaras lo que realmente sientes?- su mirada se puso a una de decepción, me sentí culpable.
-No sé si podré aceptarlo bien- moví la mirada al suelo, no podía verlo a la cara después de haber dado una respuesta tan ridícula.
-Esperaré por ti cuanto sea Jun, sólo confía en mi es lo único que te pediré- su cercanía fue más mientras llegábamos a su habitación.
-¿No me pedirás dormir contigo?- bromee y su expresión cambió rápidamente a una sonrisa traviesa.
-Claro que lo haré, tonto- sin agregar nada más entrelazó su mano con la mía y entramos en su habitación que estaba levemente a oscuras.

PríncipeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora