Camelias

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Yokohama. 10:00 pm

Llegaron a la casa de la familia Ogai, Chuuya fue guiado por el pequeño azabache con quien había estado hablando durante el vuelo.

El albino le había dicho a Fyodor que le mostrara el lugar mientras ellos decidían que habitación empezaría a ocupar el pequeño pelirrojo.

En estos momentos se encuentran en el estudio.

— Es muy grande. — comentó Chuuya paseando por el lugar.

—Algo. — respondió el niño acomodándose en el escritorio.

El pequeño pelirrojo se acercó a un estante encontrándose con una foto de la familia.

— ¿Por qué Dazai utiliza vendas? — preguntó al mirar como se resaltan unas ventanas por el cuello y brazos del castaño.

— No lo se, no hablamos mucho, así que hay cosas que no se sobre él.

— ¿No se llevan bien? — dejó de mirar la foto para ver al azabache.

— No. Casi siempre estamos peleando. — respondió bajando la mirada

La volvió a subir para hablar de nuevo pero fue interrumpido por el albino que entró en ese momento.

— Fyodor, ya es muy tarde, ve a dormir. — dijo acercándose a los dos.

— Está bien, papá. ¿Y Chuuya-kun? — preguntó viendo al niño.

— Tu padre y yo hablaremos con él en estos momentos, además, Chuuya-kun no debe de tener sueño, en Francia son las tres de la tarde. ¿Verdad, Chuuya-kun? — dijo regalándole una sonrisa.

— Así es señor. — respondió Chuuya con una sonrisa.

— Llámame Fukuzawa. — pidió, Chuuya hizo una reverencia como respuesta, sonrió y volvió su mirada a su hijo. — Ves, ahora ve a dormir.

Fyodor obedeció, salió dejando a ambos solos y el albino volvió a hablar.

— Acompáñame.

Lo guío por el pasillo hasta llegar a la sala, allí ya se encuentran Mori y Dazai.

— Bien, ya estamos todos. — habló el azabache colocando una mano en el hombro del pequeño castaño. — Chuuya-kun, desde hoy compartirás habitación con Dazai-kun — dijo con una amplia sonrisa.

— ¿Estás de acuerdo? — preguntó ahora Fukuzawa.

— Yo... Si él lo está, sí. — respondió viendo a Dazai quien no muestra ninguna expresión.

— ¿Dazai? — preguntó Mori.

— ... Sí. — respondió finalmente viendo a otro lado con los brazos cruzados.

— Entonces, muestra le tu habitación. — Fukuzawa acercó a Chuuya al castaño.

Dazai se le quedó mirando al pelirrojo, comenzó a caminar y Chuuya lo siguió.

— ¿Crees qué se pueda llevar bien con Chuuya-kun? — preguntó el azabache al estar solos y caminó hacia Fukuzawa.

— Claro. ¿Por qué no podría? — preguntó dejando que el hombre lo abrazara por la cintura.

— Sabes como es, y no quiero que después ambos salgan lastimados. — dijo con voz preocupada.

— Yo creo que se llevarán muy bien. — dijo una nueva voz.

— ¿Por qué lo dices? — preguntó el azabache.

— Porque sí. — contestó.

— ¿No deberías estar durmiendo? — habló ahora Fukuzawa.

Siempre Contigo /Soukoku vs FyoyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora