Siempre Contigo /Soukoku vs Fyoya

¿Mi nombre?

Los días transcurrieron con tranquilidad, bueno, no para los dos hermanos, sus peleas casi provocan la caída de ambos negocios de sus padres.

En defensa, algunos de los trabajadores no habían hecho bien el trabajo correspondiente. Los esposos tuvieron que arreglar lo sucedido, no fue fácil, pero al menos todos seguían con vida.

¿Por qué con vida? Se preguntarán.

Pues Dazai, al intentar prepararse un café, inicio un pequeño incendio en la cafetería de la empresa. Nada grave. Solo personas gritando de un lado a otro, Oda corriendo con un extintor, Fukuzawa al borde de un infarto y Dazai, el causante del pequeño problema, movía su gabardina al lado del fuego intentando apagarlo, todos tuvieron que ir a consulta con el médico por eso, ganancias para Mori.

Chuuya trabajaba en ambos lugares, un día con Dazai, otro con Fyodor, manteniendo la paz y armonía.

Kouyou se vió obligada a quedarse en Francia por problemas que surgieron de la noche a la mañana, no podía explicar nada de ello.

Rampo estaba entrando en crisis, las investigaciones para saber sobre el sujeto que había hablado con su amigo esa noche que salieron a bailar, no iban nada bien.

El hombre fue encontrado muerto, no tuvo oportunidad de sacarle información de ese jefe que mencionó. Y cada vez que ya tenía algo, desaparecía como si nunca hubiera estado ahí. Y no solo eso, al lado del cuerpo de ese hombre, también encontraron un segundo cadáver, a lo cuál dedujo que pelearon el uno contra el otro, ambos de bandos distintos. Llegó a darle una conclusión a su pareja...

>>— Esas personas están involucradas con fuentes hacia alguna mafia, nadie tendría tanto poder para hacer desaparecer pruebas tan rápido.

— Si es así, ¿Seguirás con ésto? Entiendo que quieras proteger a Chuuya, pero quizás solo provoques a esa gente... Y pongan en marcha lo que sea que estén planeando...>>

Cuánta razón tuvo su novio...

(⁠♡⁠ω⁠♡⁠ ⁠)⁠ ⁠~⁠♪

— ¿Estás seguro de ésto?

— Ya te he dicho que no me cuestiones, y sí, sí estoy seguro de ésto. — gira la silla en la que está. — La policía está metiendo sus narices, y no dejaré que Ace se lleve a mi pequeño.

Asiente con la cabeza.

— Lo traeré cuándo me digas.

— Así me gusta, que sigas mis órdenes, es muy fácil hacerlo. — se levanta de su lugar y pasa su brazo alrededor de los hombros del pelinegro apegándolo a él. — No entiendo por qué te pones a la defensiva a veces mi querido Arthur.

— ¿No lo entiendes? Que lástima "mi querido Ivan". — apreta los dientes.

— Si no fueras útil, ya te habría botado. — levanta bruscamente el rostro del otro. — No juegues con fuego, te puedes quemar~

Aprieta el cuello ajeno y luego lo lanza directo a la pared.

— Tráeme al bello chico. No puedo esperar para tenerlo conmigo~

Ve al hombre regresar a su asiento, se incorpora, sacude su vestimenta y sale de la oficina.

— Idiota.

Sus nudillos están apretados, su mente está perdida en sus pensamientos que no oye al chico que lo llama. No es hasta que lo toma del brazo.