08

275 14 10
                                        

Allison miró a Lizzy unos momentos cuando ambas se pararon frente a la puerta del aula. Ya llevaban más de quince minutos de retraso para esa clase, y Lizzy no quería entrar por esa razón y quería irse, pero Allison no la dejo, obligándola a ir.

Ella detuvo a la pelirroja cuando está iba a tocar la puerta, viéndose muy nerviosa.

—¿Que pasa?

—¿Que vamos a decir?—preguntó un poco asustada.

—Ya, déjamelo a mí.—dijo divertida, tocando la puerta del aula sin que la ojiazul pudiera detenerla. Lizzy cerró los ojos con fuerza al escuchar la voz de la profesora del otro lado, soltando una maldición entre dientes.—Tranquila.

Sonrió con intenciones de calmarla, abriendo la puerta del aula, dejando ver a la profesora escribiendo en la pizarra. Todos sus compañeros voltearon a verlas, haciendo que sintiera más tensión de la necesaria.

La maestra dejo de hacer lo que sea que estaba haciendo en el pizarrón, posando sus ojos en ellas, haciéndolas tragar saliva.

—¿Que se les ofrece, señoritas?—preguntó con voz calmada, pero severa.—¿Acaso no saben que la clase comenzó hace veinte minutos?

Allison volteo a ver a Lizzy por unos momentos, quien de inmediato negó con la cabeza, no queriendo que hablara más y se fueran de ahí, pero la pelirroja tenía otros planes. Al sonreírle por unos segundos, volteó su mirada hacia la maestra, quien esperaba una explicación.

—Eh, si, pero tuvimos que pasar por la enfermería primero y se nos pasó el tiempo.—mintió, intentando parecer convincente. La profesora enarcó una ceja con acusación, cruzandose de brazos.

—¿Ah, si?—preguntó con ironía, viendo primero a Allison, para después ver a Lizzy, que parecía estar escondiéndose tras la pelirroja.—Buen intento, niñas, pero, ¿acaso no saben cuántos alumnos han venido tarde y me han dicho esa terrible excusa? Eso no funcionará. Esperen otra clase, porque está la perdieron.

Dijo intentando cerrar la puerta, pero Allison la detuvo con rapidez. La maestra la miró enojada.

—Señorita...

—No estamos mintiendo, maestra. Lizzy tiene una gran quemadura en su mano.—dijo con rapidez, viendo que la quemadura de su amiga podría reforzar su mentira.—Le dolía y decidimos pasar por la enfermería para buscar una píldora, y de paso cambiarle el vendaje.

De inmediato la maestra bajó la mirada a la mano de la chica, viendo el perfecto vendaje que se encontraba en esta. Enseguida se relajó, alzando su mirada, viendo a la chica.

—Oh, querida Elizabeth, ¿te encuentras bien?—preguntó con preocupación, detallandola. Lizzy miró a Allison, quien le hacía señas para que hablara. Asintió con torpeza.

—Ehh, si, si...

—Entonces pasen, no se queden ahí paradas.—dijo con media sonrisa, haciéndose a un lado para que pasaran.

Allison sonrió e ingreso al aula, mientras que Lizzy suspiraba con alivió, haciendo lo mismo. Los ojos de sus compañeros no se despegaron de ella en su trayecto hacia su silla, e incluso cruzó por unos cuantos segundos miradas con Tom, quien la veía con el ceño fruncido. Él había levantado la mirada con rapidez cuando escucho el nombre de la chica en aquella conversación, y al escucharla decir que había estado en la enfermería a causa de su mano, hizo que se revolviera su interior.

Lizzy fue la primera en desviar la mirada, sentandose de inmediato en su mesa, que era la que compartía con Allison. Está le sonrió en grande cuando se sentó a su lado, chocando su hombro con el de ella.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 12, 2024 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Un Año Y Tres Meses Donde viven las historias. Descúbrelo ahora