Me quejé entre gruñidos mientras daba un sorbo de mi agua. Esperaba impacientemente la nota de mi examen, pasó a mi lado y me miró, tenía una cara espeluznante, sonreía de par en par. Estiré la mano para coger el folio y la miré, aún sin ver mi nota.—Felicidades, Alejandra.— cuando fui a ver la nota, evité soltar un ruido de emoción. A un lado de la hoja había un círculo, donde dentro había un "9,57." Era bastante difícil para mí sacar una nota más alta del 6,5 en estadística empresarial, y sabía que todo esto tenía que ver con Jacob.
Miré los fallos que había cometido y unos minutos después entregué el examen. Finalmente salí de clase con intención de buscar a mis amigas.Por los pasillos me crucé con el chico del otro día, Lorenzo. Hablaba con lo que suponía que eran unos amigos suyos, los miraba atentamente hasta que pasé por enfrente. Su atención se desvió por completo hacia mí mientras que oía a sus amigos de fondo.
Busqué por todas partes a alguna de mis amigas, pero no encontré ni la mínima alma por los pasillos, patios o cafeterías. No me sabía el horario de ninguna, así que mientras estaban perdidas traté de buscar a mi padre para decirle mi nota. Llegué al aula donde solía impartir clase, no había nadie que él, levantó la cabeza confuso y cerré la puerta detrás de mí.—Adivina que.— sonreí mientras me acercaba a donde estaba, tenía un libro delante y parecía estar corrigiendo exámenes.
—¿Has ganado la lotería?— bromeó mientras dejaba a un lado el bolígrafo rojo y me prestaba más atención.
—Eres tan capitalista...— tomé un vistazo de lo que hacía, prestándole más atención al primer examen de todos, era el de Vani. Había sacado bastante buena nota, supongo que Wilbur había servido de algo.—¿Nos vemos esta noche, verdad?—
Asintió y segundos después salí del aula, dirección al piso.
————
Jacob sujetó mi mano mientras que en el otro lado de la sala, Vani seguía estudiando. Yo había comenzado los exámenes antes que ella, lo que implicaba cierta ventaja ya que ahora podía descansar mientras ella estudiaba. Veíamos una película en el portátil, no queríamos que sonase por toda la sala molestando a mi mejor amiga. Jacob susurró algo en mi oído, ambos nos levantamos y fuimos al cuarto. Después del incidente de las pastillas, habíamos estado más preparados en el tema sexo. Igualmente queríamos pasar algo de tiempo juntos, no solo follar.
Aunque ese no era el día, porque una vez llegamos a la habitación, cerró la puerta y me besó con fuerza, apoyándome contra esta.
Me puse de puntillas para alcanzar sus labios con facilidad, una de sus manos se colocó en la zona baja de mi espalda mientras que la otra se ponía en mi cuello para poder pegarme a él sin complicaciones. Se separó de mí y me miró a los ojos.—Eres preciosa.— mordió mi labio, desabrochó mi pantalón corto y metió la mano en este sin previo aviso. Sentí como sus dedos se burlaban de mí por encima para luego comenzar a besar mi cuello, está vez por la forma en la que lo hacía sabría que dejaría marcas. Y así fue, porque hoy tenía la cena con papá, y tenía que taparme las marcas con base. No iba a mentir que ese día tuve el mejor orgasmo en mucho tiempo. Comencé por taparme las marcas del cuello, pero lo jodido de llevar un vestido más corto de lo que esperaba era tener que tapar también las marcas de los muslos internos y de la parte superior de los pechos.
Hice mi mejor esfuerzo para eso, daba igual que papá se enterase de que había tenido sexo con alguien, el problema era dejar las marcas allí visibles para todos en un ámbito "elegante", era un poco humillante. Además, Wilbur habría estado toda la cena preguntando quién había sido el causante.
Arreglé mi vestido y comencé a peinar mi pelo conectando la rizadora y dejándola sobre el tocador. Esperé un rato a que se calentase mientras miraba mi móvil. Unos golpes sonaron en mi puerta la cual estaba entreabierta.
Wilbur entró al no recibir respuesta, llevaba un polo blanco con unos botones desabrochados, el pelo ligeramente despeinado y unos vaqueros elegantes pero probablemente cómodos. Apestaba a colonia desde la distancia, aunque no se comparaba nada a la que compraba Jacob, o eso pensé.
—¿Qué quieres?— comencé a dividirme el pelo por secciones mientras que mi hermano se sentaba en mi cama, tomándome una foto. Era lo típico que hacía con sus amigos, racha de fotos por Snapchat.—¿Para quién es?—
—Para Jacob, como sea...— no pareció darle la misma importancia que yo, aunque no dije nada.—¿Voy bien así o no?— su voz sonaba seria y preocupada, como si quisiese impresionar a alguien.
—¿Te soy sincera o...?— solté una broma ligera mientras que él rodaba los ojos y me miraba.
—Que graciosa, por dios.— me encogí de hombros mientras seguía rizándome el pelo, había pensando que luego podríamos salir las chicas y yo si ya se habían desocupado más tarde.
—Estás bien, supongo...De todas formas, sólo somos nosotros y Vani.— claro, le quería restar preocupación, pero Vani sabría quién era finalmente mi padre, y tal vez me miraría con otros ojos.—¿Crees que he hecho bien en invitarla?— me giré nerviosa, por una parte me parecía justo, en la amistad de Wilbur y Jacob, Jacob sabía quién era papá, pero otra parte de mi mente pensaba que era diferente.
—Si tienes confianza con ella supongo que sí, tarde o temprano lo tendrá que saber.— ¿tenía confianza con ella?, claro que sí, entonces tenía que hacerle caso a Wilbur.—No le des tantas vueltas, Ale. Tienes que seguir tu vida sin importar quien es tu familia.—
Asentí y le di una sonrisa mientras cogía la laca, fijando los rizos que había causado la rizadora. Terminé maquillarme, poniéndome gloss y me puse perfume. Mi hermano seguía sentado sobre la cama observando cada uno de mis pasos, entonces fue cuando me vino a la cabeza una pregunta.
—¿Jacob va a venir?— me giré disimuladamente y recé porque no viniese. No a malas maneras, solo no quería aguantar las ganas, tenerlo enfrente ya era mortal, ¿pero vestido de manera elegante?, debía ser otra cosa.
Miró su teléfono como si estuviese buscando una respuesta, cuando por la cara se notaba que ya la tenía bastante clara.—Puede que se pase a mitad de la cena, había quedado con él para una fiesta, necesito que conozca ya a alguien, ¿por?— suspiré al oír sus palabras. Jacob ya me había hablado de eso antes, mi hermano se había encaprichado por buscarle un lío o una relación a su mejor amigo, aunque tampoco lo podía culpar, él no sabía nada, obviamente Jacob se negaba, pero supongo que la fiesta sonaba divertida dentro de sus planes.
—Por avisar a papá de hacer más porciones o no.— fue la primera excusa que me vino a la cabeza, pero por la reacción de Wilbur pareció viable.
—Di que haga de más, volveremos a las cinco y siempre entra algo de comer después de beber tanto.— asentí y luego analicé su frase.
—¿Va a dormir aquí?— quise disimular mi tono interesado, y supongo que lo logré.
—¿Qué es esto...una entrevista?, de todas formas no lo sé, si la noche acaba como quiero que acabe, no. Pero si Jacob no logra coronar tendrá que dormir aquí.— sentí que me entró un escalofrío y asentí. Me levanté una vez oí la puerta sonar.
—Vamos abajo.— me levanté y bajé con cuidado las escaleras por si me tropezaba por los tacones. Abrí la puerta y Vani se notaba nerviosa pero sonriente, llevaba en su mano una botella de vino blanco como había avisado.—Vas guapisima.— susurré y le di un abrazo.
—Tú también, ¿puedo pasar?— asentí y le dejé el paso, dejó la botella en la mesa y yo comencé a ponerme más nerviosa cuando vi que mi padre salía de la cocina, mirando a Vanila.
—Bueno, Vani...este es mi padre.— dije nerviosa, ella parecía completamente confusa y eso me hacía preocupar más. Wilbur apoyó su mano sobre mi hombro.