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Cuando tienes un evento importante, el día pasa excesivamente largo, y este es un claro ejemplo de ello. Por la tarde noche habíamos sido invitadas a los premios «Ídolo». Realmente éramos acompañantes, pero estábamos conformes con eso.

Utilizamos la mañana para ir a mirar vestidos, todo había sido culpa mía. No estaba conforme con lo que había en mi armario, no me veía lo suficiente informal y formal a la vez.
A su vez, aprovechamos que nos movíamos por la zona céntrica de la capital para hacer turismo y visitar zonas típicas. Tampoco hicimos mucho camino, porque el calor estaba apunto de hacernos desmayar.

Paramos en la primera cafetería que vimos dando esquina en una calle con sombra. Era bastante amplia y la los focos de luz hacían destacar los colores básicos de las cuatro paredes y de lo que las decoraba. Pedimos bebidas frías, necesitábamos hidratarnos porque seguiríamos con el
paseo. Me sabía mal molestar a mis amigas, pero no encontraba el vestido ideal. No se por qué le daba tanta importancia, si después de todo solo iría con Iván, quien era amigo mío, y con mis amiga a lo lejos.
Pasamos por tiendas de maquillaje, compré algunos labiales y Vani optó por comprar un perfume. Finalmente pasamos por la última tienda. Tenía una fachada color blanca y en el escaparate habían vestidos de todo tipo; desde elegantes hasta de fiesta.

Cuando entramos estuvimos un rato mirando, hasta que encontré el vestido ideal; era rojo, largo y liso, con una abertura en el lado de la pierna derecha y la espalda descubierta excepto por unos hilos de tela. Me lo tuve que probar antes de llevármelo, pero fue un sí total. Salí contenta con mi compra y esta vez acompañamos a Tiale a por un vestido, ya que el que quería llevar se lo había dejado en Los Ángeles.

Una vez volvimos a casa, dejamos las compras sobre la mesa. Para cuando llegamos ya era la hora de comer, la comida estaba hecha sorprendentemente, papá había sido el responsable. Había puesto también la mesa y dejado las bebidas sobre esta.

—Pensaba que llegaríais más temprano. —me dio un beso en la cabeza y ojeó a cada una de mis amigas. Me senté sin preocupación en la silla delante del plato y mis amigas remedaron mi acción.
Había tortilla de patata para comer, la especialidad de mi padre, y decía eso porque era lo único que sabía cocinar de manera decente.

Mientras comíamos, hablábamos ansiosas sobre el evento que iba a ocurrir esta noche. Iba a haber mucha gente, y aunque yo estuviese acostumbrada a este tipo de cosas, no podía evitar sobrepensar. Aprovechamos después para dormir la siesta, no sabíamos cuando acabaría y conociendo a mis amigas, probablemente tener que soportar palabras ajenas por horas iba a ser algo difícil y aburrido.



 Aprovechamos después para dormir la siesta, no sabíamos cuando acabaría y conociendo a mis amigas, probablemente tener que soportar palabras ajenas por horas iba a ser algo difícil y aburrido

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Me arreglé el vestido pasando mis manos sobre él para alisarlo a la perfección. Había quedado con él en la puerta del lugar acordado, de esa forma iría junto a las chicas. Para variar, esta vez condujo Danna, como
siempre. Tardamos un poco más que de normal por culpa de Vani, ya que no encontraba aquellos tacones negros que solía llevar para ir mona pero informal, tuve que disculparme con Iván por mensaje por eso.
El trayecto fue de 35 minutos desde mi casa, y esos minutos fueron rendidos en retocar el maquillaje, el perfume y peinarme mejor, así mientras las chicas se dedicaban a cantar las canciones de la radio.

lore 4, scgc.Where stories live. Discover now