Solté un gemido al sentir sus dedos rozar mi piel, sobre todos los puntos más sensibles. Mordí mi labio y vi su figura, sus labios jugaban en mi cuello. Cuando iba a gemir su nombre, unos movimientos me despertaron.—Ale, despierta, es tarde.— Vani estaba parada delante de mí, llevaba una bata para entrar en calor ya que entraba el frío desde la ventana. Apreté mis piernas volviendo al mundo real, había tenido un jodido sueño húmedo, pero lo peor no era eso, era el hecho de que había sido con el mejor amigo de mi hermano. Todo había sido culpa de la noche anterior, tras ver la película abandoné el sofá, y seguido Jacob, nos cruzamos y estuvimos hablando.—¿A qué viene esa cara?—
Por la noche habíamos estado hablando, nos enteramos de que Tiale tenía novio.
—Está demasiado frustrada sexualmente tras la anécdota de Tiale, creo.— dediqué una falsa sonrisa, aunque mentir no mentían. Había estado apunto de acostarme con Rafe después de más de cinco meses, pero había sido Wilbur el que había interrumpido todo aquel día.
—Vamos a desayunar, me muero de hambre.—
———
Habían pasado varias semanas desde que mis amigas habían venido a casa. Los sueños sobre Jacob se hacían cada vez más repetitivos, y eran una dolorosa distracción a la hora de estudiar, porque habíamos comenzado los exámenes finales. Había abandonado a Vani por un día, como nos distraíamos demasiado había decidido ir a estudiar a casa ese fin de semana. Mi relación con Jacob mejoraba a medida que pasaban los días, aunque después de todo era simplemente la hermana de su mejor amigo, o como habría dicho Vani, la hermana de a la niña que tenía que cuidar.
Wilbur se había ido a entrenar mientras que yo continuaba en mi habitación estudiando. Papá rondaba por la casa pero aún así tenía trabajos por hacer, correos por contestar y exámenes por corregir, por lo que Jacob cuidaba de Charlotte en la planta baja.
Abrí el ordenador y miré la hora, eran las 3 de la tarde. Aún no había comido, y no pensaba bajar a comer algo hasta acabar con los dos primeros temas, en mi mente me repetía que si hubiese empezado a estudiar antes, esto no me habría pasado. Decidí tomarme un mini descanso y desde el ordenador llamé por Facetime a mi grupo de amigas.
—Hasta que das señales de vida, pensaba que el niñero sexy te había absorbido el alma o algo.— Danna bromeó mientras que Vani sonreía un poco, a un lado tenía el libro que llevaba leyendo semanas o meses, en el otro se veían los apuntes.
—Quiero dejar la carrera, casarme con un millonario.— contesté apoyando mi cabeza sobre la palma de mi mano.
—Pero si ya eres millonaria.— Tiale asintió ante la respuesta de Vani, quien había hecho una pausa para beber agua y continuar hablando.— El único millonario que conoces es tu ex, y no vas a volver con él.
—De hecho...— había pensando en hablar con Rafe, estaba molesta con él pero aún así me sabía mal ignorarlo por completo. Teníamos amigos en común y entendía que para ellos la situación actual era incómoda.
—No me digas que le vas a perdonar, Ale.— mis amigas se pusieron serias y yo negué con velocidad. No era un misterio para ninguna que yo lo echaba de menos, que aún miraba nuestras fotos y fantaseaba con él, pero tenía la necesidad de dejarme descansar un tiempo.
—Solo quiero dejar las cosas claras, me incomoda que por los pasillos trate de hablar conmigo y de persuadir a los que conozco.— un escalofrío recorrió mi cuerpo mientras miraba el móvil, el rey de Roma había subido una historia. Había cambiado su pelo, ahora dividido por la mitad y despeinado, mordí mi labio. En la foto llevaba uno de esas sudaderas caras que me dejaba y unos pantalones probablemente el doble de caros. Me resistí a darle like a la historia. Desafortunadamente, ahora que la gente sabía que estaba soltero, lo más seguro es que tendría los mensajes directos llenos de chicas tratando de ligar con él, eran los resultados de ser popular.