Aguas cristalinas (Furina x Aether)

IV

Después de tal suceso el rubio la llevo a la puerta de la casa de la doncella solo para despedirse de ella e ir donde se encontraba su compañera de aventuras ya que tiempo no le veía, pasaba por las calles hasta llegar donde yacía la estatua de los siete miro la misma y solo recordó a la chica con su lindo cabello azul la cual poseía hermosos ojos cual zafiros  llenos de lagrimas al verla atrapada en ese escenario causado por su abundante culpa "te prometo que nada malo te volverá a pasar" pensó para si mismo y sentir por la espalda al pequeño ser que andaba buscando.

- ¡Paimon te extraño!.-  para solo abrazarle al verlo de espaldas.

- Bueno yo no.- le dijo con una sonrisa a la peliblanca solo para ver como realizaba un puchero.

- A Paimon ya no le agradas, malo.- 

- Veo ya has arribado, dime ¿Cómo te fue con ella?.- 

- Arruine la primera salida de la ciudad a Furina.- decía triste ante tal interrogante. - Además que casi le pasa algo por mi culpa igual.-

- Tu amiga me comento sobre tu salida, no espere que te fuera tan mal.- le decía mientras les señalo para entrar a la corte. - Furina siempre ha actuado como una niña o eso es lo que me hacia creer, ya actualmente no la conozco como sea o que planes posea desde que tengo toda la autoridad de la nacían son mas mis ocupaciones como para ir a verle un rato.-

- Ante eso creo ya dejo de ser muy arrogante; al final su forma de actuar solo era representar a un arconte poderoso.- dicho esto algo le hizo sentir una pequeña calidez, sin embargo no le presto tanta atención ya que los tres entraron en la oficina del dragón para ver que el susodicho se sentó en su escritorio y noto como el rubio consiguió su asiento.

- Paimon cree que deberías invitarla mas seguido a comer, jajaja así como con Ayaka.-

- Bueno había solicitado tu presencia para que investigaras uno de los casos que no quedo resuelto, ¿recuerdas a la diplomática Arlecchino?  fuentes me han prevenido que sigue en la nación a pesar haber adquirido sus solicitudes.- el rubio volteo a ver a la peliblanca algo irritado.

- Paimon ¿Qué no habías venido a ver que se le ofrecía a Neuvillette?.-

****recuerdos de Paimon****

Al separarme de esos tortolitos, me sentía algo libre así que en vez de ir directo ante el dragoncito fui a buscar mas dulces que comer. Que bueno que le tome un poco de mora a él y con un poco me refiero a tres cuartas parte de las ganancias. Sali volando hasta donde habíamos estado y pedí mas pastelitos, no se como se llaman y comencé a imaginar un escenario si si si. 

Primero ellos dos salen juntitos, uno le da la mano al otro caminan ante un atardecer y ambos se sientan juntos para solo besarse a la luz del alba. De allí Furina pide que vayamos de aventuras juntos, regresamos a Mondstadt para que el bardo de pacotilla les cante una linda canción, se declare él, ella acepta y al final tienen 20 hijos y Paimon será la madrina y tía favorita espera lo había olvidado seria la segunda ya que debemos si o si encontrar a la hermana esa.

Sin darme cuenta había planificado ya la boda y que colores usaran, además que había terminado los pastelillos y ver que era muy tarde seguí con mi camino a la corte, flotar cansa así que me quede un rato viendo una mariposa, de allí seguí y vi al dragón caminar afuera del la cosa esa, me pregunto por mi tonto compañero le dijo que fue a una cita romántica con Furina y me invito a comer mas bocadillos para solo regresar y encontrarme con él.

**** Fin de recuerdos****

- Paimon si vino con el dragón, pero a Paimon le invitaron a comer.- le decía con una sonrisa de burla.

- No entiendo como puedes comer tanto y seguir flotando.- 

- Estate tranquilo, se que tenias un asunto demasiado prioritario una cita con Furina creo que es algo intimo y esto se puede arreglar mañana.- Al escuchar las palabras del mayor solo volteo a ver a la hada.

- Paimon ¿Qué mas fue lo que le dijiste? te quedaras sin comer.- el dragón se quedo un poco confundido al ver la actitud del viajero y ver como perseguía a la pequeña como si la quisiera matar seguía sin entender a los humanos.

- No veo que tiene de malo el cortejar a Furina, creo que ella es un buen ejemplar de su especie.-

Al escuchar estas palabras del elegante, el rubio ya tenia a Paimon entre las manos para estrangularla pero una sensación de vergüenza y pánico le atrapo, nunca había pensando que él viera que Furina era una persona con un atractivo sin igual. El carmesí le broto en las mejillas que cálidas las sentía cosa que hizo olvidar a la pequeña y cubrirse para que el mayor no le viera, ante esto la peliblanca solo comenzó a reírse y burlarse del mismo.

 - Definitivamente no entiendo a los humanos.- para solo pensar  "odio a ver reencarnado en esta forma". - Pueden ir a dormir y mañana les otorgo todo lo que necesitan saber sobre el caso.- dijo para ver a ambos salir de su oficina.

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En el cuarto de Furina ella se encontraba en piyama para verse al espejo y pensar que no era lo suficientemente atractiva para que él se fijara en ella,  sin mas se dejo caer en su cama.

- Seguro no soy suficiente, al final no se nada de él y yo solo le seria un estorbo; no me pude defender.- lagrimas comenzaban a salir por sus ojos celestes aunque no había visto al viajero tan molesto ni cuando descubrió la verdad de su existencia. ¿Sera que enserio él podía sentir un poco de ese sentimiento que ella le brotaba? sin mas solo se quedo en silencio analizando cada uno de los detalles de él y todo le era un poco confuso, debía ir con el rubio de aventura y averiguar si era diferente a lo suyo. Una sonrisa se dio a su misma. 

- Mañana iré con él en su trabajo.- con gozo lo dijo que sus lagrimas cesaron.

...

Cada minuto que pasa me siento mas alegre de pensar en él, ver las estrellas me recuerda a él no se porque pero es muy fascinante el sentir este nuevo sentimiento, creo que así es el amor y seguro puedo hacer que él de verdad me puede llegar a querer. Quiero a ese viajero solo para mi.