Aguas cristalinas (Furina x Aether)

I

El silencio en la opera era gélido, el publico no sabia como actuar ante aquel cruel juego que les habían hecho creer por siglos enfocando sus miradas al trono de su arconte ocupado por esa impostora; la persona que mas adoraban solo siendo un cruel chiste mal contado ante los ojos de sus pobladores o eso es lo que se creía dado que fue tan bueno que los engaño por años, los abucheos no se hicieron esperar. 

-¿Esto es todo lo que recibo?.- se cuestionaba en su mente, -¿Por qué si ella me dijo que debía hacer? todo lo hice por ella y así me tratan...- susurraba ante los gritos sin fin de los pobladores. Lagrimas recorrían de nueva cuenta por sus ojos celestes. Mientras un esplendor se escucho dejando gritos atónicos de todos los que escapaban de sus asientos a la salida. 

- ¡¡¡Furina yo te prote...!!!.- Fue lo ultimo que escucho la mencionada solo para entrar en un trance.

¿Por que su mente la volvía a condenar recordando cada momento desde que nació? ¿En que se había equivocado? ¿Estaba mal querer salvar a su pueblo de la profecía?  mas preguntas circulaban por su mente, recordó a ese sujeto que le ofreció su ayuda.

- Que tonta fui él solo quería ayudarme...- miro a su alrededor solo para darse cuenta que esa figura estaba allí mirándole, el único que había podido estar en su mas intimo deseo, dio una sonrisa para dar lo mejor en el escenario expuesto para él. Sin mas sintió la necesidad de darle un baile algo se lo decía una rutina que su cabeza resonaba. Al terminar tal coreografía de impacto deje caer su sombrero solo para comenzar a sentir en la realidad que la frialdad del agua le recubría "el momento llego..." dijo  en su pensamiento solo para atarse a su cruel destino.

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Las aguas bajaban cosa imposible de creer, una alegría le recorrió todo su cuerpo dio saltos de enorme felicidad al alejarse de la opera ¿Al fin dejaría de actuar? de verdad seria ella feliz todo su show termino con esa agua tan azul o solo seria el comienzo de su tortura dado al engaño que le hizo a cada uno de sus habitantes, sin embargo, ¿por qué la profecía no se cumplió? pasos dio para atrás y comenzar de nuevo a llorar. La angustia y la negación comenzaron a invadirle, cada lagrima que había derramado antes del juicio ¿no significo nada? ¿de verdad era todo?

-¡Sacrifique todo por ellos!.- grito a pulmón abierto, sintió un desgarro en su pecho, lo dio todo por ellos por su gente al tratar de ser lo que ellos necesitaban y lo que ella le pidió.  Sintió un toque en su hombro; sin embargo su mirada a la gente alegre no le dejo pensar en mirar a aquel individuo que le tocaba.

- No llores, Furina no llores.- esa calidez de las hondas sonoras del contrario las reconocía, figuro una sonrisa aun sintiendo esa cristalinas gotas caer de sus mejillas. No podía pronunciar palabra alguna. - Las personas se han salvado y eso ha sido gracias a tu ayuda; deja ya de sentirte culpable, para mi haz tu sido la mejor Arconte que he conocido.- le dijo mostrando una sonrisa sincera aunque la contraria ni se inmutaba en verla.

-Paimon no cree que deberías decir eso, para mi Nahida es mejor ella me da dulces aunque los postres de esta nacían son mas deliciosos, decidido si eres la mejor.- dijo cruzando los brazos. 

- Siempre pensando en comida.- 

- Para mi es mejor eso que nada, Paimon te ordena que comamos algo.- lo tomaba de la mano para que caso le hiciera. 

-Vamos Furina ¿Qué opinas? podemos asar a Paimon a la parrilla.- 

- Y ¡¿por qué yo?!.- fruncía el seño enojada.

Ante esta discusión de ellos la fémina solo reía, era chistoso el actuar de ambos y mas por el hecho que el rubio la había invitado a comer, ya no tenia la responsabilidad de ser algo que no era, limpio sus lagrimas solo para tomar la mano extendida de su contrario, no sabia porque pero no era solo agradecimiento lo que sentía por ella, era algo mas, sentía la calidez de su mano, no quería separarse de él.

-Escoge donde comer Furina y vamos de inmediato para ese lugar.-

-Paimon quiere algo dulce.- 

- No te pregunte a ti.- 

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Dia 1

La soledad es tan terrible que siempre envidiando a los demás cada uno con su propia vida decidida y  ¿ yo ? encerrada con cadenas sin la valía para liberarme de ellas. 

Tu mas que nadie vio el problema que tenia y quisiste ayudarme, te agradezco tanto, aunque sabes algo; aun no conozco tu nombre ¿Cuál será? que de él tu te robaste mi suspiro y mi anhelo ¿Qué pensaras de mi? ¿hay otras personas que hayas conocido en tus viajes mejor que yo?. 

Termino la profecía y mi sufrimiento por prevenirla; hoy quiero conocerte, investigar que te hace feliz, cuales son tus anhelos y si puedo ayudarte con ello,  daré lo mejor por saber que es ser humana de verdad y no ser un Dios que todo el mundo amo por su falta de honestidad.