VI

286 21 2
                                    


Sin mas el hada con algo de flojera de poso sobre el hombro del rubio y querido dormirse de nuevo, cosa que al contrario no le molesto pero de igual forma la dejo allí, mientras caminaban, la chica miraba cada uno de los destrozos que había en la zona, y vio esos gigantes cubos de agua levitando, en realidad desconocía totalmente la historia de la zona solo recuerda que en un momento uno de los ingenieros le habían regalado esos robots que bailaban cosa que no le dio mucha importancia, sin embargo en este instante le surgió un nuevo sueño, el bailar igual que esas maquinas con su amado, soñaba con que él le tocaran su mano la cintura y  con la otra le guiara, en su mente sonaba una melodía tan calmada y calidad a la vez que el tintinear de las notas musicales, la mirada de todos solo enfocados en ellos, el lugar totalmente decorado con las mas bellas flores y el vestido largo que ella imaginaba tan grandioso como cuando sintió esa sensación al inicio de ser la "Arconte" esa alegría inigualable pero ahora con el amor de su vida y su amado vestido de gala como en su nacían se suele vestir le era una total fantasía, giro tras giro la peliazul imaginaba para solo parar la música mirarse cara a cara y solo...

-Furina ya llegamos mira.- le señalaba al rubio para ver la entrada del sitio, a lo lejos escuchaba a Paimon hablar con alguien, hizo un pequeño puchero cosa que el rubio noto. - ¿Qué sucede?.-

- No es nada y ¿Dónde esta Paimon?.-

-Fue a hablar con Choiseul, para ver si tiene algo de información.-

Ante lo dicho entraron al área no tardo Furina en ver que era un sitio casi remoto la estructura estaba algo destruida pero funcional, no poseían muchas cosas pero las maquinas que se veían a la vista le parecían curiosas vi como el rubio fue hacia donde estaba la hada y ella fue a ver un cubo que estaba en la mesa, quería tocarlo dado que la curiosidad es parte de la naturaleza humana.

-Yo no haría eso si fuera tu, al menos que quieras que los guardias vengan y te capturen.- le dijo una chica con un libro en la mano sin siquiera ver de quien se trataba.

- No era mi intención, perdón.- le dijo cabizbaja. La chica al escucharla hablar volteo y vio que era ella.

-No para nada disculpe usted señorita Furina, ¿Qué la trae al nuevo instituto?.- 

- No tranquila sin formalidades...- le dijo mostrando negación en las manos.- ...recuerda que ya no soy la arconte y bueno estoy aquí porque buscábamos información sobre Arlecchino.-

- Creo saber algo de eso, hace un par de días atrás Heinry la vio junto a los hermanos magos y que iban para el norte, pero el no me dijo nada mas.- 

-Muchas gracias...- recordó que no sabia como se llamaba ella.

- Soy Chisseray, la grandiosa jefa del equipo de compilación bibliográfica, mas bien gracias a ti jamas pensé en verla en persona.-

La peliazul fue directo hasta donde se encontraba él, para solo contarle algo de lo que había conseguido de información, sin mas se despidieron de todos para solo dirigirse caminando a lo que parecia ser un acantilado. 

-¿Como vamos a subir?.- pregunto algo curiosa.

-Paimon sabe que no subiéremos, ¿verdad?.- Ambas chicas vieron como el otro cerraba los ojos.

-¿Que le pasa?.- 

-Algo que Paimon llama el sentido de viajero, aunque él lo llama visión elemental, ¿verdad que el nombre de Paimon es mejor?.-

Furina miraba atenta como él seguía concentrado, cosa que le inquietaba pero notaba como él podía mover la cabeza sin siquiera ver al rededor, vio como abrió los ojos para apuntar a un pequeño pozo que había  al pie de la montaña, cosa que dio una sonrisa. La abertura no era tan grande pero alcanzaba para que uno y uno entraran cuidadosamente, se acercaron él dio la señal para entrar cosa que a Furina le dio un terror, jamás había entrado dentro de una cueva tan pequeña vio como Paimon y él ya se habían adentrado pero ella no quería no podía y un terror le abundaba, era una nueva sensación no era tan grave como el sentir que una inundación le matara, sin embargo, solo cerro los ojos para ver si algo de eso le apaciguaba aunque sabia que tal vez ellos ya le habían dejado. Sintió como alguien le tomaba la mano,  miro y vio como era él, allí con una linda sonrisa y unos ojos de preocupación por la chica.

-Vamos Furina no podemos seguir sin ti, Paimon esta esperando no soltare tu mano si es lo que temes, te prometo que nada malo pasara.-

Con esas palabras de parte de su amado, confianza tenia, la abertura si era algo estrecha pero jamás soltó la mano del rubio, sentía esa calidad que le llenaba de seguridad y de paz. Necesitaba el contarle lo que sentía, su pecho ya no podía aguardar nada mas, lo deseaba mas que nada si fuera esta la razón por la que ella la había hecho era evidente que él era parte de eso o era lo que ella pensaba. Después de toda esa oscuridad la luz comenzó a iluminar el camino.

-Listo salimos o quiero decir entramos.- vio como la menor aun tenia estrechada la mano pero no le dio importancia, recordó lo que había olvidado, un calor extremo sintió en el rostro.

-Rápido Paimon escucho algo dentro que es sospechoso, Paimon no quiso ir sola.-

El viajero soltó la mano de Furina para ir directo al inicio y no le viera el sonrojo que tenia en la cara, la chica solo pensó que de nuevo era un estorbo, así que camino lentamente observando los hermosos cristales que brillaban, no sabia que encontraba belleza en lugares tan hostiles, paro al instante al tropezar con el rubio y la peliblanca que miraban para abajo de un acantilado. Ella con cuidado de que no le vieran abajo observo que estaba justo como dijo la chica los hermanos magos o bueno la chica.

-Paimon cree que deberíamos bajar a ver que nos dice Lynette sobre lo que ocurre.- dijo en susurro.

-Podríamos, pero es mas fácil hablar con Lyney.- 

- Claro siempre para servirte, lindo.- dijo riendo.

El trio se asusto solo para casi caer por el barranco, cosa que el mago rápido los trato de tomar para que no se cayeran cosa que rápido se incorporaron, la chica solo al entender lo que dijo él sintió algo dentro de ella como un desagrado a él por la manera en la que él le dijo, no sabia que eran pero una mirada molesta le dio al joven el viajero era suyo no de él. Solo vieron la sonrisa radiante del mago que el mismo apareciera flores para el viajero.

-Lyney ya te dije que no me digas así.- le dijo molesto el rubio.

-No es mi culpa, mírate al espejo; además me salvaste del juicio que esta señorita me puso.-señalando a la peliazul la dicha solo se encogió de hombros y agacho la cabeza quitando ese disgusto que sentía, no había visto al mago en un buen tiempo, se sentía apenada por el pasado, sin embargo solo sintió la tela del guante del mago en su quijada. -Eso es pasado linda, no soy rencoroso, bueno viajero cuenta ¿Qué deseas saber?.- le dijo para aparecer en ese instante una flor que coloco en su cabeza y soltar una risa.

- ¿Qué es lo que hacen aquí?.-

...

¿Qué fue eso que sentí? todo era perfecto solo él y yo, Paimon no cuenta ella no lo desea como yo, pero al escuchar a ese mago, si claro soy culpable de casi condenarle pero no le da derecho a quererme quitar al viajero él es mío, su calidez en su mano es tan lindo quiero mas, no solo pequeñas migajas. 

Te amo... mi adorado rubio..






Aguas cristalinas (Furina x Aether)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora