XI

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-¡¿Por qué?!.- gritaba la hada mientras atacaba con golpes al rubio.

- Porque debía comprar mi disculpa y ella se lo merecía.- esquivaba tras cada manotear del hada. - Además te dije que tus fondos no los gaste por lo que debes pagar tu comida.-

- Pero son los ahorros de Paimon, debe comprar cosas importantes Paimon.- decía mientras hacia puchero.

- Solo será un tiempo y el comprar juegos artificiales no lo veo como algo importante, además iremos a Sumeru mañana.-

- Bueno,,, pero Paimon quiere saber ¿Cómo te fue con ella?.- dijo picara al rubio.

En la cara del chico se notaba que no quería contarle, pero de tanto insistir le conto todo, desde su esplendido desayuno hasta su hermosa salida juntos a la fuente afuera de la opera, donde estuvieron vagando mientras el rubio le contaba cosas de sus otros viajes de como él y su hermana lo pasaban juntos,  para terminar lanzando un mora sujetándolo ambos para dársela a la fuente con un deseo mutuo, cosa que el hada suplico por que se lo contara, el rubio ante esto solo rio mencionando " si te cuento no se cumpliría" por lo que corrió a su cama solo para poder conciliar el sueño, cosa que la peliblanca hizo igual algo enojada porque no le conto lo que quería.

...

En la mañana siguiente el duo dinámico se encontraba cerca del teletransporte que el rubio le había dicho a la chica, a lo lejos miro a su amada, esa lindo cabello, su blanca piel, la vestimenta típica que la caracterizaba y esos hermosos colores de ojos que sus bellas pupilas le podían mostrar, sintió como algo en su zona comenzó a palpitar cosa que rápido volteo a otro lado para calmarse.

- Buenos días.- exclamo emocionada la chica, para solo terminar de abrazar al chico y plantarle un beso en su mejilla.

- Bueenos días Furina, ¿bueno estas lista?.- dijo para corresponderla y tocar el aparato.

- Buenos días, Paimon cree que el rubiecito estallará.- rio tras notar el nerviosismo del tipo.

- Sumeru es desierto ¿verdad? eso siempre veía cuando iba a ver la frontera.- mencionaba la peliazul.

- En parte, Paimon sabe que te gustara.- decía la pequeña hada burlona.

Sin mas el trio se dispuso a viajar por el teletransporte hasta la nación de la sabiduría, el chico quería que esto fuera lindo para ella así que llego al aparato que estaba junto a la caseta de Katheryne, al llegar la peliazul fue invadida por varias maravillas el aroma extravagante de la comida y ese aire tan distinto que pareciera como si la humedad reinara allí, era todo distinto a lo que se había imaginado arboles miraba por doquier y sin pensarlo fue a ver algunos puestos cosa que el chico le agrado sabia que le gustaría ese nuevo mundo. Ante todo el rubio complació a su amada comprándole una golosina local y una para el hada, mientras caminaban a donde pensaba el chico que estaba su amiga.

- ¡Viajero!.- ambos miraron ante tal exclamación, cosa que vio como un trio de sujetos se acercaron algo curiosos. 

- Hola, ¿Cómo estas Cyno?.- la chica peliazul veía curiosa a tal persona y mas al chico con orejas de zorro, solo había visto melusinas o a la maga los cuales poseían parecido con los humanos.

- Bien, y veo que tienes compañía, ¿a qué se debe esta visita?.- miraba como la chica estaba encantada con su acompañante. - Si son reales, digamos que es un ejemplar extra-ordinario.- reia para si mismo mientras los demás no entendían de que hablaba.

- Tu y tus chistes sin sentido, pero cierto viajero dijiste que irías a encontrar a tu hermana.- dijo el joven de orejas largas.

- Vine a ver a Nahida y bueno ella es...- tomo la mano de la peliazul. - Furina mi...- los presentes miraron algo pícaro al rubio excepto la peliverde que se quedo un poco extrañada.

Aguas cristalinas (Furina x Aether)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora