JungKook despertó solo en cama.
La luz del día entraba entre las persianas dando cálidos rayos del sol como besos de verano, luego de largos días de tormentas frías y ruidosas. El dulce olor a manzanas acaramelada y hortensias aún se hacía presenten en pequeñas notas dulces que poco a poco parecían desaparecer en el aire.
Sus párpados pesaban inmensidades y sus músculos de la espalda se sentían tensos. Había dormido apenas unas cuantas horas, concluyendo los detalles finales de un informe de su última investigación, meses largos de trabajo, sudor y demasiado esfuerzo daban frutos al final de los largos caminos.
Talló uno de sus ojos, disparando el sueño fuera de su sistema e irguiéndose sobre la cómoda cama de endredón plumoso y cálido. A su lado, ese lugar vacío se encontraba, con las sábanas envueltas y la almohada casi rozando al piso. El lugar donde se supondría que su hermoso omega de ojos oceánicos verdes y besos de sol como danza de estrella en su crema piel debía estar soltando tiernos sonidos adormilados en un día de fin de semana como ese.
TaeHyung solía trabajar mucho tiempo en la semana en el pequeño estudio a dos habitaciones de donde él está. Cientos de pedidos llegaban todo el tiempo, pinceles por doquiera se encontraba y manchas de pintura por todo su hogar.
Era tradición que los sábados fines del mes ellos dos pasaran todo el día en cama, así que al ser apenas las nueve de la mañana y no encontrar al rizado omega en su lugar era bastante extraño.
Salió de la cama hacia el pasillo de la planta alta, luego de cepillar sus dientes y lavar su rostro, sin prestar mucha atención a que solo usaba un pantalón de pijama que danzaba fino en los huesos de sus caderas y su torso desnudo con la tinta dibujada como lienzo en su piel acaramelada.
Sus pies descalzos bajaron la escalera de madera, rumbo a las habitaciones de abajo. Cada paso que descendía el sonido de un murmullo y revoltijo de algo se hacía más presente, como si un pequeño roedor estuviera haciendo alguna travesura.
El sonido perfectamente surgía de la cocina, es así como él caminó a cautelosos pasos hasta ese cuarto que tenía sus luces encendidas y un par de sonidos se reproducen.
Su sorpresa al entrar hacia la cocina fue al omega de rizos rebeldes y achocolatados con una camiseta que robó de su lado del armario color mostaza, sentado sobre la barra de la cocina con el jarrón de galletas de chispas de chocolate a un lado. Sus mejillas estaban llenas de comida y las dulces comisuras de su boca con rastro de migajas, sus piernas abiertas con los exquisitos muslos desnudos y blancos como la luna con estrellas como pecas que adornan el rostro ángulos de esa criatura. La nariz manchada de chocolate en la punta y lo que sería el cuerpo de una galleta a medio comer en sus manos.
TaeHyung debía ser considerado un arte o eso creía JungKook.
Desde la forma prácticamente desastrosas y bella que sus rizos caen o el perfecto ángulo de cupido en sus labios llenos de sandías. También los místicos ojos de color verdes con toques en dorado y un poco de azul bebé. Los lunares que delineaba su cuerpo, que JungKook podía decir con orgullo había besado por sí mismo, ni hablar del exquisito sabor de su piel o las dulces curvas de su cuerpo que debían ser la llave de los cielos.
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lollipop ♡ gguktae
Fanfiction❝TaeHyung es un omega que suele caer en pequeños episodios de su little space sin aviso previo y solo quiere corroer todo lo que encuentre con sus pequeños colmillos blancos. JungKook es su alfa amoroso y paciente que encontró una solución a su prob...