Capitulo Uno

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Los movimientos que mi cuerpo estaba sintiendo terminaron por despertarme, me removí en mi posición para luego abrir mis ojos con lentitud y así percatarme que aquellos movimientos eran provocados por las manos de alguien más.

Delante de mí, se encontraba un hombre con una vestimenta oscura que hacía resaltar su mirada azul. Me senté de inmediato sobre la cama al darme cuenta que esa habitación era desconocida para mí, al igual que aquel chico.

—¿Quién eres tú y que estoy haciendo aquí? —Pregunte con desconfianza.

—No sé —Removió su cabello con frustración —Recién desperté, pensé que tú sabrías lo que sucedió aquí.

Su respuesta no me agradó. Estar en una habitación con un chico al que no conocía sólo podía hacerme pensar en  una conclusión que no me agradaba para nada. Me levante de la cama para luego caminar hasta el espejo que había en la pared de aquella habitación, sonreí con alivió al darme cuenta que si estaba vestida, sin embargo fue reemplazada por una mueca horrorizada al notar que sobre mi cabeza había un velo de novia.

—¿Qué significa esto? —Mi corazón latió con rapidez. Miré como angustia al hombre que seguia parado aún lado de la cama.

—Tu reflejo —Respondió. Lo miré con una expresión incrédula y fastidiada.

Mi atención rápidamente la obtuvo una mesa de noche, dónde un ramo de flores marchitas se encontraba encima. Sabiendo que eso podía ser importante para descubrir la razón de mi presencia ahí, caminé hasta allá sin dudarlo y tome un papel blanco que sobresalía de las ellas. Leí su contenido para descubrir mi nombre escrito allí con otro más.

"Phoenix hale & Drake Henrie"

—Drake —Murmuré con desconcierto. 

—¿Cómo sabes mi nombre? —Preguntó el hombre que desconocía, su ceño se había fruncido.

Había descubierto su nombre pero aun no descubría por que motivo nos encontrábamos en aquella habitación  y por que habían flores con nuestros nombres. Tomó el papel de mi mano cuando no obtuvo respuesta de mi parte, con desconcierto observé el anillo que su dedo anular llevaba puesto, era de color rosado que tenia la forma de una flor como decoración.

Observé por instinto mis manos, dónde encontré un anillo de oro con forma de rosa en mi dedo, era parecido al que estaba usando Drake. Las cosas comenzaban a encajar en su lugar con cada cosa que encontraba en aquella habitación.

Primero fue un velo de novia,  luego un papel dónde nuestros nombres estaban escritos y después los anillos parecidos.

—¿Dónde sacaste es anillo? —Pregunté. Drake miró la misma dirección que yo miraba.

— No sé, algún idiota debió ponerlo ahí, supongo —Intentó quitarlo de su dedo pero estaba demasiado apretado.— ¡Joder!

—Lo dudo —Respondí, mostrándole mi mano, la cual Drake tomó para luego soltarla con rapidez, al entender mis palabras. —Cómo lo notaste, tengo el mismo anillo que tú y no me pertenecen

—¿Por qué? —Preguntó mientras intentaba abrir la puerta de esa habitación,  pero no accedía.

—No lo sé pero no es normal que aquí hayan flores con nuestros nombres, anillos iguales y un velo de novia
Tampoco lo es que ambos sin conocernos estemos encerrados en una habitación —Negué con mi cabeza, con sólo pensar en lo ocurrido mi piel sea erizaba. —Mira, lo que haya pasado anoche, durante el matrimonio de Sofía y Arturo, no lo recuerdo.

—Tampoco lo hago yo —Murmuró— Lo único que se me viene a la mente es que algún idiota nos jugo una broma.

Quise apoyar sus palabras pero en ese instante una voces que provenían desde afuera de aquella habitación, me interrumpieron.

Mi esposo gruñón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora