Drake estacionó el automóvil con sus músculos tensos, mi mano apretó levemente su pierna derecha en un intento de calmarlo.
—Quédate aquí, por favor—Pidió mientras desabrocha el cinturón de seguridad.
—No, Drake —También me quite el cinturón — quiero acompañarte.
—Phoenix —Soltó un gruñido sin humor. —lo digo en serio, será mejor si esperes aquí
Cerró la puerta de su lado al salir, espere que atravesara la puerta de entrada para seguirlo. Su paciencia era tan poca que prefirió subir las escaleras en vez de esperar el ascensor.
—Desearía que una vez en tu vida me hicieras caso. —Dijo sin voltear a verme, tal vez no había sido cuidadosa y él había oído mis pasos.
Una vez que estuvimos en el pasillo, él camino con rapidez, adelantando sus pasos por lo que, me apresuré en seguir su ritmo.
—Señorita, no pude entrar sin permiso del señor Henrie —La secretaria se puso al frente mío, intenté esquivarla para no lo permitió. — Es mejor que se retire
—Mira, entiendo que estés haciendo tu trabajo pero tienes que dejarme pasar ahí.
— Ya te he dicho que no —Sus manos se posaron en mi brazo tratando de alejarme de la puerta. El ruido de un objeto siendo quebrado se escuchó desde adentro de la oficina, la rubia miro hacia atrás, debatiéndose en soltarme para que ella pudiera avisar a seguridad lo que allá dentro estaba pensando o quedarse ahí. — Escúcha, no tienes una cita agendada así que no insistas.
—No, escucha tú. —Me solté de su agarre — Marck Henrie es el tío de mi esposo así que lo mejor será que te mueves del camino y me dejas pasar.
Mis palabras fueron recibidas por ella de inmediato pues, mostrando una sonrisa de disculpa se movió de la puerta para dejarme pasar, no tenía nada contra ella pero debido a que estaba haciéndome perder el tiempo tuve que aclarar las cosas. brí la puerta de golpe, encontrándome aún Marck pálido y con sus labios entreabiertos.
—Phoenix, que sorpresa verte aquí—Marck murmuró en un susurro. Mientras que Drake soltaba un suspiro. —Drake me acaba de decir las razones de su renuncia
Lleve mis manos hacia mi estomago al sentir que este se revolvió de una manera brusca, mi desayuno de esta mañana amenazaba con salir en cualquier momento.
—Dijo que quiere dejar atrás todos los asuntos de la empresa para estar contigo. Acaba de renunciar su herencia por ti —Se acerco a pasos temblorosos hacia mí. Drake se puso alerta antes sus movimientos. Está vez fui yo la sorprendía en el momento que una sonrisa radiante y llena de alegría se poso en la cara de Marck — Nunca pensé que esto pasaría, realmente ya me estaba cansando en decirte lo inmaduroque era Drake, ya veo que abierto los ojos. —Sacudió a su sobrino de los hombros — No sabes cuanto tiempo he querido escuchar esas gloriosas palabras
—Drake —Susurre, él aún miraba con sorpresa a su tío.
—Phoenix —Marck volvió a acercarse a mí — quiero pedirte disculpas por todo lo que que te he dicho y por interponerme en su amor —Mi estomago dio otro vuelco al mismo tiempo que él puso sus mano en mi hombro.
—Apártate —Pedí.
—Tranquila no quiero molestar—Dijo en la misma posición, sin poder retenerlo más, vomite sobre sus zapatos todo el desayuno de esta mañana.— No es cierto
—Cariño —Drake acaricio mi espalda con preocupación — ¿Te sientes bien?
—Estoy bien —Me queje por el desagradable sabor de vómito en mi boca. Marck de su bolsillo saco un dulce de menta y me lo tendió, él debía estar acostumbrado en llevarlos para comerlos después de fumarse un cigarrillo.
ESTÁS LEYENDO
Mi esposo gruñón
Novela JuvenilUna noche desenfrenada provocó que un matrimonio entre dos personas desconocidas se realizará. Phoenix sólo podía preguntarse una cosa: ¿Por qué de todos los chicos que habían esa noche tuvo que ser él quién se convirtiera en su esposo. Un chico bo...