Capitulo Siete

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Mis ojos se abrieron pesadamente pues aunque me hubiera gustado  seguir durmiendo, debía levantarme  antes de que Drake lo hiciera y se diera cuenta de que anoche dormí con él.

Claro, eso no hubiera sido un problema si mis piernas no hubieran estado atrapadas entre las de Drake  y mi brazo izquierdo rodeando su abdomen. Saqué con cuidado mi brazo de su cuerpo y mi pierna también, cuando me alejé de él, se removió incómodo en su puesto. Me puse de pies velozmente antes de que despertará y me encontrara ahí.

—¿Phoenix? —Murmuró soñoliento, me detuve en el umbral de la puerta

—¿Si? —Pregunté sin girarme a verlo.

—¿Ocurre algo? —Mire detrás mío con lentitud. Drake se sentó en la cama y froto sus manos en sus ojos para desaparecer un poco del sueño.

—Para nada —Respondí, mirando mi alrededor para pensar en alguna escusa —Sólo quería decirte algo, pero estabas dormido así que ya me iba —Mentí, abriendo la puerta dispuesta a irme pero de nuevo su voz me interrumpió una vez más.

—Ya estoy despierto, dime lo que necesitas.

—Sólo quería preguntarte como seguías, ayer estabas raro —Eso no era mentira.

—Bien —Se limitó en responder. Asentí sin ganas de seguir ahí, apunté con mi cabeza el pasillo para avisarle que me iría. Un asentimiento de su parte fue toda para que saliera por completo de su habitación.

Después de desayunar junto al esposo de mi prima y ella. Me cambie de ropa para luego esperar a que Drake estuviera listo para comenzar a conducir hacia su casa.

—¿Cómo dormiste ayer? —Preguntó Drake sorprendiéndome. Él acababa de iniciar una conversación y en el auto, naturalmente siempre viajábamos en silencio.

—Más o menos, Sofía es un desastre durmiendo. —Lo miré de reojo —Anoche moría de frío.

—Ya veo —Murmuró.

—¿Tu que tal dormiste? —Pregunté rápidamente para evitar que dejará de hacer platica, el hecho de que él  hubiera iniciado la conversación ya era un logro

—Bien, me dormí temprano. Solo desperté de noche para tomar agua.

Mi corazón comenzó a palpitar rápido al sospechar que quizás él me había  visto entrar en su habitación y por ello estaba tan curioso.

—¿De verdad? —Pregunté tratando de sonar casual. —Si, pase por la habitación de Sofía y las oí parloteando.

Sentí un alivio inmenso. Él se había despertado antes de que yo fuera como una intrusa a colarme en su cama.

—Si, mi prima me mantuvo conversando con ella hasta tarde —Eso no era mentira. Él asintió con la cabeza en el momento que estacionó su auto en la cochera de su casa

—Tengo poco tiempo para llegar a la oficina. —Desabrochó su cinturón —
Asi que no hagas algo que me haga perder el tiempo.

Lo fulmine con la mirada. Salí de su auto dando un portazo y entré a la casa directo a la cocina, comencé a buscar un bote de helado en el refrigerador debido al calor que hacía, sin embargo allí no había nada.

—Señorita Phoenix —La voz de Hannah se hizo presente —¿La ayudó en algo?

—Hola —Sonreí —No es nada, sólo buscaba helado

— Al joven Drake no le gusta por lo que aquí no hay

—¿Bromeas? —Pregunté sorprendida.

—No lo hago. —Sonrió —Recuerdo la primera vez que comencé a trabajar aquí, yo había preparado el almuerzo y de postre, serví helado, Drake no quiso probar ni un poco.

Mi esposo gruñón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora