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—La mansión Park está en llamas en este momento— Jisung anunció.

—¡Oh, mierda! ¡¿En serio?! ¡¿no es eso como una residencia de 10 millones de dólares o algo así?!— Minho jadeó, desviando su atención de su teléfono.

Hyunjin cogió rápidamente las llaves de su coche al oír la noticia.

—Eh, Hyunjin ¿A dónde vas?.

— Voy a hacer patrullaje nocturna.

Hyunjin mintió.

Si realmente fuera a patrullar, habría cogido su propio móvil, pero tenía otros planes, y no quería que los demás supieran que tenía la gran corazonada de que un incendio en la casa de un conglomerado sólo podía hacerlo Changbin.

Su orgullo le había carcomido, queriendo perseguir a Changbin él solo, para hacerle pagar por la humillación a la que se enfrentó durante el incidente de la toma de rehenes.

Si iba a atrapar a Changbin, prefería tener el reconocimiento para él solo.

Pasó por delante de la mansión en llamas, con coches de policía por todas partes, la prensa también había llegado y vio a la familia Park siendo entrevistada por un canal de noticias.

Todo eso le daba igual, había estudiado la zona incluso antes de ser trasladado, y tenía la sensación de que cierto lugar que recordaba, a pocos kilómetros del establecimiento en llamas, albergaba a su criminal favorito.

Siguió conduciendo por el oscuro sendero, llegando finalmente a la obra abandonada e inacabada, aparcó el coche justo fuera de ella, y yendo un paso por delante, sacó ya la pistola de su funda.

Entró silenciosamente en el lugar, mirando de izquierda a derecha en busca de cualquier movimiento sospechoso, se dio cuenta de que tal vez había sido una idea muy tonta ir solo, pero estaba demasiado lejos para pedir refuerzos ahora.

—¡HEY, OFICIAL! ¡AQUÍ ARRIBA!.

El cuerpo de Hyunjin dio un respingo al oír el grito, levantando la vista para encontrar a Changbin en lo alto del edificio inacabado, era una construcción de tamaño medio, pero seguía siendo un fastidio que Hyunjin tuviera que correr por las escaleras mientras informaba por radio a Minho de su ubicación. Al final, decidió que seguía necesitando refuerzos por si las cosas salían terriblemente mal.

Changbin estaba de pie encima de las barras de metal que nunca llegaron a rematarse, Hyunjin dudó, las alturas eran un factor de miedo para él, intentó apuntar a Changbin, que se limitó a reírse de él, saltando entre los barrotes como si no fuera a acabar muerto si resbalaba.

—¡Vamos, Hyunjin! No va a ser divertido si te quedas ahí abajo— Changbin se burló, y eso fue suficiente para que Hyunjin perdiera todos sus pensamientos racionales mientras subía por la escalera, antes de abrirse paso a través de los barrotes de metal rojo. Cuando por fin llegó arriba, el miedo volvió a invadirle, podía sentir cómo los postes se balanceaban con el fuerte viento y Changbin saltando sobre él no ayudaba.

Hyunjin trató de mantener el equilibrio, levantando las manos con la pistola apuntando a Changbin.

—¡Joder, sí! Vamos dame tu mejor golpe, Hyunjin— Changbin cerró los ojos y extendió los brazos, como dando la bienvenida a las balas que le iba a dar el policía, Hyunjin apretó los dientes, molesto por cada movimiento de este cabrón.

Aprieta el gatillo, pero Changbin salta al mismo tiempo, haciendo que el cuerpo de Hyunjin se balancee y pierda la puntería, la bala falla por mucho a Changbin.

—Bueno, eso es decepcionante— La espeluznante sonrisa de Changbin se desvaneció, siendo reemplazada por la cara más seria que Hyunjin había visto nunca.

Hyunjin volvió a amartillar frenéticamente el arma, sus manos temblorosas lo empeoraban. Changbin se llevó las manos a los bolsillos, caminando erguido hacia Hyunjin, con su pelo negro y su chaqueta de cuero negro ondeando con el viento, y cuando Hyunjin por fin consiguió amartillar la pistola, Changbin le agarró de la muñeca y le levantó el arma hasta la frente. Hyunjin se dio cuenta de que tenía pequeños tatuajes garabateados por toda la mano, lo que se consideraría bonito, si no fuera por sus antecedentes penales.

—Dispárame.

Hyunjin temblaba mucho, maldijo en voz baja mientras sus dedos no podían curvarse correctamente hacia el gatillo, las alturas le sentaban fatal, pero había algo en Changbin que también provocaba miedo en su interior.

No le tenía miedo a la muerte, incluso la estaba pidiendo, y cuando Hyunjin no pudo dársela, Changbin apretó más el arma contra su piel, volviendo su espeluznante sonrisa de Cheshire, haciendo que Hyunjin se estremeciera, que su mente dejara de funcionar, estaba seguro de que Changbin podría ser el verdadero engendro del diablo, si no, el mismísimo diablo.

¡DISPÁRAME, JODER!.

Obsesión Mortal [Changjin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora