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Los ojos de Hyunjin se desviaron del hombre que lloraba en medio de la piscina, con la boca vendada y las extremidades restringidas, hasta el vídeo, donde el mismo hombre se reía maniacamente mientras asesinaba a más gente, pasando la púa a otro político que Hyunjin sabe que sería la próxima víctima de Changbin.

Las lágrimas empezaron a caer por el rostro de Hyunjin, con la mente nublada por las dudas mientras intentaba sopesar la situación en la que se encontraba. Podría haber acabado fácilmente con la vida de Changbin ahora mismo, pero las imágenes le perseguirán para siempre.

Despreciaba cómo el congresista se reía y se burlaba de sus víctimas antes de abrirles la cabeza. Changbin tiene su conjunto de fechorías, pero también las tenía este hombre.

—Toma.

Changbin se sacó un mando de la mano y se lo tendió a Hyunjin para que lo cogiera.

—Vamos, Hyunjin, tú eliges.

Las manos temblorosas de Hyunjin cogieron el mando y Changbin se apartó, dando unos pasos atrás para sentarse en la silla que tenía detrás, agitando la pistola que Hyunjin le había quitado.

Su sonrisa felina burlándose de Hyunjin como siempre hacía.

—¿Por qué dudas, Hyunjin? Podrías tirar el mando y dejarle vivir.

Hyunjin sabe que tiene esa opción, pero la grabación en bucle solo lo empeora. Le duele el corazón por los actos implacables del hombre atrapado, que ni siquiera cedió a las súplicas de su víctima. Hyunjin se derrumbaba, su cerebro no funcionaba como debía.

Quería huir, pero su cuerpo no cooperaba. Echó una última mirada a Changbin, que hacía girar la pistola entre sus dedos, dando golpecitos con el pie mientras esperaba a que Hyunjin hiciera algún movimiento.

Clic.

Hyunjin tiró el mando a distancia, después de pulsarlo, cerró los ojos y se pasó las manos por la cara mientras gritaba. Changbin se levantó de su asiento y aulló, disparando la pistola al aire antes de rodear con sus brazos a Hyunjin, que seguía llorando.

—¡Joder! ¡¡Muere, hijo de puta!! ¡Yeah, shake that booty! —Changbin coreaba mientras veía cómo electrocutaban al hombre en la piscina.

Changbin apartó las manos de Hyunjin de su cara, sus hermosos ojos manchados de lágrimas. Changbin apretó un beso en la frente de Hyunjin, dedicándole la sonrisa más suave que pudo.

—Sabía que entrarías en razón.

Changbin devolvió la pistola a Hyunjin antes de meterse las manos en los bolsillos.

—Dígame, agente. ¿Te vas a quedar o voy a conocer a otro policía la semana que viene? — Changbin firmó un beso volador antes de marcharse, dejando a Hyunjin con el cuerpo muerto.

Podría haberle disparado si hubiera querido. Podría haber salvado al político si hubiera elegido la otra opción, pero Hyunjin no escuchó ninguna de las advertencias.

Ahora está demasiado lejos.

Atrapado en el mundo de Changbin.

Obsesión Mortal [Changjin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora