4-. Condena Romántica

46 1 0
                                    

Pasadas unas horas, Alex, Olli y Brutus regresaron a la Casa Neko con R-Kitty a bordo, en ésta ocasión, Olli temió por su bienestar y aterrizó en otro lugar cercano al hogar que no fuera el campo de nabos de Amy.

Al bajar todos del vehículo, se dirigieron a la casa en dónde presentaron al robot, todos, con excepción de Luna quien no salió de su habitación, lo vieron.

Fascinados le comenzaron a hacer muchas preguntas que respondió sin problemas, quien estaba más interesado por aquella maravilla era Kuro, pensando en llevárselo para que le ayudase en la minería.

Brutus—. ¡Yo lo quiero cómo mi chef personal!

Kuro—. ¡Sería un excelente ayudante para minar más cantidades de oro!

Shinji—. Vamos, dejen de discutir, que R-Kitty decida lo que quiere.

Kuro—. M-me parece bien...

Sin embargo, R-Kitty no se decidió, argumentando que los robots no tienen libre albedrío, por lo tanto sugirió que la decisión la tomarán ellos y Brutus y Kuro volvieron a discutir.

Alex—. ¿No es maravilloso?

Shinji—. Sólo chistoso, he de admitir.

Amy—. Si bueno, el robot se queda en el sótano, y no quiero escuchar algo al respecto. —Declaró desde las escaleras.

R-Kitty—. No hay problema.

Y los problemas continuaron, ésta vez los demás optaron por ignorar la discusión acalorada entre el holgazán y el minero.

Volvieron a la rutina, Shinji iría a pescar lo que pudiera para reunir el dinero para comprar un barco, mientras que Olli salía a explorar el bosque y Luna, seguía encerrada en su habitación.

Tal vez ninguno lo haya demostrado aún, pero Luna seguía siendo un misterio, durante la invasión del ejército de lata se mostró algo distante del equipo dificultando la tarea de protegerla y continuar la pelea.

Cierto gato, quien la había conocido mucho antes que el resto, estaba intrigado por la situación, y quería hacer algo, así que decidió volver del bosque.

Brutus—. Hola Olli.

Olli—. Hola Brutus, veo que perdiste la discusión.

Brutus—. Lamentablemente... Pero Kuro jugó sucio, me prometió una pizza si dejaba que él se llevará a R-Kitty y no me dió nada.

Olli—. Creo que era obvio que no debías confiar en él.

Brutus—. Ahhh... Si me disculpas... Estaré sufriendo... En mis sueños.

El rubio se tiró de nuevo en el sillón y momentos después comenzó a roncar, Olli ignoró el hecho y subió las escaleras hasta el segundo piso, recorrió el pasillo y llegó hasta la puerta de Luna.

Olli—. ¿Hola? ¿Luna estás ahí?

Después de unos momentos una nota se deslizó por debajo de la puerta, el castaño la recogió y entonces leyó.

"Déjame en paz. ¿Te suena familiar?"

Olli—. ¿Estás... Molesta conmigo?

Otra nota se deslizó momentos después.

"No sólo contigo, no eres especial, Olli"

Olli—. Auch, oye eso sí fue cortante, dime qué sucede, por favor.

Super Cat Tales: Lost WorldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora