7-. Visita Inesperada

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Alex-. Bueno Shinji, tenemos que irnos.

Shinji-. Muy bien, gracias de nuevo Laal.

Laal-. Gracias a ustedes por ésta pesca.

Después de subir la parte que les tocó al barco, partieron de regreso a Ciudad Hikari victoriosos y satisfechos, llamaron a la Casa Neko antes de llegar al puerto para que alguno de ellos rentara un camión para transportar la carne, Kuro sería ese alguien acompañado de Brutus.

Kuro-. ¿Dónde estaban? Tardaron mucho.

Brutus-. ¡Esa fue una gran pesca! -Quedó boquiabierto deleitando con la mirada la cantidad de carne que estaba viendo.

Alex-. No fue fácil de capturar je je. -Mencionó apenado por el recuerdo de lo mal que lo pasó.

Brutus-. Suenas desanimado, ¿fue malo?

Shinji-. Pregúntale al mar de vómito que dejó atrás. -Saltó desde la cubierta del barco hasta el muelle. -. Nunca había visto algo así.

Kuro-. Si me permiten un momento la palabra, ahí yo estoy viendo demasiada carne para nosotros, quizás pueda, tomar una gran parte y venderla... Hay niños en la calle que pagarían por tener las sobras.

Alex-. ... Me acabas de dar una idea, las sobras las repartiremos por los orfanatos, ¡que bien que mencionas el tema de las sobras Kuro!

Kuro-. ¿Repartir? ¿Hablas de dar las sobras...? ¡¿Gratis?!

Alex-. Sí ¿Por qué no?

Kuro-. Aquí te van las cincuenta punto un razones para que tomes tu idea de caridad y te la vayas tragando con sal y limón, ¡en primera...!

Dándose cuenta que no llegarían a nada escuchándolo, Alex les dio la señal a sus dos amigos restantes a cargar el camión con la carne aún fresca de la serpiente.

Para cuando Kuro terminó su explicación los muchachos ya habían terminado e incluso ya estaban sentados hablando tranquilamente sobre algunas de sus aspiraciones y vivencias mientras Alex seguía con una mirada y sonrisa impaciente a la espera de Kuro.

Alex-. ¿Ya terminaste?

Kuro-. Sólo si me dejas vender las sobras.

Alex temiendo por su tiempo decidió declinar a su favor, para poder marcharse de una buena vez, la fiesta no tendría mucho de haber empezado y la carne no resistiría mucho tiempo.

Un par de minutos en la carnicería se interpondría en la tarea de los cuatro, ante la insistencia de vender la carne del minero, argumentando que es mejor venderla ahora antes de darle a la carne el tiempo suficiente para evitar que se echaste a perder en sus manos.

Algo molestos regresaron a casa a eso de una hora y media de haber salido, pero con la carne, que era lo esencial.

Al arribar a la casa, ya en la Combi blanca con vidrios polarizados del minero, descargaron la comida y entraron a la casa donde la fiesta estaba desolada.

No había ni un alma en la sala donde se supondría estaba la dichosa fiesta de victoria, las decoraciones estaban puestas, la música sonaba a todo lo que daba, pero nadie estaba ahí.

Poco después descubrirían a Amy atendiendo a los hijos que Alex olvidó que tenían, asunto, del que Amy era consciente pero sería tratado en privado.

Alex-. ¡Hola Amy!

Amy-. Hola chicos... No se acerquen.

Shinji, retrocedió un poco al recordar una de las reglas que impuso el primer día-. Hey, ¿dónde se encuentran los demás?

Super Cat Tales: Lost WorldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora