Capítulo 08.

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Taehyung se sentía nervioso mientras frotaba sus manos contra la mezclilla de sus pantalones, repasando su discurso de bienvenida caminando de un lado a otro del pequeño salón que les había sido asignado para las sesiones del club de lectura. 

—Dios, apesta esta habitación a ti.—La voz de Jimin lo hizo sobresaltarse, sorprendiéndolo.

—Perdón, solo que estoy nervioso.—Confesó con una sonrisa apenada, dejando las tarjetas que había elaborado sobre la mesa. 

—Debes de relajarte, o se incomodarán por tu aroma.—Se acercó hasta donde se encontraba el omega, sonriendo.—Vamos, ya hemos hecho esta bienvenida en años anteriores, ¿Qué es lo que te pone nervioso este año?

Taehyung mordió su labio, indeciso sobre decirle o no al respecto.—Simplemente es por el hecho de que puede ser el último año en que esté el club y quiero hacerlo bien.

Su amigo no creía sus palabras, por lo que entrecerró los ojos.—Es eso... ¿O posiblemente por una persona en particular que asistirá?

—¡No! Eso es ridículo, claro que no.—Se excusó, alejándose antes de agarrar nuevamente las tarjetas y ensayar una vez mas su discurso. 

—No tienes que negármelo cuando soy muy consciente lo que provoca en ti ese beta.—Palmeando sus hombros, se apartó en dirección a las ventanas.—Ahora vamos a ventilar este salón antes de que lleguen los demás. 

Taehyung ayudó a abrir el resto de las ventanas, tratando de calmar su aroma y convencerse que la primera sesión saldría bien. Jimin tenía razón, no era la primera vez que pasaba por la bienvenida, siempre había logrado llevarla a cabo y conocerse entre todos, ese año no sería la excepción. Guardó las tarjetas en su mochila, cansado de repasar y que nada se le quedara grabado, las palabras eran lo suyo y sabría cómo manejarlo sin necesidad de guiarse por sus escritos, lo tenía resuelto. 

A los pocos minutos comenzaron a llegar, mostrándoles una sonrisa a cada una de las personas e indicándoles donde podían tomar asiento. Jimin ofreció bebidas y un par de bocadillos mientras se hacia la hora y más personas llegaban, poco a pocos los espacios se iban ocupando y el reloj marcaba la hora en punto. 

Su lobo comenzaba a desesperarse por no ver a Jungkook, ¿Vendría? No estaba seguro, pero esperaba verlo ahí después del incidente de la cafetería. Ciertamente le estaban molestando los rumores que habían esparcido, así que sintió la necesidad de hablarlo y aclararlo con él, pero se detuvo y decidió que ese día podrían verse con mayor calma. 

Ni siquiera había ido al entrenamiento porque las gradas se habían llenado conforme la semana pasaba, ojos curiosos vigilando al equipo de fútbol como si de esa manera consiguieran algo. Claramente eso le valió a Jimin escuchar los comentarios molestos que Taehyung expresaba ante su disconformidad, tratando de calmarlo mientras buscaban un nuevo lugar para pasar el tiempo estudiando. 

Taehyung soltó un suspiro, convencido que tenía que iniciar con la primera sesión y dejar de posponer el tiempo, por lo que se giró al mismo tiempo que la puerta fue abierta una vez más, revelando consigo dos rostros conocidos. El omega dejó soltar sus feromonas de felicidad, ofreciéndoles una encantadora sonrisa para que pasaran.

—Hola, adelante.—Señalando los dos espacios aún vacíos, se dirigió al frente para iniciar.—Bien, ¡Hola a todos! Mi nombre es Kim Taehyung, y les doy la bienvenida a un nuevo año del club de lectura. Conozco un par de rostros aquí, pero también hay muchos rostros nuevos, por lo que como primera actividad del día me gustaría que todos nos presentáramos. Una vez que todos nos conozcamos, explicaré lo que iremos haciendo semana con semana, ¿Les parece?

Cuando recibió un asentimiento por parte de todos, prosiguió en dar el ejemplo de cómo se iban a presentar cada uno, diciendo lo básico de sus personas. Escuchó atentamente a cada una de las personas presentes, sintiéndose agradecido por haberse unido al club y esperaba que fuera de su agrado aquel pequeño espacio que compartía con ellos. 

Al ser turno de Jungkook para hablar, no estaba decidido si mirarlo como con todos los demás, puesto que sentía que con una mirada se pondría tan rojo y aborchonado que prefería evitarlo. Decidió mirar un punto detrás del azabache, asintiendo a sus palabras mientras escuchaba atentamente. Luego fue el turno de Yoongi, diciendo lo mismo que su amigo y tomando asiento tan pronto como terminó de hablar. 

El resto de la hora fue turno de Taehyung para explicar como se dividían las sesiones, los diversos libros que leerían y como se seguirían reuniendo.—De igual manera, si tienen alguna recomendación de algún libro, o de un autor en específico, todas las recomendaciones son bienvenidas para poder hacer de este rato amigable. Me gusta poner libros que entre todos recomendamos porque así logramos conocer personas con nuestros mismos gustos, a alguien más que le haya podido apasionar el libro que puede ser uno de nuestros favoritos, son hazañas que me gusta hacer. Igual tienen mi correo donde los estuve informando de esta primera sesión para que puedan comentarme cualquier duda o sugerencia que tengan, ¿Alguien tiene algo que decir? 

Al recibir una respuesta negativa, los despidió a todos y les sonrió cuando iban saliendo uno por uno por la puerta, siendo despedidos de igual manera por Jimin que les ofrecía una linda tarde. Taehyung se giró para agarrar su botella de agua, pero esta cayó cuando uno de los chicos movió su silla y empujó contra la pequeña mesa donde tenía sus pertenencias, moviéndolas ligeramente hasta que la botella cayó al suelo. Al momento de levantarla, una reconocida cabellera azabache la recogió primero, entregándosela. 

—Gracias, Jungkook.—Sonrió apenado, tomando la botella entre sus manos. 

—Debo de pedir perdón por llegar tarde, no encontrábamos el salón.—Se disculpó, rascando la parte trasera de su cuello. 

Y no era mentira, ni su amigo ni él ubicaban el salón, no imaginaban que sería en el último piso y justo cuando más cerca de la hora salían de su última clase. Había sido una travesía para los dos correr tres tramos de escalones para llegar a tiempo, mientras que Jungkook apenas y se le notaba el cansancio por su carrera de subir, Yoongi arrastraba los pies cuando entraron, tumbándose rápidamente en el primer asiento libre a su vista. 

—Pensé que lo especifiqué bien en el correo, además de poner el letrero afuera sobre el club de lectura.—Repasó mentalmente lo que escribió en el correo, tratando de encontrar su error. 

—Lo hiciste, nosotros leímos con atención recién hoy saliendo de clase, cuando nos perdimos viniendo para acá.—Confesó, un lindo rubor subiendo por sus mejillas. 

—Ya veo.—Soltando una carcajada, negó.—Me alegra que vinieran, pensé que faltarían cuando dio la hora y no los veía entrar. 

—Pero llegamos a tiempo, por suerte.

Instalándose un silencio incómodo entre los dos, Jungkook desvió su mirada hasta la puerta, donde Yoongi le mostraba el reloj en su celular, evidenciando su momento para retirarse. Con un suspiro, decidió que era momento para salir de ahí. 

—Me gustó esta primera sesión, leeré el libro este fin de semana antes de que se me junten las tareas y el entrenamiento.—Murmuró, acomodando la mochila sobre su hombro. 

—Gracias, realmente estaba nervioso porque no estaba seguro si darles una extensa bienvenida o solo lo más importante. Espero que el libro sea de tu agrado, es uno de mis favoritos y me gusta darlo como lectura inicial del club, creo que es una lectura fácil de digerir y que te hace motivar a encontrar más lecturas similares o con más complejidad. 

Almacenando esa información en su mente, el beta asintió. Jamás sabría cuando seria útil, por lo que decidió guardarlo para sí mismo.—Puedo pensar que será una lectura muy entretenida, parece interesante a cómo lo describes. Entonces nos vemos el siguiente viernes, ahora tengo que irme. 

—Hasta el siguiente viernes.—Asintió de vuelta, despidiéndolo con un gesto de mano.

Sin decir más, Jungkook salió del salón, haciendo que Taehyung pudiera respirar por fin. Jimin entró en ese momento, observándolo con una sonrisa burlona en su rostro, cruzándose de brazos. 

—¿Ya estás mejor al verlo? Creo que recobraste vida, te ves mejor que hace un rato.—Soltó con burla, recibiendo una mala mirada por el contrario. 

—Cállate, mejor ayúdame a ordenar las sillas para poder irnos.—Con un rubor en sus mejillas, se apresuró en doblar las sillas y apilarlas en una esquina. 

Aunque el comentario de su amigo tenía razón, tanto él como su lobo se sentían mucho mejor después de verlo.

Hate You | KVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora