Capítulo 23.

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Si Jungkook había presentido un día malo, se había equivocado. No solo se trataba de un día malo, sino el resto de la semana después de su retiro del equipo, a la par de todos los chismes que se arremolinaban contra él. 

Los estudiantes parecían desesperados por cotillear sobre el beta, tal como si se trata de alborotar a un avispero. Cada palabra era distorsionada conforme se propagaba la voz, agregando cosas que en realidad no habían sucedido, pero tampoco había nadie que las desmintiera por cuenta propia. 

Jungkook se limitó a encogerse conforme caminaba por los pasillos hasta el comedor, pensando que sería una mala idea presentarse en un lugar tan público, pero Yoongi había insistido en que debían de comer algo y no pensaba aguantar hasta la hora de la salida. 

—Creo que podría esperar en el salón.—Murmuró en un tono bajo, tratando de no tener contacto visual con ninguno de los estudiantes que pasaban a sus costados. 

—No, debes de salir del salón. No es bueno que solo te ocultes, tú no hiciste nada malo, y si ellos solo quieren hablar, pues que hablen, pero no por ello debes de detenerte en tu forma de vivir.—Atacó con una mueca, cansándose de la actitud que todos parecían tener contra el beta. 

Cuando estaba a punto de contestar, alguien lo empujó con demasiada fuerza por el hombro, haciendo que perdiera el equilibrio por un momento antes de volver a recomponerse, sobando la parte golpeada con la frente fruncida. Un alfa, del cual ni siquiera recordaba reconocerlo, había sido culpable del golpe, siendo recibido por una expresión de burla. 

—¿Qué? ¿Acaso te lastimé?—Cuestionó con una sonrisa divertida, llegando a la burla, haciendo que todos se giraran para verlos. 

El azabache se limitó a seguir caminando, dejando a su amigo por un momento atrás mientras procesaba lo que había ocurrido.—Hey, ¿Por qué no le dijiste nada? 

—Solamente vámonos, Yoon. Entre menos estemos aquí, será mejor para mí.—Siseó entre dientes, apretando la tela del suéter en sus puños. 

Sin poder contradecirlo, se terminaron de encaminar hasta el comedor, Yoongi adelantándose para pedir algo de comer mientras Jungkook lo esperaba en uno de los pilares del lugar, recargando su peso, deseando pasar desapercibido durante su espera. Lo que no esperó fue la repentina vista de una cabellera rubia, acompañada de una sonrisa cuadrada y una dulce voz que lo envolvió tan pronto como habló, haciéndolo olvidar por un momento de todo lo que estaba sucediendo. 

—Hola, Jungkookie.—Taehyung sonrió en grande, observándolo.—¿Estás esperando a Yoongi? 

Asintió.—Fue por algo de comer. 

Taehyung murmuró algo más, pero Jungkook no pudo prestarle demasiada atención al escuchar los murmullos detrás suyo, las palabras groseras con las que se referían a ellos como si no estuvieran tan cerca de ellos. 

—Que descaro, ¿Por qué se fijó en un beta? Es tan... corriente.

—¿Preferir a un beta, sobre un alfa como Jaewoo? Debes de estar mal de la vista. 

—¡De la cabeza!—Las risas no se hicieron esperar, haciéndolo tensar por el fuerte sonido. 

El omega pudo ver la forma en que el beta se tensó frente suyo, algo desagradándole mientras no le prestaba atención a lo que decía. Enfocó su mirada sobre su hombro, viendo como un grupo de omegas cuchicheaban detrás suyo y miraban en su dirección con expresiones de burla, señalándolos sin pudor alguno. 

Hate You | KVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora