Capítulo 24.

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Jungkook se encontraba en el vestuario, mirando su reflejo en el espejo. Había tenido que pasar por un par de cosas que se encontraban guardadas en su casillero, recordando que nadie estaría a esa hora en los vestuarios hasta la hora del entrenamiento. 

La decisión del entrenador de suspenderlo indefinidamente del equipo de fútbol había sido un duro golpe, a pesar de su duda en permanecer del equipo, ciertamente le había tomado cariño al deporte. Los comentarios malintencionados y las miradas de desdén de sus compañeros solo hacían que la situación fuera más difícil de soportar. Sin embargo, había una cosa que lo mantenía firme: el apoyo de Taehyung.

Respirando hondo, Jungkook decidió enfrentar el día con la cabeza en alto. No dejaría que las mentiras de Jaewoo lo destruyeran. Salió del vestuario con paso firme, dispuesto a mostrar que no se rendiría tan fácilmente.

Durante el almuerzo, encontró a su mejor amigo sentado en una de las mesas del comedor. Yoongi siempre había estado a su lado, y hoy no sería la excepción. Se sentó junto a él, sonriendo a pesar de todo. 

—¿Cómo estás aguantando?—Cuestionó el beta, con una mirada de preocupación.

—Es difícil.—Admitió el azabache sin poder evitarlo.—Pero no voy a dejar que Jaewoo me derrote. Tengo a Taehyung y a ti. Eso es todo lo que necesito. 

Yoongi sonrió y le dio una palmadita en la espalda.—Así se habla. Sabes que siempre estaré aquí para ti, ¿Verdad?

Jungkook asintió, sintiendo un calor reconfortante en su pecho.—Lo sé, Yoon. Gracias.

—Además, también tienes un club de lectura que, por cierto ¿Ya leíste el libro asignado? Porque no logro terminarlo y preferiría un resumen de tu parte, es más entretenido que leerlo por completo. 

El azabache soltó una carcajada, negando divertido.—Le quitas el sentido al club de lectura. 

—Tú me metiste a esto, ahora ayúdame en afrontarlo hasta que termine. 

Pasando toda la jornada del receso en el comedor para orientarse con la lectura, el beta tuvo que evitar suspirar cuando la campana sonó para el regreso a las aulas. En clase aún le costaba mantener el ritmo, solía distraerse fácilmente por las miradas y comentarios que solían hacer tan pronto como llegaba al salón, pero estaba tratando de dejarlos a un lado. Por ello, Jungkook se concentró en sus estudios, ignorando los murmullos y las risitas que resonaban a su alrededor. Recordaba las palabras de Taehyung y se aferraba a ellas, encontrando fuerza en que todo tendría que pasar, solo debía de seguir con su propio ritmo. 

Mientras tanto, Taehyung tenía su propio conflicto. Había llegado a la reunión del consejo estudiantil solo para descubrir que se había tomado una decisión importante sin su conocimiento. Estaba furioso y sabía exactamente quién estaba detrás de esto: Jaewoo.

Cuando la reunión terminó, Taehyung se dirigió a la clase de Jaewoo. Entró con una determinación ardiente y se plantó frente al alfa, interrumpiendo en el salón, lo que provocó varias miradas curiosas.

—¡Jaewoo!—Exclamó, su voz llena de ira.—¿Qué te crees que estás haciendo?

Jaewoo se levantó lentamente, sonriendo con suficiencia.—¿De qué hablas, Taehyung?

—No me vengas con eso.—Replicó el omega, su voz temblando de rabia.—Sabes perfectamente de qué hablo. Me excluiste deliberadamente de la junta que tuvo el consejo estudiantil. Todos sabían que está bajo mi cargo el baile invernal, yo lo estaba teniendo todo cubierto hasta que comenzaron con sus ideas, fue como comenzar todo de nuevo y solo están malgastando tiempo y recursos. No me avisaste que lo estarían deliberando, todos sabían que tenía mi idea lista a presentar. 

La clase entera estaba en silencio, observando con ojos grandes y expectantes. Jaewoo dio un paso adelante, invadiendo el espacio personal de Taehyung.—No te preocupes tanto, omega. Solo estoy asegurándome de que las decisiones correctas se tomen, déjame hacer el resto a mí. 

—Pero es mi proyecto, yo estuve trabajando en él.—Siseó entre dientes, apretando la hoja que sostenía con fuerza. 

—Los buenos alfas limpian los desastres que hacen sus omegas, tal como lo estoy haciendo por ti. Preocúpate por otras cosas, como verte bonito y lo que usarás para el baile, eso deberías de hacer realmente ¿No? No cosas superficiales como organizar un baile al que a nadie le interesa más que para ligarse a su nueva pareja, no te esfuerces mucho. 

Antes de que Jaewoo pudiera reaccionar, Taehyung le lanzó un golpe directo a la cara, seguido de otro en el estómago. Jaewoo cayó al suelo, aturdido y sorprendido por el ataque, mientras toda la clase se inclinaba sobre sus asientos para capturar el momento con sus celulares. 

—¿Cuándo dejarás de entrometerte en mi vida? Eres el alfa más desagradable que he conocido en mi vida.—Murmuró con  una mueca de desagrado, inclusive el aroma que desprendía lo delataba, agriándose por el mal humor que estaba pasando. 

En ese momento, el profesor entró en el aula, encontrándose con la escena de caos.—¡Señor Kim! ¡Jaewoo! ¿Qué demonios está pasando aquí? 

El alfa se levantó lentamente, una mano en la mejilla enrojecida.—Taehyung me atacó sin razón, profesor. 

—Eso es mentira, él me está molestando.—Dijo Taehyung, sin apartar la vista de Jaewoo.—Está manipulando todo y tratando de desertar mi trabajo. 

El profesor suspiró, claramente exasperado por la situación.—Taehyung, ven conmigo a la oficina del director. Jaewoo, también tú. Vamos a aclarar esto de una vez por todas, pero lo haremos con las autoridades correspondientes. 

El rubio solo pudo poner un mal gesto mientras salían del salón, siendo escoltado por el profesor y con Jaewoo detrás fingiendo doler los golpes recibidos. No fue hasta que estuvieron fuera de la oficina del director y el alfa fue el primero en ingresar, que Taehyung se percató del dolor punzante que su mano desprendía, mordiéndose su labio conforme trataba de apaciguar el dolor enfocándose en cualquier otra cosa, desde el sonido del reloj que colgaba en la pared, como el sonido del dispensador del agua, todo parecía atractivo para distraerse. 

Pero su distracción no duró mucho cuando Jaewoo salió, sin siquiera voltearlo a ver y escuchando su nombre siendo gritado desde el interior de la oficina. 

Que la diosa luna se apiadara de su sentencia, pero no se retractaba de sus acciones. 

Hate You | KVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora