Capítulo 29.

725 135 6
                                    

La tarde del partido estaba cubierta por un cielo gris y nublado, típico del invierno, pero eso no disminuyó la emoción que se palpaba en el aire. Jungkook ajustó su uniforme de fútbol, respirando hondo para calmar los nervios que revoloteaban en su estómago. Sabía que este partido era crucial, no solo para el equipo, sino también para él mismo.

Cuando salió al campo, los gritos y aplausos de los espectadores resonaron en sus oídos. Desde las gradas, pudo ver a Taehyung, quien le sonrió y le dio un pulgar hacia arriba, llenándolo de determinación. Jungkook sabía que tenía que dar lo mejor de sí.

La emoción en el estadio era palpable mientras los equipos de fútbol americano se preparaban para el partido. Las gradas estaban llenas de estudiantes, profesores y padres animando a sus respectivos equipos. Jungkook estaba en la línea de inicio, su corazón latiendo con fuerza en el pecho. Este era el partido que definiría su futuro en el equipo y, en muchos sentidos, su lugar en la escuela.

El pitido inicial resonó y el partido comenzó. El equipo de la escuela se movía con coordinación y determinación. El beta se destacó con su velocidad y precisión. Cada pase, cada carrera, cada bloqueo, estaba ejecutado con una destreza impresionante.

Taehyung se encontraba en las gradas junto a Jimin y un par de estudiantes más del mismo salón, apoyando al azabache en su recorrido por el partido. El omega se mantuvo de pie durante el primer tiempo, incapaz de mantenerse sentado a pesar de las múltiples quejas que su mejor amigo le daba, pero luego se enfocó en las golosinas que habían comprado y dejó de llamarlo, apoyando al novio del omega desde su asiento. 

A medida que avanzaba el partido, la tensión crecía entre los dos equipos y el público, puesto que estaban casi empatados. Cada equipo luchaba por cada yarda, cada punto. Jungkook, centrado en su objetivo, se movía con agilidad, esquivando a los defensores y colaborando con sus compañeros. Todos los jugadores estaban haciendo un trabajo excepcional, haciendo cada una de las jugadas que habían estado entrenando desde antes del juego, logrando varios puntos a su favor. 

En el último cuarto, con solo minutos en el reloj y el marcador empatado, el entrenador decidió jugarse la última carta, por lo que reunió a todo el equipo, enfocando su atención en el beta. 

—Jeon, necesito que te encargues de esto. Confío en ti, tal y como lo practicaste en el entrenamiento.—Dijo, mirándolo directamente a los ojos.

Jungkook asintió, su determinación más fuerte que nunca.—Por supuesto, entrenador. 

Cuando volvieron a sus posiciones después de aclarar la jugada que se haría, el beta observó el marcador y el tiempo restante. Esta sería la última oportunidad que tendrían para desempatar, no podían desaprovecharla. 

Una vez que el juego se retomó, con el balón en sus manos, Jungkook corrió por el campo, esquivando a los defensores. La multitud rugía, sus compañeros lo animaban. En un movimiento final, lanzó el balón con precisión hacia el receptor en la zona de anotación. El receptor atrapó el balón, asegurando el touchdown y la victoria para el equipo de la escuela. 

El estadio estalló en vítores y aplausos. Jungkook, respirando con dificultad, levantó los brazos en señal de triunfo mientras sus compañeros lo rodeaban, felicitándolo. 

—¡Jeon, Jeon!—Minho y Jeonghan corearon su nombre, animando al resto del equipo en seguir celebrando su victoria. Fueron cuestión de segundos cuando todo el equipo lo nombraba, recibiendo un par de palmadas y empujones, haciéndolo reír por el repentino ataque del propio equipo ante su alegría por ganar. 

Después del partido, el equipo celebró en los vestuarios, la euforia palpable en el aire. El entrenador se acercó al beta, una sonrisa de orgullo en su rostro.

Hate You | KVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora