26 - El camarero

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- Bueno ¿les parece bien quedar la próxima semana? - Pregunta Minhyuk acercándose a nosotros dos. 

- Por mi esta bien mientras sea por la tarde, en la mañana trabajo - Responde ella. 

- ¿Y tú, Yeosang? - Esta vez el que pregunta es Changkyun.

- No lo sé, debería ver mis horarios, la agencia está planeando las cosas para un evento importante. 

- Espera... - El rubio mayor me observa detenidamente como si me estuviera analizando - ¿Yeosang? 

-Si... - Digo algo incómodo por ser mirado de esa forma. 

- ¿Tú eres el mismo Yeosang que besó a mi primo? - Mis ojos se abren sorpresivos. 

- ¿Qué dijiste? - Pregunta Hongjoong que se acercó velozmente. 

Comienzo a caminar hacia atrás, envolviéndome en mi propia burbuja ¿Seonghwa hyung había hablado de eso con otras personas? ¿Cuántas personas más sabían sobre aquel beso? De pronto me sentí vulnerable. 

Seonghwa se me acercó preocupado - Cheonsa ¿estás bien? - Me pregunta por lo bajo para que otros no escuchen. 

- ¿Por qué se lo contaste? - Pregunté aún afectado. 

- No lo sé, necesitaba un consejo y se lo conté - Respondió. 

- Pero ahora todos lo saben - Acuse - Es algo que pasó entre nosotros dos ¿Por qué lo tenían que saber los demás? 

-Tú se lo contaste a tus amigos, ¿no? - Se defendió - Es lo mismo. 

- No, no es lo mismo. Mis amigos no harían estas confesiones delante de todos. 

- Yo que iba a saber que mi primo y tú se conocerían alguna vez - Su voz ya sonaba algo irritada - Es mi primo y necesitaba contárselo a alguien, al fin y al cabo fui yo al que rechazaron. 

- ¿Te piensas que a mi no me afectó? - Dije ofendido y me fui de aquel lugar, haciendo oídos sordos a los llamados que me hacían. 

Los días pasaron y mi molestia con Seonghwa había disminuido, aunque sólo nos hablábamos si era estrictamente necesario. Al principio si lo había comenzado a evitar pero ahora podía soportarlo cerca. 

Por otro lado, Hongjoong estuvo muy ocupado con su carrera. Dicen que los primeros años siendo idol son los más difíciles, debes estar siempre activo sino será fácil que se te olvide. 

Esa tarde, luego del ensayo, había quedado con Chittapon para hablar, tenía algo interesante que contarme, según él. 

- ¡¡Yeosaaang!! - Corría saltando sobre mi al llegar - No sabes lo que me sucedió... 

- ¿Qué te sucedió? - Pregunto mientras rio por la exagerada postura dramática que estaba haciendo. 

-Me enamoré. 

Mientras íbamos de camino hacia el lugar, me contaba de su enamorado. Mi amigo solía ir a una cafetería cerca de la agencia, le gusta mucho el café helado que sirven ahí. Resulta que hace un par de días habían contratado a un chico nuevo el cual logró que el corazón del tailandés bailara en su pecho. 

-Estoy listo para confesarle mis sentimientos. 

- ¿Qué? - Me detengo ante sus palabras - ¿No crees que es muy pronto? 

- El que no arriesga no gana, cariño - Dice mientras me toma del brazo y seguimos avanzando - Cuando estoy seguro que me gusta alguien, no me gusta perder el tiempo pensando en esto o aquello. 

- Esta bien... - Chitta y yo somos completamente distintos, a mi me gusta pensar las cosas antes de actuar y a él no, tal vez por eso eramos amigos, los contrarios se atraen - ¿Y no estás nervioso? 

- Claro que sí, mi corazón no para de latir de los nervios. Por eso te traje a ti. 

- ¿A mi? 

- Necesito que me des fuerzas, mis piernas me tiemblan ¿Me veo bien? 

- Claro que estás bien - Le sonrió - Relájate y cualquier cosa yo pediré el café helado más caro para ti, sea cual sea el resultado. 

Nos sentamos y yo pedí lo prometido. Mi amigo observaba, inquieto en el asiento, a su alrededor pero no había señales de aquel muchacho. Quedamos esperando un largo rato hasta que el tailandés fue a preguntar por el chico, resulta que se había retirado temprano aquel día. 

-No te preocupes, podemos volver cualquier otro día, yo te apoyo - Le alenté.

-Gracias Yeosang, eres un buen amigo - Me abrazó y volvimos a nuestro hogar ya que estaba oscureciendo. 

Los días siguientes fueron un caos. Finalmente el programa de supervivencia comenzó y ahora estábamos viviendo todos juntos. Fue extraño ver a Wooyoung y San no tan melosos como acostumbrábamos verlos, su relación debía ser secreta, pero eso no evitó que se los comience a shippear desde el primer día. Si sólo el mundo supiera que son pareja realmente... 

Hoy tuvimos un desafío vocal en el cual no me fue tan bien, había descuidado un poco mi voz y desafine en varias oportunidades, eso hizo que los jueces me entregaran puntaje bajo. Estaba peligrando mi puesto en el grupo. 

-Tranquilo Yeo, debes esforzarte para la próxima y podrás recuperar el puntaje - Trataba de animarme Wooyoung. 

Pero mi estado de ánimo estaba por los suelos, me castigaba internamente por haber fallado de esa manera. 

Al salir de la sala de ensayo, una mano posó en mi pecho deteniendo mi andar, estaba sostenía un vaso térmico. Lo tomé curioso. 

-Es un té de orégano y jengibre, le puse un poco de miel tambien. Te ayudará a relajar un poco las cuerdas vocales - Seonghwa me regaló una pequeña sonrisa antes de irse, sin dejarme agradecerle por el gesto. 

Tal vez había sido un poco exagerado al molestarme con él. 

Mire mi celular al momento de salir de la agencia y tenía un mensaje de mi madre. 

La idea de ver a mi mamá luego de tanto tiempo me hacía ilusión

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La idea de ver a mi mamá luego de tanto tiempo me hacía ilusión. Yo nací y crecí en Yeonsu-gu junto a mi madre pero como me hice trainee, ella quedó allá y yo me vine a Seúl. En el tiempo que estuve aquí, mamá había conocido a un hombre viudo, al igual que ella. Hyojong quedó viudo muy joven, cuando su hijo más pequeño nació; ellos vivían en EEUU pero decidieron volver a Corea para que sus hijos conozcan la cultura de sus antepasados o algo así me había explicado mi madre. Cuando ellos vinieron yo ya estaba en Seúl así que no logré conocerlos más allá que fotos que veía en el Instagram de mi mamá. 

En unos días conoceré a mis hermanastros, este año mi vida no deja de ser una montaña rusas de emociones... Y sólo vamos un par de meses. 

𝓤𝓷𝓸 𝓭𝓮 𝓵𝓸𝓼 𝓭𝓸𝓼 - 𝓨𝓮𝓸𝓼𝓪𝓷𝓰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora