"𝘕𝘰 𝘦𝘴𝘵𝘢𝘮𝘰𝘴 𝘴𝘰𝘭𝘰𝘴, 𝘩𝘢𝘺 𝘶𝘯𝘢 𝘤𝘰𝘯𝘴𝘵𝘦𝘭𝘢𝘤𝘪𝘰𝘯 𝘦𝘴𝘱𝘦𝘳𝘢𝘯𝘥𝘰 𝘱𝘰𝘳 𝘯𝘰𝘴𝘰𝘵𝘳𝘰𝘴."
Cuando la campana escolar suena para muchos significa: Caos. Así ha sido siempre, por lo menos para Hugo quien cree que su vida como...
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HUGO:
Lunes. Creo que nos ha tomado todo el maldito fin de semana procesarlo: somos unos malditos hijos de las estrellas.
No puedo destacar nada de lo que sucedió durante el horario de clases porque, como es de costumbre, fue una completa perdición. Tal vez lo único rescatable fue la clase del profesor Estrella, no se si es porque comenzamos a conocerlo más a fondo o es que en realidad sus clases son una joya. Odio con toda mi alma el hate que ese hombre ha recibido en el alumnado gracias a su salida del closet.
A ver, recapitulemos los hechos destacables: Nos hemos juntado todos en el receso, todos menos Sebastián. Ese hombre ni siquiera nos miró, hizo como si nada ocurriera y se pasó de largo toda la hora, supongo que para querer mantener sus apariencias. A mi su estatus social me vale un culo, pero tampoco me importó tanto, por lo menos no hizo alarde de sus poderes durante todas las clases. Aura se la pasó hablando todo el almuerzo, mientras que Valentina solo abrió la boca para darle las gracias a la cocinera una vez que le dio su comida. En cambio, descubrí que Benjamín es todo un perico, mientras yo me limitaba a hablar, él intentaba sacar tema de conversación a cada segundo.
No soy una persona que hable mucho, a menos de que entre en una confianza gigantesca. Para ese punto yo no podía decir que le tenía mucha confianza. A ver, es un chico increíble, es interesante, es guapo (vale la pena resaltarlo) y es... todo lo contrario a mi. Y por esa razón me daba temor entregarle toda mi confianza de una sola vez. Una vez lo hice, y no salió nada lindo.
—Tu amigo me cae muy bien. —Confesó Aura una vez que Benja salió de la escena para ir al baño.
—¿Amigo? —Pregunté, a ver, no había caído a la cuenta de que tenía un nuevo amigo.
—Bueno, creo que ahora todos somos amigos, ¿no? —Aura miró a Valentina, quien estaba metida en su mundo leyendo "Rojo, Blanco y Sangre Azul". —Además así te llama él, dice que eres su amigo.
Sentí una extraña fuerza recorriendo mi cuerpo al momento en el que mi mente captó que alguien me consideraba como su amigo, y ese alguien era un chico, y ese chico era increíble.
