"𝘕𝘰 𝘦𝘴𝘵𝘢𝘮𝘰𝘴 𝘴𝘰𝘭𝘰𝘴, 𝘩𝘢𝘺 𝘶𝘯𝘢 𝘤𝘰𝘯𝘴𝘵𝘦𝘭𝘢𝘤𝘪𝘰𝘯 𝘦𝘴𝘱𝘦𝘳𝘢𝘯𝘥𝘰 𝘱𝘰𝘳 𝘯𝘰𝘴𝘰𝘵𝘳𝘰𝘴."
Cuando la campana escolar suena para muchos significa: Caos. Así ha sido siempre, por lo menos para Hugo quien cree que su vida como...
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HUGO:
No, jamás terminas de entender al amor. Lo considero un enigma. ¿De donde proviene? ¿Qué lo provoca? ¿Por qué se siente como una maldita droga de la que nunca te quisieras recuperar?
Ese maldito primer beso, ese que te cambia toda tu perspectiva, ese que —aunque tengas sueño— te impide dormir por pensar en ello.
Y ahí, con él aún mirando hacia el estrellado cielo en un lugar del que no sabes y tampoco te apetece saber nada, es cuando comprendo dónde realmente quiero pertenecer.
Pero también es justo ahí donde las inseguridades me inundan: ¿Estoy haciendo lo correcto? ¿Es Benjamín quien puede romper mi maldición? ¿Debo confiar en él?
Y sí, yo sé que es confuso. Tampoco me entiendo. En momentos estoy seguro de saber lo que quiero, de querer tenerlo a él, pero tengo miedo. Tengo mucho miedo. ¿Podría alguien comprender mi temor de verdad?
Tal vez es una ridiculez. Lo tenía rodeándome con los brazos, admirando el estrellado cielo en alguna parte del mundo cuyo nombre no tengo ni idea. De alguna u otra manera, estaba confiando en él de manera completamente ciega.
Podría morir de amor ahí mismo, pero no sabría si de verdad era una buena decisión. Pero no importa, trato de mentalizarme que no importa. Trato de mentalizarme que es un lindo avance querer que sea él quien me bese el resto de los días.
BENJAMÍN:
Hay un sentimiento tan raro, enfermizo y poderoso al que llaman "Amor", creo que jamás lo había sentido. No hasta ahora. Pero cuando lo tengo acurrucado conmigo, sobre el pasto verde, bajo millones de estrellas, sintiendo su respiración y su corazón latiendo junto a los brazos míos que lo rodean, creo que es ahí cuando comienzo a pensar que estoy sintiendo eso llamado "Amor".
No sé que soy, no se lo que hago, no entiendo lo que siento. Por ahora lo llamaré: Amor. Y quiero pertenecer a eso por siempre.
Pero también es justo ahí cuando las inseguridades me inundan. ¿Él también quiere pertenecer conmigo? Me he lanzado, lo he hecho, me ha recibido el beso y no ha dicho ni una sola palabra. ¿Acaso está replanteando su decisión? ¿Acaso le pide una respuesta a las estrellas?
