Chenle no supo cuánto tiempo esperó. Intentó no mirar su teléfono, no quería seguir revisándolo como una persona obsesionada.
Finalmente, escuchó algunos ruidos que no eran los insultos de Johnny.
—Vístete y sal —dijo la voz de Jisung.
Los hombros de Chenle se hundieron con alivio.
Había venido.
—¿Quién te crees que eres? —Greg gruñó, aún sonando enojado.
Chenle sintió una punzada de preocupación. Al tener tantos hermanos, Jisung era mucho mejor luchando que él, pero los puños de Johnny aún podían hacer un daño sustancial. Chenle pensó en dejar el baño y ayudar a Jisung, pero antes de que pudiera hacer nada, Jisung mordió.
—Sal.
Debía haber algo convincente en su rostro, porque en realidad Johnny pareció darse por vencido, refunfuñando algo en voz baja. En poco tiempo, Chenle oyó que la puerta se cerraba de golpe.
—¿Chenle ?
Chenle se levantó, abrió la puerta y le dio a Jisung su mejor mirada tímida.
—Gracias, hombre. ¡Eres un salvavidas!
Un músculo se contrajo en la mandíbula de Jisung, sus ojos grises tempestuosos mientras clavaba a Chenle con una mirada fulminante. Eso hizo que Chenle se pusiera nervioso. Era muy, muy difícil, realmente, molestar a Jisung, pero no era bonito cuando sucedía.
—¿Qué pensabas que estabas haciendo? —gruñó Jisung, agarrando los hombros de Chenle y sacudiéndolo—. Citartecon un total extraño, un extraño borracho, en algún sitiolúgubre, donde a nadie le importaría una mierda si te violara o te hubiera asesinado.
—¿Cómo se suponía que supiera que aparecería borracho? —dijo Chenle , sin apreciar el tono de Jisung.
Jisung frunció el ceño.
—Podrías haberle dicho que se fuera cuando viste que no estaba sobrio, ya sabes, antes de que estuviera desnudo y cachondo. ¿Estás tan desesperado por una polla?
Chenle sintió arder sus orejas.
—Estás empezando a enojarme, hombre.
—¿Yo? —Jisung dijo, sus dedos clavándose en sus hombros, con fuerza—. Son las dos de la mañana, tengo clases en unas pocas horas, pero tengo que rescatar tu imbécil trasero de un borracho, porque estás sediento de polla, pero eres demasiado gallina para actuar como un adulto al respecto.
—Vete a la mierda —escupió Chenle tratando de liberarse de las garras de Jisung —. No deberías haber venido si fue tan molesto —Odiando lo gruesa que sonaba su voz y esperando distraer a Jisung , Chenle se lanzó a la ofensiva—. ¿Por qué estás tan enojado? Me has salvado de situaciones mucho más ridículas. Pensé que te burlarías de mí, no que me masticarías. ¿Qué demonios? ¿Por qué estás tan enojado?
La mandíbula de Jisung se apretó.
—Estoy enojado —dijo, muy planamente—. Porque eres demasiado descuidado. Podría haberte lastimado, Chenle. Incluso si ese tipo no estuviera borracho, podría haberte lastimado. Suenas bastante malditamente ofensivo cuando empiezas a decir cosas sobre no ser gay, como si ser gay fuera algo terrible. No me ofendo, porque sé que no lo dices así, pero los extraños al azar no lo saben. Estoy enojado porque estaba preocupado, idiota.
Chenle frunció el ceño, su ira se drenó de él.
—Lo siento —murmuró, bajando la mirada. No se había dado cuenta de que lo que decía sonaba ofensivo. Estaba acostumbrado a poder decirle cualquier cosa a Jisung sin ofenderlo; no se había dado cuenta de que otras personas podrían tomar sus palabras de forma equivocada.