✑IX. Reconfortante𝄢

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1. Cojín

Michael Kaiser ya no quiere dormir en la cama plegable que le dan cuando se queda a dormir con los Isagi. Prefiere descansar en la misma cama que Yoichi.

La habitación esta envuelta en la penumbra suave de la noche, iluminada apenas por la luz de una lámpara tenue. Kaiser, con su sonrisa encantadora como confiada, mira hacia la cama futón de Isagi, quien todavía sigue en las nubes. Tal vez recreando en su mente, lo que ocurrió hace unos minutos afuera en el patio.

–Yoichi,—comienza Kaiser con una chispa traviesa en sus ojos. El nombrado le mira prestando le atención.—¿Qué te parece si compartimos la cama futon esta noche? Es más grande y cómoda de lo que pensé.—sugiere bastante animado.

Yoichi, parado junto a su cama futon, se muestra indeciso, quizás hasta nervioso.

—Bueno, es solo que...—aclara su voz, calmando se.—Creo que es un poco pronto para dormir juntos, ¿no crees?

Kaiser, con su habilidad innata para persuadir, se acerca al azabache con una expresión irresistible, juguetona. Isagi comienza a darse cuenta que en estos días, el alemán se ha vuelto más expresivo, tal vez atrevido sea la palabra que busca.

—Vamos, Yoichi, será divertido. Además, ¿no es así como se hacen las pijamadas en Japón?

El joven azabache, con una mezcla de nerviosismo pero un toque de risa, responde:

—Bueno, sí, pero...

El rubio lo interrumpe con un gesto juguetón.

—Además, la cama futon es tan grande que ni siquiera nos tocaremos, ¡será como tener nuestro propio espacio!—dice persuasivo.

Yoichi, consciente de que el alemán sabe cómo hacerlo sentirse cómodo, finalmente cede ante la insistencia del rubio. No puede negarse, Micha luce tan lindo pidiendo dormir con él. Además, supone que es más cómodo dormir en la cama futón que en la cama desplegable.

Dioses, Isagi no evitar pensar en que parecen toda una pareja de enamorados o casados. ¿Por qué se emociona tan ridículamente solo por compartir el mismo espacio que Kaiser? Solamente dormirán, nada más.

—Está bien, pero solo por esta vez, ¿de acuerdo?

Kaiser, con una sonrisa victoriosa y orgulloso de haberlo convencido, acepta la condición.

—¡Genial! Verás que será divertido, Yoichi.

La cama futon, es suave y acogedora, así como grande. Pero antes de que Michael se acomodara verdaderamente en la cama y mientras Isagi reza secretamente porque sus padres no lo descubran durmiendo en el mismo espacio con el chico que le gusta, el rubio saca algo de su enorme mochila, algo que despierta el total interés en el japonés.

Es un algo inesperado.

—¿Trajiste un cojín?—cuestiona sorprendido como confundido.—Pero si sabes que tengo suficientes almohadas para que te acomodes.

El Cojín de color durazno que trae Michael tiene un bonito y detallado bordado en el centro de bellos girasoles. No es tan grande, pero Isagi se siente intrigado de cómo hizo el rubio para que en su mochila cupiera su balón de fútbol y a la vez el gran cojín.

—Este cojín es especial, mi abuela lo abordo a mano, ella misma.—cuenta el rubio, asombrando al contrario, pareciendo le tierno y especial que el rubio lo haya traído para dormir en casa ajena. No cualquier chico de su edad hace aquello.—Es un tanto especial, sabes.

Yoichi sonríe enternecido, mientras toma al cojín entre sus manos y lo abraza. Huele un poco a lavanda, pero lo que más le encanta es la sensación en sus dedos al recorrer el bordado de los girasoles, es una textura increíble.

"Hier Kommt Die Sonne" ❥Kiis Donde viven las historias. Descúbrelo ahora