1. Beso
Mientras los dos jóvenes esperan el autobús, el alemán hace una mueca pensativa e inconforme al percartarse de la mirada de Isagi, distraída.
—¿No te vas a despedir de mi?—pregunta Kaiser, un tanto ansioso.
Ambos se habían despertado abrazados, bastante empalagosos e incluso Yoichi le había peinado suavemente su cabellera larga y rubia hasta dejarle un chongo, entonces se cuestiona porque ahora está tan callado y distraído. Todavía quería disfrutar del cariño del japonés antes de partir a casa.
El menor le miro confundido, parpadea un poco y pronuncia dudoso:
—¿Hasta luego?
—¡Error!—niega, produce una chasquido con su lengua como si se quejara. Suspira profundamente, y explica brevemente:—Se supone que debes darme un beso.
Aquello ruboriza al menor hasta las orejas. A pesar de que hace rato realmente quiso hacerlo, que Kaiser se lo pidiera tan directamente le pone nervioso y bochornoso. Sobre todo porque intuye que no es un beso en la mejilla que lo desea.
—¿¡Un beso!?
—Sí, es lo que los novios hacen, ¿o allá en Japón van más despacio?—cuestiona pensativo, después de todo tiene poca noción de las costumbres y cosas típicas del país oriental.
Desde hace varios meses se había dado a la tarea de investigar cosas de Japón por interés, pero tampoco sabe absolutamente todo del país asiático por lo que sigue con muchas dudas con respecto a cómo inician una relación allá. Pero, a veces no sabe si Yoichi va despacio porque así son las cosas en Japón o ya de por sí tiene esas raíces tímidas en su personalidad. Sea lo que sea, le gustaría un montón, que Isagi tenga iniciativa y le diera un beso de despedida al menos.
Pero tampoco quiere presionarlo. No quiere sonar exigente, solo sugerirle.
—Definitivamente...—aclara su voz, de repente siente la garganta seca. Luego abrie los ojos en grande al percatarse de algo que dijo el rubio.—Espera, ¿Somos novios?—le tiembla ligeramente la voz, casi incrédulo como emocionado.
Justo lo que Isagi Yoichi quería escuchar. Porque, no lo habían dejado en claro la noche pasada, solo se habían confesado sus sentimientos y dado algunos mimos, pero jamás fueron formales. El azabache tuvo miedo unos instantes por eso mismo, estaba distraído pensando en eso, pero que Kaiser lo diga en voz alta despejando sus dudas, le pone muy feliz.
—¿Cómo puedes dudarlo?—bufa ofendido, pensó que había quedado claro, pero no culpa a Isagi, tampoco lo aclararon textualmente.—Me confesé, y me correspondiste. Definitivamente lo somos.—concreta seguro, dándole confianza al contrario.
—Oh...
—¿Qué sucede?
—Es que el hecho de ser tu novio, me pone muy feliz.—admite, sonriendo tímido y con un bonito rubor cubriendo sus mejillas, sintiendo su propio corazón retorcerse de regocijo, felicidad y calma.
Sin decir una palabra más, Michael se acerca lentamente a Yoichi, se inclina un poco. El japonés, capturado por la dulzura del momento, cierra los ojos, sintiendo el aliento cálido de Kaiser acercándose. Puede percibir el aroma sutil de las flores y la mezcla de las fragancias de sus champús en el ambiente. Se pregunta que tipo de tratamiento usa el alemán para mantenerlo tan bonito y suave.
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"Hier Kommt Die Sonne" ❥Kiis
Fanfic❦Artista de la ilustración de portada:@ceroorca ❦Sinopsis: "La familia Isagi se muda a Alemania por motivos de trabajo. El hijo de este bonito matrimonio; Yoichi, se enamora de cierto joven alemán de su misma edad. ¿Podrá reunir valor para confesars...