Me quedé durante los días siguientes en casa de Marta. Gabri me había bloqueado de todos lados. Otra persona más que estaba en mi contra. Entré en casa de mi amiga con la sudadera del Barça que todavía olía a Laura y lágrimas a borbotones en mis ojos. Entré, y ella me abrazó y me dijo que me quedase. Le conté absolutamente todo y me comprendió. Efectivamente, era crítica conmigo, pero sabía lo que sentía por Laura. Lo sabía absolutamente todo. Y quizá por eso fui directamente a ella. Aunque supiese que tendría envidia sana al verla con Júlia, estar con mis amigas me hacía falta.
Fueron días complicados. Ver a mi amiga y su novia ser felices, lo que nosotras no podemos ser, a Júlia mirarme siempre con la misma cara de decepción. Ni hablarme, ni abrir la boca delante de mí. Como si fuese un demonio al que hubiese que cazar. Pensar que me odian, pensar lo que hablarán de mí. Tener este tipo de pensamientos intrusivos con la novia de mi mejor amiga no era lo idóneo, pero era eso mejor que estar con Gabri.
—Creo que Júlia me odia.—Dije un día, justo después de que ella se fue de casa. Marta me abrazó, viendo mi cara de lloros.—No puedo tener mi nueva vida si ocurre todo esto. Le he hecho daño a su amiga.
—Necesitan tiempo. Tienes que hablar con Laura. Decirle todo. Quedarte a gusto, a ver si podéis arreglarlo. Seguro que te perdona.
Me dijo eso numerosas veces, pero jamás accedía. Supongo que una parte de mí tenía miedo de enfrentarme a ella y volver a cagarla. De que me perdone y volver a hacerle daño, o de que no me perdone y sentirme como una gilipollas durante toda mi vida. Muchas veces me dijo de quedar con ellas dos, intentar hacer una encerrona, pero no caí jamás. Pensé en volver a vivir con mis padres, volverme a Alemania. Ya no tenía a un novio que ver en Barcelona. Pero Marta me insistía en que me quedase con ella mientras no terminaba la gira. Y supongo que tenía razón. Quizá por eso a día de hoy sigo en su casa, pensando en cómo encauzar mi vida. Y sin ninguna forma de hacerlo. Sin Laura, nada.
—Levanta del sillón. Ya.—Me ordenó Marta, mientras yo estaba perdida en mis pensamientos.—Vamos.
—¿Qué?
—Que te levantes. Que tengo entradas para el Clásico de hoy. Zona fan. Vas a llevarte la sudadera y devolvérsela, y tendrás una excusa de hablarle. Levanta.
—Pero...
—Pero nada. Te vienes conmigo. Tu amiga. Te estás quedando en mi casa, así que mando yo. No te has quedado a gusto con ella, ¿verdad?, no te has disculpado todavía. Vas a hacerlo. Así que te vienes conmigo. Ahora mismo. Ponte la chaqueta, que es suya, y vamos a disfrutar del Clásico. Aparte, así te levantas del sofá, que buena falta te hace.
—No tengo opción, ¿verdad?
Genial. Estoy de camino a un partido al que quiero, pero no quiero ir, a ver a la mujer a la que tanto daño le hice, y es probable que también esté por ahí Gabri. En mis peores pensamientos, ellos dos se habrían aliado y habrían hablado de lo mala persona que soy, del daño que les hice a los dos. Estarán hablando de la increíble Lena Wagner que va rompiendo corazones por los equipos del Barça. De que estoy yendo al partido para restregarles lo mala persona que soy, lo poco que valgo la pena. Siendo la misma mierda que siempre.
—Creo que no es buena idea que vaya. Les he hecho daño a los dos y...
—Y si te sigues arrastrando por las esquinas, sí que vas a tener culpa. Lena, le has puesto los cuernos, ¡supéralo, tía!, no eres el demonio, pero tienes que perdonarte a ti misma. Nadie te va a perdonar si ven que te estás arrastrando por las esquinas. Sí, le has hecho daño a Laura y a Gabri. Pero eres humana.
—Joder, me has psicoanalizado que flipas.
—Soy tu mejor amiga, ¿qué te creías?, evidentemente voy a conocerte mejor que nadie. Y venga. Ve al partido y recupera a tu churri, cojones.
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Need You Now - OT x Barça Fem
Romance¿Qué pasaría si dos chicas recien dadas a conocer arriesgasen todo lo que tienen para estar juntas? Laura es una chica de 20 años la cual han subido a el primer equipo de su club, el Barça. Lena es la actual ganadora de Operación Triunfo. Ambas deci...