Capítulo 11

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Idílico. Así es cómo se podían definir los días que pasé con Laura. Se quedó en mi casa durante todo lo que duró la Liga de Naciones, la cuál por cierto ganó España otro año más. Entre los Pedri, Gavi, Rodri, Lamine o Zubimendi, también podemos destacar al mejor portero del torneo, al que se paró un penalti en la final. Sí, Gabri. Es que ni hecho a propósito. Le está yendo todo bien en lo profesional, pero sé que sospecha algo.

Y sé que debo dejarlo con él. No soy tonta, sé lo que tengo que hacer. Verlo, hablar con él y decirle la verdad. Pero todavía no puedo, acaba de volver de la Liga de Naciones, de ser un héroe. No puede llegar a casa y encontrarse que su novia le está poniendo los cuernos con Laura. No puede ser. No puedo hacerle esto.

Último día que paso con Laura. Estamos sentadas en el sillón de la terraza, con sudaderas encima, pues empieza a hacer mal tiempo. Hemos entrado en Octubre, y se nota. Desde la terraza se ven perfectamente las hojas cayendo de cada uno de los árboles, es realmente precioso. Agarro su mano con fuerza, ella agarra la mía. Me da un beso en la mejilla, mientras saca una fotografía de nosotras dos besándonos. Una foto solo para nosotras, pero que algún día podremos colgar. De esas tenemos muchas. Fotografías románticas, que tanto ella como yo querríamos poner de fondo de pantalla y gritarlo a los cuatro vientos.

Y que si no podemos es culpa mía. ¿Sabéis la sensación de querer y no poder?, llevo ahí todo el tiempo que he pasado con Laura. Sabiendo que esto tendría edición limitada. Sus manos me acarician la rodilla, como mostrando su apoyo. Pero sé que ella no quiere estar aquí. Y al momento me siento culpable.

—Tengo que despedirme de ti... En nada llegará Gabri. Pero te prometo que haremos esto funcionar, Laura.—Me miró con cara de pena, y se abrazó a mí.—No quiero... Separarme de ti.

—Yo tampoco, pero es lo que nos ha tocado, ¿no?, y pase lo que pase aquí me tendrás. Intenta hablarlo con él. Sin prisa, pero sé que es lo que mejor te vendrá. Y si tienes algún hueco libre o me necesitas, llámame o ven a mi casa. Ya sabes dónde está.

—Te amo.

Dos palabras muy fuertes, lo sé. Pero es lo que siento por ella, lo que mi corazón dice. El corazón dice lo que siente, hace lo que quiere sin tener en cuenta al cerebro. Y se lo he dicho a mi amante. Esto no está bien. No puedo seguir así. Pero mi cuerpo funciona solo.

Ich liebe dich.—Pronuncia en un perfecto alemán.

—Pero tú cómo sabes que...

—Eres la ganadora de Operación Triunfo, liebling. Sé que eres alemana, pero estaba esperando que fueses tú quién me hablases en alemán.

Meine liebe.

Su cara se tornó roja, no puedo estar haciendo esto. Es irresistible.

—Te has puesto roja.

—Por favor, dime algo más en alemán.

Dummkopf.

—¡Eso sé que es gilipollas!

—¿Y tú cómo sabes eso?

—Porque lo busqué en google para decírtelo a ti. Y de repente me lo dices tú.—Me dio un beso.—Por favor, pase lo que pase, busquémonos.

—Te buscaré.

Y salí por la puerta. Salí, queriendo irme para atrás y volverle a dar un beso. Salí con ganas de clavarle un puñal (ella, dramática) al obstáculo que nos impide estar juntas. Salí tras haber vivido los mejores días de mi vida, tras haber estado al lado de la mujer más hermosa del mundo. Tras haber vivido por primera vez en mucho tiempo la felicidad total. Fue la primera vez en días que no pensé en el asesinato de mis padres desde que ocurrió. Mientras me dirijo a mi coche, que lleva aquí aparcado un par de días, pongo una canción de Taylor Swift en la radio. Me recuerda a ella, claro que me recuerda a ella. ¿Pero qué no me recuerda a ella ahora mismo, si se ha vuelto mi mundo?

Need You Now - OT x Barça FemDonde viven las historias. Descúbrelo ahora