Need You Now - OT x Barça Fem

Capítulo 4

Y el tiempo pasa, sin duda pasa. Tanto pasa, que de mis desgracias en el partido a estar en el coche con Gabri a mi lado camino a ver un partido del Barça femenino tan sólo hubo un par de suspiros, aunque en verdad fuese unas semanas después. No voy a mentir y decir que mi relación con él fue perfecta, absolutamente no. Ni decir que mi cerebro dejó de pensar en aquella chica, porque tampoco fue así. Ni dejé de pensar en ella, ni por arte de magia vi al Gabri como lo veía antes de la fatídica noche. No, no funciona así. Por desgracia.

El chico que toda mujer desearía para ella está conduciendo su Cupra por la ciudad de Barcelona conmigo al lado. Con un disco de Taylor Swift en el reproductor, Evermore, siempre pensé que le pega por ser la persona más soft del planeta. Me agarra la mano cada vez que cambia la marcha, algo que hacía también nada más empezamos a salir. Este tipo de escenas me recuerdan a los primeros días que salimos. Él todavía tenía la L en el coche. Me cogía en coche y me volvía a llevar a casa para que no fuese sola por la calle. Aparcaba mal, muchas veces ni ponía los intermitentes. Pero siempre se encargaba de que volviese a mi casa en la hora que tenía establecida. Me daba un beso y mi madre miraba desde la puerta, orgullosa de que su hija estuviese con el chico más amable del planeta. De ese Gabri, aunque ahora se dejase crecer una barba y jugase en el primer equipo del Barça, quedaba absolutamente todo. Seguía siendo el mismo chico sensible al que en verdad le costaba abrirse. El mismo chico que se creía que todo el mundo sería amable, pues tendría motivos de serlo. Un rayo de luz perdido en el desierto, eso fue siempre él.

Aparcó el coche dentro del Estadi Olímpic Lluís Companys. Al ser jugador, tenía entrada VIP. Se sacó la camiseta, y pude ver en su dorsal a Fridolina Rolfö. Siempre admiró mucho al equipo femenino, y en especial a la internacional sueca. A mí me dio una bufanda que promocionaba el partido. Pasamos por los puestos de comida y cogimos unos perritos calientes y unas patatas fritas, así como unos refrescos. Me agarró la mano mientras pasábamos por las multitudes, sabía que no me gustaban. Y tratando de seguir un perfil bajo aunque había niños que lo paraban para las fotos. Pero aún ahí se portaba, sacaba una foto y volvía a agarrar mi mano, dejándome ver que estaba por mí. Exacto.

Todavía quedaba un rato para que empezase el partido, así que aprovechamos para sacarnos unas fotografías. El estadio de fondo, una chica de la grada muy amable nos las sacó. Su mano agarrando mi cintura, sus labios rozando los míos. Y aunque poco sentí en ese beso, sí me sentí protegida por él. Estaba feliz. No podía hacerle esto.

—Bueno, en nada saltan al terreno de juego. Y... Creo que es el momento de decirte esto. Vamos luego de fiesta con ellas. Júlia, una de las chicas, me ha invitado a ir con ellas. Me ha dicho que te puedo traer, claro. Seguro que te llevas genial con ellas. Son muy amables y te encantará salir de fiesta con ellas.

—¿Con las del barça?, ¡qué guay!, seguro que me viene bien un cambio de aires.

—Eso mismo pensé yo. Invita a tus amigas de OT si quieres. Que se vengan al reservado.—Se acercó a mi oído.—Pero deja un rato de la noche para mí...

—Eso siempre.

—No soy celoso, pero... ¡Si tengo una novia así de guapa la quiero para mí!

—¿Voy a tener que recordarte quién es el guapo de la relación?

—¿Te saco Twitter?

—Touché.

Y justo cuando creí que sería el partido más tranquilo del mundo, que mi corazón por un día estaría tranquilo, nada más las jugadoras saltaron al terreno de juego mi corazón comenzó a funcionar a mil. Batía contra mi pecho, trataba de salir. Sabía que algo no estaba bien, que se vendría un momento complicado para mí. Agarré la mano de Gabri con fuerza, pensando que serían los nervios del momento, que estaría siendo una culé más. Y le pareció tierno, por supuesto.