Capítulo 12

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Diciembre. Navidad. Uno de los tramos más importantes de cualquier temporada de fútbol, ¿no?, últimos partidos de la fase de grupos de la Champions, primeros partidos de las copas nacionales, los sorteos ya están listos. Debería estar feliz, debería estar esperando jugar esos partidos. Pero lo cierto es que no lo estoy. No, no lo estoy. Absolutamente no.

Espero en las gradas del campo de entrenamiento de la Ciutat Esportiva a que lleguen el resto de mis compañeras. Tengo entre mis labios un cigarrillo, aunque sea deportista y me prometiese que dejaría de fumar. Llevo una camiseta interior que me debería resguardar del frío, pero estoy absolutamente congelada. No por la temperatura que haya en Barcelona en pleno diciembre, no. Porque desde que no hablo con ella todo es más complicado.

Es doloroso entrar en redes sociales y que todo el mundo hable de vosotras. De que os habéis dejado de seguir. Porque sí, ha ocurrido. De que hayáis borrado las fotos con la otra, de que todos los lugares que algún día fueran vuestros, o todas las canciones que algún día os dedicasteis sean un skip en cualquier playlist. Que sepas que el amor venía con edición limitada, y aún así te tirases a la piscina aunque no hubiese agua. Que ni el fútbol calme tu rabia.

—¿Hay noticias?—Me pregunta Júlia mientras sale de los vestuarios. Ella sabe todo. Absolutamente todo.

—Hay ley del hielo, eso es lo que hay.

—¿Estás segura de que no quieres el número de mi psicóloga, cielo?, te va a venir genial.

—No quiero contarle esto a nadie. Ya Twitter se encarga de contarlo por mí. Siguen dando por culo, tía. Por momentos tengo ganas de hablarle a alguna de las tías de dieciséis años y contarles absolutamente todo. Y que se joda. Me he hecho cuentas falsas para verle el insta a Lena. Y sube todo con él.

—¿Crees que han vuelto a estar bien? ¿Que se quieren?

—Estoy segura de que sigue pensando en mí. Eso es lo que estoy. Segura de que lo está pasando igual que yo.

—¿Y si intentas hablar con ella?

—Me ha dejado claro que no quiere saber nada.

El resto salieron de los vestuarios y empezamos a entrenar. Intenté concentrarme en mi pasión, el fútbol. En el partido contra el Real Madrid que tenemos en nada. En defender cada internada de Júlia por mi banda en el partidillo. En despejarme el cerebro, y no pensar en lo que no debo de pensar.

—Laura, ven aquí.—Dijo el míster, mientras Júlia me regateó una vez más.

—¿Ocurre algo, míster?

—Estás haciendo una temporada espléndida, estamos maravillados con tu trabajo. Pero hemos notado una falta de concentración en estos últimos entrenamientos. Creemos que deberías ver al psicólogo del club, pero por supuesto, es solo una recomendación.

—Estoy bien.

—No es mi trabajo entrar en tu vida privada, pero si ves que no puedes seguir adelante, no te fuerces. No estás sola. Y por esta caída de rendimiento hemos decidido que salgas cedida en invierno.

—¡Pero yo quiero jugar aquí!

—Lo sé. Te voy a dar un partido de margen. No me gusta decir las alineaciones antes de los partidos, pero saldrás titular contra el Real Madrid. Si das el nivel, te quedas. Si no, comentaré a la dirección deportiva que refuercen la posición de defensa.

Genial, el club no me quiere. ¿Nada me podía salir bien en esta vida o qué?, creo que no le hice tanto mal al destino como para que me tenga en tan baja estima. Me dirijo a las duchas con la cabeza baja y la lluvia azotando mi pelo. Al menos así disimulo las lágrimas que salen. No me gusta llorar delante de la gente, así que me quedo una de las duchas individuales para mí. Soy la primera en llegar, no se darán cuenta de que soy la primera en ducharme y que me iré al momento.

Need You Now - OT x Barça FemDonde viven las historias. Descúbrelo ahora