· ─ ❨ 𝗺𝗶𝗱𝗻𝗶𝗴𝗵𝘁 𝗹𝗼𝘃𝗲 ❩
no puedo ser tu amor de media
noche cuando tu plata es mi oro
Sakura Yoshioka lo supo. Supo que su destino había sido encontrarse con Yuzuha Shiba en aquel campamento de verano a media noche jun...
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Después de su tarde de castigos, Sakura siguió en su intento de actuar como siempre ante Yuzuha, justo como la primera noche que se habían conocido. Estaba sobrepensando bastante y eso era algo poco común en ella, así que, debido al hecho de tener día, tarde y noche a Yuzuha en su cabeza supo que algo estaba sucediendo.
Comparó sus sentimientos ante los que había tenido a lo largo de su vida. Sakura hasta ese momento no había tenido una relación con ningún chico, pero sí sabía perfectamente cómo se sentía que te gustara alguien. Cuando alguien gustaba de otra persona solía tener detalles imposibles de pasar por alto, como buscar excusas para tocarte (cosa que hizo Yuzuha en el baño y Sakura pensó cuando caminaban juntas), sentía nervios al verle, no podía mirarle a los ojos sin pensar que quería estar aún más cerca suyo, sus manos temblaban y su corazón parecía querer salirse de su corazón…
Oh.
Sakura entonces lo entendió: le gustaba Yuzuha.
Aunque su mente estaba haciendo cortocircuito al darse cuenta de lo que sentía, un alivio se instaló en su pecho al saber qué era lo que le estaba sucediendo. Pero, claro que el miedo la estaba atacando al saber que ella no podía gustar de una chica, porque sus padres nunca aceptarían esa relación e incluso ya le tenían planeado un matrimonio al terminar la universidad. Tal vez era pedir demasiado, porque Sakura en ese momento sólo quería pasar más tiempo con Yuzuha; es más, ya ni siquiera le importaba en qué aspecto sucedía (amistad o románticamente) porque lo único que anhelaba era siempre estar para ella. Besarla, tomarla de las manos, reír de cosas bobas… En verdad quería hacerlo.
Esa noche Sakura se decidió. Por más miedo e inseguridad que tuviera de confesarle sus sentimientos a Yuzuha lo haría. Porque también era fiel creyente del destino y sabía que sí este se lo había puesto en su camino era por un motivo. No le iba a fallar.
Casi a medianoche Sakura tomó su frazada, salió a hurtadillas de su cabaña y caminó hasta el fondo del campamento, donde justo se encontraba el río. Ahí ya se encontraba Yuzuha, hecha bolita con su propia frazada. Sonrió al verla, pensando que aún cuando tenía el cabello sujetado en una coleta de caballo se seguía viendo radiante. Al llegar se sentó a su lado, muy cerca de Yuzuha.
