FERRY-LOVE-BOAT: Forever Mine

Capitulo 16

EL PUNTO DE VISTA DE MAYA

-¿Estás listo? - pregunté, ayudando a Carina a salir del auto, sosteniéndola por la cintura para que pudiera mantener el equilibrio sobre un pie y sintiendo sus manos ir directamente a mi hombro antes de escabullirse hacia la nuca en un delicado masaje que ahora estaba presente cada vez que la ayudaba a ponerse de pie. Le dediqué la misma sonrisita que siempre le daba en respuesta a su gesto y Carina se limitó a levantar una ceja antes de pasar los dedos por mi pelo, cerrar la mano y tirar deliciosamente de los mechones. -Carina...

-Tu cabello es muy suave. - Ella me respondió, y sentí su aliento contra mi cara, ya que inmediatamente supe que se había acercado a mí a pesar de mantener los ojos cerrados mientras disfrutaba de la sensación. - Me vas a besar, Maya Bishop.

-¿Esa es tu misión ahora? - Le pregunté y me reí suavemente mientras volvía a abrir los ojos y me saludó la sonrisa provocativa de Carina.

-Sì. - Ella se encogió de hombros. - Podrías terminar este pequeño juego aquí y ahora, Maya.

-Sabes que no es un juego, tú mismo me dijiste que debíamos tomárnoslo con calma. - Le respondí, entrecerrando los ojos hacia ella.

-Bueno, he cambiado de opinión. - Carina respondió.

-Oh, ¿lo hiciste? - Levanté las cejas sorprendida y Carina sonrió más antes de asentir. - ¿Qué te hizo cambiar de opinión?

-No estoy seguro, pero creo que tuvo algo que ver con que te vi salir antes del baño, envuelto en una toalla y con el pelo mojado. - Carina mordisqueó su labio inferior a continuación y yo humedecí mis labios lentamente antes de inclinarme y besar la mejilla de la mujer un par de veces antes de alejarme.

-Eso no cuenta. - susurré con mi boca a un centímetro de su piel y planté un último beso en el lugar antes de alejarme por completo. -Vamos.

-¿Me vas a cargar? - preguntó Carina, la respuesta era obvia ya que no había traído sus muletas y no había silla de ruedas a nuestro alrededor, pero aún así me burlé de ella.

-¿Te vas a portar bien? - Era mi turno de levantar una ceja hacia ella.

-Siempre me porto bien, Maya. - Carina puso los ojos en blanco y se paró de lado antes de levantar una de sus piernas para que pudiera cargarla en mi regazo.

-¡Te estás sintiendo demasiado cómodo con esto! - Bromeé y cerré la puerta del coche de espaldas antes de empezar a caminar hacia el hospital.

-¿De quién es la culpa? - Carina giró su rostro en mi dirección.

-Oye, llevo dos semanas de vuelta en el trabajo, ya no te llevo todo el tiempo. - Le respondí, riéndome suavemente de su cómico giro de ojos. - Lo que creo es que te gusta. Te gusta cuando te llevo en brazos, te gusta estar cerca de mí.

-Sí. - Miré su rostro rápidamente, parcialmente en estado de shock y sin esperar que Carina estuviera de acuerdo conmigo tan directamente. Se encogió ligeramente de hombros y besó una de mis mejillas antes de acercar sus labios a mi oído. - Me gusta cómo me tratas, y nunca pensé que me gustaría algo así.

-Oh, te gusta cómo te trato, está bien. - No me contuve mi comentario, y fue el turno de Carina de desconcertarse. La mujer movió su rostro hasta que estuvo directamente frente al mío, y yo me encogí discretamente de hombros antes de moverme hacia un lado cuando la puerta del ascensor se abrió y algunas personas salieron de ella. - ¿Puedes apretar el botón, por favor?

Carina pulsó el botón de nuestro piso de destino, pero no volvió a hablar, y pude disfrutar del rubor en su rostro durante todo el tiempo que estuvimos en ese ascensor, apenas conteniendo la sonrisa que apareció en mis labios.