Capitulo 21

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EL PUNTO DE VISTA DE CARINA

Me dolían los pies, mis hombros estaban tensos y necesitaba desesperadamente sentarme durante unos minutos y darle a mi cuerpo un poco de descanso después de tener tres cesáreas seguidas; El palpitar rítmico en mi cabeza era más molesto que doloroso y solo me hizo desear aún más un largo baño caliente para lavar el agotador día de trabajo lejos de mi cuerpo.

-Necesito que vayas a actualizar las tablas, Jo. - le dije a mi residente mientras me estiraba después de sentarme en una de las sillas de la estación de enfermería.

-Está bien, ¿debería verte en tu oficina más tarde? - Jo también preguntó estirándose, se había unido a mí en todas las cesáreas a pesar de que teóricamente estaba libre para irse a casa hacía dos horas, y me di cuenta de que su compromiso de convertirse en una buena obstetra la convertiría en una gran profesional.

-Sí, dame media hora y luego podemos discutir los casos de los pacientes y finalmente irnos a casa. - Le di a la mujer una sonrisa cansada y ella asintió antes de alejarse de mí.

Decir que estaba contando los minutos que faltaban para el final de mi turno sería quedarse corto. Necesitaba mis próximos días libres para tener algo de tiempo para mí: hacer algo además del trabajo, algo divertido, descansar lo suficiente como para poder leer más de dos páginas de un libro y, por supuesto, pasar algún tiempo con Maya, llevarla a un lugar agradable, tomarla de la mano mientras caminamos por la calle y disfrutar de su ahora aún más raro tiempo libre ya que ha estado mucho más ocupada con la transición de trabajo.

-Estaré en mi oficina si me necesitas. - Hablé con la enfermera a mi izquierda antes de ponerme de pie y quitarme el gorro quirúrgico de la cabeza de camino a mi oficina.

Mirar la tela en mis manos y notar los camiones de bomberos bordados allí me hizo sonreír de reojo y olvidarme momentáneamente de mi fatiga; Recordar lo radiante que se veía Maya cuando notó el bordado me calentó por dentro, y después de un día tan largo, pensar en Maya siempre fue como un soplo de aire fresco.

-¡Lo siento! - Hablé mientras intentaba recuperar el equilibrio después de chocarme con... - ¡Maya!

-¿Distraído, doctor DeLuca? - preguntó Maya devolviéndome una sonrisa de reojo que hizo que mi corazón se disparara en mi pecho. Odiaba lo reactivo que era mi cuerpo a Maya, odiaba aún más darme cuenta de que ninguna cantidad de tiempo sería suficiente para acostumbrarme a esto.

-¿Qué haces aquí? - La verdad es que casi me dieron ganas de llorar de alivio al ver a la mujer frente a mí, y la sorpresa fue de lo más bienvenida. Mi cabeza colgaba hacia un lado, lo que hacía que mi cabello cayera ligeramente sobre mi cara mientras intentaba darle a mi novia mi mejor sonrisa.

-Me las arreglé para salir de la oficina del jefe Ross antes de lo que esperaba. - explicó Maya, llevándome una mano a la cara, empujando los mechones de pelo hacia atrás detrás de mi oreja mientras cerraba los ojos brevemente en respuesta al suave y muy bienvenido contacto. - Y pensé en venir a verte. Pronto estarás listo para irte a casa, ¿verdad?

-En una hora, probablemente. - respondí, apretando más el gorro quirúrgico en mis manos, tratando de evitar que se dirigieran a la cara de Maya y acariciando sus mejillas antes de tirar de ella para darle el beso que tan desesperadamente deseaba en ese momento.

-Puedo esperar. - La mujer sonrió y se encogió de hombros.

-Desde luego, no diré que no a la buena compañía. - Le guiñé un ojo y Maya se mordisqueó el labio inferior antes de empezar a seguirme hacia mi despacho.

Entrar en la oficina con Maya justo detrás de mí me hizo sentir como si, en ese mismo momento, estuviéramos entrando en una habitación aislada de todo lo demás en el hospital, donde no había cirugías que realizar, ni gráficos que actualizar, donde el cansancio no era tan intenso, y lo que afloraba dentro de mí era solo mi creciente necesidad de estar con Maya.

FERRY-LOVE-BOAT: Forever MineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora