Capitulo 25

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EL PUNTO DE VISTA DE CARINA

La información permanecía ahí, en el fondo de mi mente, tratando de volver al centro de mis pensamientos cada vez que tenía tiempo suficiente para dejar que mi mente divagara.

Desde que habíamos regresado de la cabaña, y de nuestro maravilloso fin de semana juntos, todo lo que podía pensar era en lo que Maya me había contado, sobre la ruptura uterina y cómo podría comprometer mi capacidad para quedar embarazada en el futuro, y el miedo y la ansiedad que acompañaban a ese pensamiento.

Había trabajado con ella, había practicado la medicina el tiempo suficiente para saber que las posibilidades no eran certezas, pero aún así sentí que mi pecho se apretaba un poco más cuando me enfrenté a la idea de no dar a luz, de no sentir una vida creciendo dentro de mí, de no sentir un bebé moviéndose en mi vientre mientras amaba a ese niño y lo mantenía a salvo hasta que estuviera listo para venir a este mundo.

No estaba lista para renunciar a este sueño, no estaba dispuesta a hacerlo antes de intentar todo lo que estaba a mi alcance para quedar embarazada y darle a Maya nuestro bebé.

-¿En qué estás pensando? - preguntó mi hermano mientras se llevaba la pajita de soda a los labios.

-Bebés. - Respondí y suspiré, pero mi respiración fue interrumpida por las gotas de refresco que golpearon mi cara mientras Andrea se atragantaba y escupía el líquido. - ¡Andrea, eso es asqueroso!

-¡Lo siento, lo siento! - Ambos agarramos una gran cantidad de servilletas para secarnos. - ¡Me tomaste desprevenido!

-¿Es un tema prohibido ahora? - Puse los ojos en blanco. - El hecho de que no estés segura de querer tener hijos no significa que no pueda mencionarlo. No voy a pelear contigo por eso, debes hacer lo que creas que es mejor.

-Es una lástima que Andy no sienta lo mismo. - Mi hermano me miró con los ojos entrecerrados mientras desataba su sarcasmo en mi dirección.

-Ella no tiene que renunciar a su sueño por ti. - Me encogí de hombros. - Y deberías pensarlo un poco más antes de darle un ultimátum.

-Dios mío. ¡Ni siquiera estamos cerca de eso! - Andrea puso los ojos en blanco.

-Estás a un condón reventado de tener un bebé. - Levanté una ceja en su dirección.

-¡¿Por qué dirías algo así?!

-Porque es la verdad. - Volví a encogerme de hombros.

-¿Y por qué no puede pensarlo antes de darme un ultimátum? - Mi hermano cruzó los brazos contra su pecho.

-Porque para nosotros es diferente. - Me recosté en mi silla y suspiré de nuevo. - Tener un bebé, para algunas mujeres, se siente como el más intenso de los sueños, un sueño que a veces se alimenta desde el principio y que tenemos que posponer hasta que tengamos la edad suficiente, o la madurez suficiente, o la independencia financiera suficiente para pensar en tener un bebé. Se necesita tiempo, se necesita planificación.

-¿Pero y si ese no es mi sueño? - Volvió a preguntar, pero esta vez pude ver su vulnerabilidad, su tristeza al enfrentarse a este cuestionamiento dentro de sí mismo.

-Entonces eso también está bien. - Me humedecí los labios antes de continuar. - Pero eso significa renunciar a otras cosas, como tu relación con alguien que realmente quiere tener un bebé algún día. No puedes traer la tarjeta de "lo pensaremos cuando sea el momento adecuado" y dejar que desperdicie años y cultive una esperanza y expectativa sobre algo que sabes que no va a suceder. Eso es cruel y tú no eres una persona cruel, Andrea.

-Pero no quiero renunciar a mi relación con Andy. - Su cabeza colgaba hacia atrás. - La quiero, quiero estar con ella, me hace feliz, y sí, quiero poder ponerle un anillo en el dedo algún día, pero niños... Los hijos significan resignación, y menos tiempo para nosotros, más facturas, más estrés, menos viajes, menos aventuras, ¡los niños nos quitan tanto!

FERRY-LOVE-BOAT: Forever MineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora