Cartas Vacías

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Me levante de la cama y luego de echarme agua en la cara comencé a cambiarme de ropa. Había estado en cama toda un semana, el dolor en mi vientre ya había cesado y por alguna razón me siento más ligero. Me puse un abrigo por encima de mi ropa interior y salí de mi habitación.

Camine en dirección a la sala para poder desayunar, al llegar fue recibido por Joffrey quien me dio un abrazo y me preguntó si estaba bien.

- Estoy bien- alce mi mirada y observe a Jace quien se notaba más inquieto que cualquiera. Joffrey me dio un beso en mejilla y se fue corriendo con timidez, lo seguí con la mirada pero el abrupto abrazo de Jace hizo que me sorprendiera.

- Pensé que te perderia- me quede algo pasmado ante aquellas palabras, era la primera vez que escuchaba algo así por parte de Jace, el mayor escondió su rostro debajo de mi cuello.

- Perdón por preocuparte- di dos golpecitos en la espalda de Jace en modo de consuelo.

- Vamos Jace al menos deja que coma- la voz de Daemon llamo mi atención y pude sentir como su aroma ahora estaba neutralizado, me quedé mirando al mayor con mucha atención, a el nunca le importo cubrir su aroma, pero por que lo hacía ahora?.

Camine en dirección a mi asiento sentándome en medio de Joffrey y Jacaerys, mi silla fue abierta y a nada de agradecerle a Sir Erryk, observe a Daemon, este rodeo la silla y me tomo por ambos de mis costados, alzandome en su agarre. Patalee inconscientemente y en total conmocion observe a Daemon, quien me dejo sentado en la silla y empujó la misma para acercarme a la mesa.

- Gra-gracias-
- No hay de que, ahora come- el mayor puso una mano en mi cabello y lo sacudió hasta irse caminando, me quede sorprendido y luego de ver como comenzaban a comer, tome la cuchara y comencé a degustar de la sopa.

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- Estas segura madre?- pregunte nuevamente mientras miraba por encima de la mesa, ella acaricio mis rizos y con una sonrisa me pidió que me sentara en su regazo.

- Se que estas muy emocionado por la respuesta de tu tío Aemond y me alegra mucho que hayan echo las pases, pero aún no hay respuesta- frunci un poco mi ceño al ver que los papeles que habían ninguno tenia la letra de Aemond.

- Esta bien- añadí desanimado, había enviado esa carta el primer día de mi llega a Rocadragón, ya habían pasado más de dos semanas y el aun no contestaba.

- Que tal si vuelves a hacerle una carta, me aseguraré de que un caballero se la entregue personalmente, si?- al escuchar la propuesta de mi madre asenti feliz, me senté a su lado y comencé a escribir.

Hola Aemond, espero que te encuentres bien, probablemente no recibiste la primera carta que te envié, pero te contaré lo que ha pasado durante estos días. Comencé a entrenar nuevamente con Jacaerys, el es muy bueno, pero no tanto como tu, con el tengo que tener limites ya que no quiero lastimar a mi hermano, pero contigo podía ser firme. También hubo una tormenta de nieve toda esta semana, ahora las montañas de Rocadragón están cubiertas de nieve, deberías verlas, es todo un espectáculo visual...

Lo que iba a ser un solo papel resultó ser una carta de tres páginas. Claro, omití lo obvio, no iba a decirle que era un omega, prometi ser sincero, pero se me es muy difícil decirle por medio de una carta que era un omega. Cuando regrese le contaré.

Acomode los papeles firmado a mi nombre y los enrolle para luego ponerle un poco de lacre derretido y ponerle el sello de Rocadragón.

- Ojalá y pueda responder esta vez- respondí feliz cuando luego de entregarle la carta al caballero.

𝓑𝓵𝓪𝓬𝓴 𝓢𝔀𝓪𝓷  || 𝕷𝖚𝖈𝖊𝖒𝖔𝖓𝖉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora