Regulus suspiró con nerviosismo mientras se movía por la biblioteca de su casa. Su hermano estaba en Azkaban, ¿Qué debería hacer él? ¿Debería ir a verlo? Pero entonces todo sabrían que él estaba vivo y no era bueno que alguien lo supiera. Ya tenía suficiente con que Narcissa supiera que él vivía. Era peligroso que alguien mas lo supiera.
Hermione y Eloísa podrían estar en peligro si descubrieran que él seguía vivo.
"¿Reggie? ¿Ocurre algo, cielo?" La voz dulce de Eloísa se escuchó en la habitación.
Él la miró. Sus pupilas brillando nerviosamente mientras se detenía, sus dientes mordisqueando una de sus uñas. Su cuerpo temblaba. Parecía asustado. Muy asustado.
"Mi hermano está en Azkaban." Las palabras escaparon de su boca tan rápido que ni siquiera fue capaz de darse cuenta de cuando lo dijo.
Él respiró hondo y dejó que sus emociones lo llenaran. Su pecho se apretó.
"¿La prisión horrible de los magos?" Le preguntó la mujer, frunciendo ligeramente el ceño con preocupación.
Él asintió, recordándose así mismo que tenía que respirar. "Ha estado allí desde... desde hace once años." Su voz, inexplicablemente, se quebró.
"¿Por qué?"
Por qué. Por qué. Por qué.
La pregunta hizo eco en su cabeza, mientras trataba de ordenar sus propios pensamientos. ¿Qué razones había para encerrar a su hermano sin un juicio? Él no lo sabía. Pero había algo raro allí. Algo sospechoso.
Ni siquiera habían encerrado sin juicio a Mortifagos leales a Voldemort, entonces... ¿Por qué lo hicieron con Sirius?
"Dicen que es un traidor y un asesino en masa." Regulus sintió un nudo en su garganta y se obligó así mismo a ignorarlo a pesar de que sabía que no era un hábito saludable. "Pero no es verdad. Mi hermano no-" Regulus exhaló profundamente. "Él no es así." Le aseguró a la mujer.
Eloísa miró al hombre en silencio, escuchándolo. No había juicio en sus ojos, solo comprensión.
"Mi hermano nunca traicionaría a sus amigos. Él preferiría morir antes que traicionar a James Potter."
Regulus tenía fe en eso. Él lo sabía. Sirius hubiera preferido la muerte antes de traicionar a James. Maldita sea, su hermano incluso había preferido a James Potter antes que a su propia familia, había preferido a Potter antes que a él. Porque Regulus podría ser el hermano menor de Sirius, pero era solo él segundo hermano. Su menos favorito, él menos importante. Sin embargo, para Regulus era diferente. Sirius era su primer hermano, su único hermano, él que más le importaba.
"Sirius es... él tampoco habría matado a muggles, ¡Por Salazar! ¡Sirius incluso se vestía como muggle, amaba su cultura! Él no podría haberlos matado..." Y Regulus confiaba en su hermano. Él sabía de lo que Sirius era capaz y la traición no era una de esas cosas.
Sirius no podría hacer eso. Regulus sí, pero no Sirius. Nunca Sirius.
Regulus era el hijo leal, el príncipe de Slytherin. Él de las buenas notas, él de la imagen perfecta.
Él heredero perfecto.
La persona perfecta para cualquiera que lo mirara.
Era Regulus, quien ocultaba su debilidad porque Phineas Nigellus lo vigilaba desde los retratos y porque tenía que sacar la cara por la familia.
Era Regulus, que nunca fallaba porque no tenía permitido hacerlo.
Regulus, quien siempre era una pequeña mierda con sus amigos en privado y que era educado con todos los demás en público.
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La estrella más brillante entre las constelaciones |Regulus Black|
FanfictionDonde un joven Regulus Black vive y es un padre soltero adolescente de dieciocho años que está criando de una niña solo y está aprendiendo a vivir en el mundo muggle sin magia, mientras trata de ignorar todos sus miedos, sus arrepentimientos y el he...