Regulus había llegado por la tarde con algo de ropa limpia para él, pero estaba demasiado cansado para intentar cambiarse la ropa o para hacer algo más que tirarse sobre el sofá a dormir. Ser dentista fue difícil, especialmente cuando hubo idiotas que no cuidaban sus dientes como deberían.
"Estás cansado."
Regulus se sobresaltó. "¡Merlín! ¡Padre!"
Sus ojos fueron a parar al enorme retrato colgado sobre la chimenea de la sala de estar en su casa. El retrato de Orión Black había insistido en tener uno en casa de Regulus para poder visitar más a menudo a su querida nieta y charlar con la encantadora Eloísa, con quien en algún momento se había hecho un amigo (especialmente después de que la mujer se enteró de la magia).
"¡No me asustes de esa forma!"
"Te ves terrible, Regulus." Orión lo criticó, dándole una mirada llena de desprecio.
"Aparentemente lo hago." Regulus suspiró, sabiendo que a Orión siempre le molestó ver a sus hijos o familiares cercanos (o amigos) con la ropa descuidada. Para Orión todos deberían verse siempre presentables incluso en la comodidad de su propia casa. Fue una cosa de dignidad, según le dijo una vez.
Y a Regulus le gustaba estar siempre presentable, pero de vez en cuando... de vez en cuando necesitaba ser una persona descuidada en la comodidad de su propio hogar. De vez en cuando necesitaba relajarse y ser solo... un padre soltero cansado que quería relajarse luego de un largo día de trabajo.
"¿Denébola está bien?" Orión le preguntó.
"Lo está." Regulus asintió. "Parece que hizo un aliado, un tal Blaise Zabini con quien suele charlar y trabajar en clases."
"¿Zabini?" Orión cuestionó, arqueando las cejas.
"Hijo de Elladora Zabini." Regulus respondió. "Es él heredero de los Zabini, pertenece a Slytherin y parece disfrutar las conversaciones con mi pequeña estrella."
"Los Zabini no son adecuados para una señorita de la Casa Black." Orión espetó.
"Es solo amistad, padre." Regulus le recordó. "No un compromiso. Solo una amistad infantil."
"Y debería seguir siéndolo." Orión lo miró con aquella cara critica de siempre. "Nuestra Denébola merece alguien mejor, uno a la altura de los Black."
"Ella se casará solo por amor."
"Como debe ser." Orión aceptó fácilmente. "Sin embargo, no debemos dejar que una de nuestras brillantes joyas sea tomada por cualquiera. Al igual que como a todas las mujeres de la familia, primero se debe analizar al hombre en cuestión. Debe probar que, al menos, puede ser lo suficientemente bueno para cuidarlas."
"¿Lo suficientemente bueno?"
"Ningún bastardo es merecedor de nuestras niñas. Solo un Black puede llegar a ser merecedor de otro Black, los demás pueden simplemente intentar hacer lo mejor posible." Orión espetó tercamente.
Regulus encontró que su padre tenía razón. Solo un Black podía ser merecedor de otro Black y eso fue por una simple cuestión: su educación. Los Black estaban educados para tratar a sus mujeres como lo mejor del mundo porque, se suponía, ellas lo eran. Inteligentes, hermosas y letales, con la dignidad y el orgullo de un miembro de la Casa más Noble, Pura y Antigua. Las mujeres de la casa Black eran solo lo mejor de lo mejor, por lo que merecían ser tratadas como tal.
Ese fue su ultimo pensamiento antes de quedarse dormido. El retrato de Orión Black sonrió mientras miraba al menor de sus hijos. Al menos uno de ellos estaba haciendo un buen trabajo con su vida.
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La estrella más brillante entre las constelaciones |Regulus Black|
FanfictionDonde un joven Regulus Black vive y es un padre soltero adolescente de dieciocho años que está criando de una niña solo y está aprendiendo a vivir en el mundo muggle sin magia, mientras trata de ignorar todos sus miedos, sus arrepentimientos y el he...