«𝙉𝙤𝙨 𝙫𝙤𝙡𝙫𝙚𝙧𝙚𝙢𝙤𝙨 𝙖 𝙚𝙣𝙘𝙤𝙣𝙩𝙧𝙖𝙧...»
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Desde aquel día en el que su padre comunicó a su familia que se mudarían a Colorado por negocios (Y por una experiencia cercana a la muerte para Kylie), la vida de Kylie no fue la misma, e...
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10/27/1987 ― Martes27 de Oct.
Martes...martes es el segundo día de la jornada de estudios en la preparatoria de Denver, el día transcurrió normal, pero la única diferencia de ayer fue que Kylie no pudo verse mucho con el grupo de amigas de Margot; desafortunadamente, porque otro grupo de chicas invitaron a Kylie a sentarse con ellas.
Los árboles están desnudos, su tronco está al descubierto y hojas secas llenan el suelo, el cielo hoy estaba despejado y de un azul marino, las montañas rodeaban todo Denver y hacía esta misma ciudad un paisaje hermoso por dónde lo vieras.
Margot admiraba el paisaje desde la ventana de la clase de Historia, siempre le ha encantado el otoño, también le gusta la primavera y otras estaciones del año, pero el otoño tiene algo que le encanta, ella ama el otoño. El color rojizo de las hojas en esta estación del año calma su vista; prefiere ver un rojizo que ver un verde común. Y el hecho que solo en esta época las hojas sé tiñen y secan lo hace más especial que otras estaciones.
―¡Margot Woods! ¿¡Está prestando atención a la clase, o su cabeza está en las nubes!?
Margot, distraída por la belleza del paisaje otoñal, se sobresalta al escuchar la voz de la maestra que le pide que preste atención a la clase de Historia. Responde con un tímido asentimiento de cabeza y dirige su mirada hacia el pizarrón, algunos estudiantes murmuraban con los de su costado, causándole un rato de vergüenza a la pelinegra.
Luego de un corto tiempo la clase terminó, absolutamente todos los estudiantes se preparaban para su última clase del día, dándose a iniciar el sexto período; la última clase de ese martes.
Mientras tanto, el cabello rubio castaño de una chica ondeaba suavemente mientras caminaba rápido, ella avanzaba por los casilleros y estudiantes charlando. Sus ojos reflejaban concentración mientras repasaba apuntes en su mente. El ambiente del instituto era amigable, ya sea por las charlas y risas de los demás estudiantes, o porque era la última clase del día y todos estaban emocionados de largarse a su casa.
Kylie ingresa al aula de matemáticas y se sienta en una silla de la parte trasera. El sonido de las sillas arrastrándose y murmullos de conversaciones se disipan mientras el profesor prepara la pizarra. Kylie despliega sus libros y saca su cuaderno, esperando a cierta pelinegra que casi siempre llega tarde a todas sus clases.
Y cuando la clase estaba a punto de empezar, Margot entró, un poco agitada con la mochila en solo uno de sus brazos.
Margot buscó con la mirada a Kylie, y la vio ordenando sus libros en su pupitre, una sonrisa inconsciente adorno su rostro y se sentó a su lado.
―Hey.
Kylie voltea un poco asustada pero se calma y sonríe al ver que solo era Margot.
―Holaaa, hoy consulte con el si me podía cambiar en matemáticas los días que me dijiste, lo bueno es que me dijo que si y por eso estoy aquí.
