9- Pelea

247 21 14
                                    

Todo estaba yendo muy bien, Ei cumplió con el pesaje y Jean también. Jean no sabía con quien iba a pelear, la falta de información ponía nerviosa a Jean, pero no bajara la guardia, tal vez su oponente  sea más fuerte que ella.

—Ella también tiene una pelea— Dijo Barbará señalando con la cabeza a una pelimorada que si no fuera por que alguien estaba sosteniendo el saco lo hubiese derribado con facilidad.

—Te enfrentarás con Beidou, pude averiguar un poco, una fuerza pues digamos que lo suficiente para levantar a una persona de al menos 80 kilos.

—Gracias Barbará— Dijo Jean para empezar a hacer abdominales, Barbará solo la observaba.

Por parte de Ei hacia su rutina, no le importaba con quien iba a pelear, es más, esta pelea fue repentina para ella, también por parte de Makoto hubieron problemas en la empresa que mantiene funcionando en Kioto, si, hay era donde vivían.

—Ei, tienes que descansar para mañana, ¿sabes?— Dijo Neuvillete observando como Ei daba el último golpe al saco de lleno de arena.

—Si, como diga jefe— Ei se burló de Neuvillete mientras que con ayuda de Sara se quito los guantes.

—Mucho que saludaste, Raiden Ei— Sara le entrego los guantes a Ei, y sin previo aviso Ei abrazó a Sara, la cual se le hizo extraño, pero solo correspondió con cierta duda.

—Perdón por no haberte contactado, pasaron cosas que por tu seguridad es mejor no saber, mañana nos hablamos, debo de ver como sigue mi hermana— Dijo Ei yendose sin oportunidad de dejar hablar a Sara.

Después de un rato Ei llega a la casa de Yae, que parece algo ¿enojada? No sabe, pero su cara refleja una emoción que no sabría describir, pudo ver otra botella de vino destapada desde la entrada, cuando entro, solo encontró a su hermana y a Saiguu dormidas en el sofá.

—Yo también acabo de llegar, tuve que irme urgentemente por que un estúpido cambio mis dibujos— Yae solo observaba cansada, ya entendía porque Saiguu le dijo que evitara a toda costa que ella tocará el alcohol.

—Pues ya vine, y tendré que hablar con mi hermana, ella no es así, perdón por las molestias, mocosa.

—Cállate, más bien ayudame a subir a estas dos.

—Dios, me recuerda a Venti el olor— Ei supo que habían bebido demasiado, le sorprendía que su hermana haya aceptado.

—Ah... Ese, de vez en cuando me lo encuentro tirado en la calle— Dijo Yae intentando levantar a Saiguu en su espalda con dificultad, mientra Ei pudo sin problema alguno cargar a su hermana como saco de papas.

Después de un rato Ei y Yae dejan a las dos en las respectivas camas, Yae solo miro a Saiguu y se fue de la habitación encontrandose con Ei quien estaba sin camisa mirandose en el espejo del pasillo, Yae noto algunos moretones y cicatrices, además vio como se quejaba del hombro.

—¿Qué te paso?— Pregunto Yae mirando un tatuaje ocupando toda la espalda resaltando cicatrices, era una serpiente grande sobre las cicatrices de Ei junto a un rayo atravesando la serpiente, sus brazos también tenían tatuajes, y también observo otro casi pasando por su abdomen.

—Me molesta el hombro, no es nada— Ei se volvió a poner la camisa holgada y se giro a ver directamente a Yae.

—No creo, ¿ya fuiste a ver un medico?

—Si...?— Ei se río nerviosa y paso al lado de Yae evitandoo mirarla, quería evitar el tema.

—Mentirosa— Yae siguió a Ei pero recibió un leve golpe en la cabeza, no lo suficiente para que le doliera pero entendió que sería una perdida de tiempo.

¿Esto es amor? [Eimiko] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora