𝑉𝑜𝑑𝑘𝑎 𝑐𝑜𝑛 𝑡𝑜𝑞𝑢𝑒𝑠 𝑑𝑒 𝑚𝑖𝑒𝑙 𝑊 𝑚𝑒𝑛𝑡𝑎.

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Muchos dirán que soy un maldito

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Muchos dirán que soy un maldito.

Abandonar a una anciana enferma por una simple pelea, lo sé, una vocecilla me reclama desde hace rato, por más que quería pensar en otra cosa no se opacaba.

Sentía las lágrimas fluir por mis mejillas sin descanso, mis sollozos asustaban a las aves; cubría piernas dobladas con mis brazos, ocultando entre ellas mi pésame.

La bola de estambre qué tenía por cabeza descansaba en un hueco de mis piernas, los pensamientos se cruzaban y no me dejaban calmarme.

Cuanto deseaba que alguien me hayara, pero al mismo tiempo no. Yo mismo me había encargado de esconderme en las ramas de ese roble, muy alejado de ese prado de flores y muy alto como para dar la ilusión de atrapar las nubes.

Sí a Chile se le ocurría ir a buscarme, no repasaria en revisar arriba. Aunque, muy en el fondo sabía que no me encontrarían, yo lo había decidido así.

Tanto deseé salir de esa aldea que ahora que lo conseguí mi corazón se apachurra, como si reclamará lo cruel que soy.

«Ellos dieron todo por ti y los dejas atrás como un simple perro.»

Ahogue un grito y me abrace a mi mismo.

Yo anhelé escapar muy lejos, de todos, de tantos recuerdos; tal vez no sabía lo que deseaba porque estar aquí solo es la prueba de lo que es un escape.

Escapar de los problemas, huir de la confrontación.

Por eso huí de la casa de mi abuela.

¿Cómo iban a reaccionar mis padres si me hubieran visto?, ¿se habrían enojado?, ¿algún reclamo?

Rusia es la oportunidad perfecta de salir de la aldea y olvidar mis problemas, ¿Por eso me atrae tanto?

¿Soy interesado? Es que, con él no recuerdo mis desdichas, el escapar de la aldea había quedado en el olvido y sólo me enfocaba en lo gratificante que era sentir tanto sentimiento bonito.

Años planeando una lista de lugares a los que podría ir, tantos planes fuera de aquí, todas mis mesadas ahorradas; quedaban en el olvido gracias a un ruso de cabellos plata, ojos de laurel, de manos toscas pero tan suaves al mismo tiempo, y sonrisa gatuna.

Nadie sabe de su existencia, soy al único que se ha revelado, entonces él no tiene la necesidad de irse, ¿Quién podría importunarlo en lo más fondo del bosque?

Rusia... Sí yo me fuera, ¿irías conmigo?

Rusia...

Rusia...

Rusia ocupo que me abraces y me digas: "todo va a estar bien Любовь моя, vamonos a un pueblo donde nadie nos conozca por mil y una aventuras."

Pensándolo bien, haría algún chiste de humor negro, cambiaría el tema sutilmente por algo que si conozca bien e hiciera que me sintiera mejor; con algún beso en mi coronilla.

𝐞𝑙 𝑐ℎ𝑖𝑐𝑜 𝑑𝑒 𝑙𝑎 𝑐𝑎𝑝𝑢𝑐ℎ𝑎 𝑊 𝑒𝑙 𝑙𝑜𝑏𝑜 𝑓𝑒𝑟𝑜́𝑧.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora