9. Toda la verdad

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Aparcó en la plaza que tenía reservada en el parking de la discográfica. Apagó el motor y con el la radio, justo a tiempo de escuchar la siguiente canción que estaba a punto de empezar. Solo había llegado a oír unas notas del principio y no la había reconocido, pero Bill si lo había hecho y arrugaba la frente con dolor.

Monsoon—murmuró por lo bajo.

Salió del coche con la canción sonando en su cerebro, tarareándola sin darse cuenta mientras entraban en el vestíbulo de la discográfica. A esa temprana hora no había casi nadie. Vio como David saludaba a unas personas a las que él no había visto nunca pero a las que sonreía por educación cuando le reconocieron y le saludaron con una inclinación de la cabeza.

Entraron en el ascensor y David pulsó el botón de la sexta planta, donde estaba su despacho. Solo entonces le dirigió la palabra mirándole de frente.

—Relájate, Kyle solo te hará unas preguntas. Contesta con la verdad y todo irá bien—dijo tratando de animarle.

Bill asintió con la cabeza, pero no pudo evitar dar un salto cuando el ascensor se detuvo y las puertas se abrieron. David salió primero y él lo hizo como si una fuerza mayor tirara de su cuerpo y le obligara a seguirle. Entraron en su despacho y suspiró al estar en un lugar que le era conocido. Se sentó en el sofá que había a la derecha de la puerta y se quitó las gafas, guardándoselas en la cazadora junto al móvil.

David se quitó la chaqueta y la colgó en el respaldo de la silla. Cogió el teléfono y llamó a su secretaria para que les preparase café y lo llevase a la sala de reuniones en cuanto Kyle hubiera llegado.

—Allí estaremos más cómodos—le explicó a Bill nervioso.

Bill se encogió de hombros y paseó la mirada por el despacho mientras esperaba a que llegase su abogado, repasando en su mente las preguntas que creía que le harían, y desechando algunas respuestas que sabía que jamás diría.

¿Qué si tenía celos de la novia de Tom?... ¡Por supuesto que sí! 

¿Por qué?...Porque se lo había arrebatado.

Esperaba que el abogado no se diera cuenta de que le iba a mentir en algunas respuestas, no podría decirle lo mal que se sintió cuando Tom se acostó esa lejana noche con Amanda que el mismo eligió unas horas antes para que cantara con él en el escenario, que estuvo a punto de intentar acabar con su vida al ver que le habían traicionado de la peor manera posible...

El sonido del teléfono le hizo salir de sus pensamientos y miró nervioso como David lo atendía y asentía con la cabeza. Le vio colgar y recoger su chaqueta para ponérsela, mientras le hacía una señal con la mano para que se levantase.

—Kyle ya ha llegado, nos espera en la sala de reuniones—explicó tratando de tranquilizarle.

Bill se levantó y suspiró antes de abandonar la seguridad del despacho. Caminó tras David, dejando atrás más despachos hasta llegaron a una gran sala en la que entró cuando David le abrió la puerta.

La recorrió con la mirada hasta que dio con su abogado, sentado en el extremo opuesto de una larga mesa que había en medio de la sala. Abrió los ojos para estudiarlo con más atención. Era verdad que parecía muy joven para ser abogado, pero David le aseguró que era el mejor y esperaba que no se hubiera equivocado, o lo iba a pagar bien caro.

—David—saludó Kyle levantándose.

David caminó hacia él y le estrechó la mano mientras se giraba hacia Bill y le hacía una señal con la mano para que se acercase. Bill abandonó la puerta en donde se había quedado parado y caminó lentamente hasta llegar a su lado.

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