Capítulo 8

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𝘛𝘩𝘦𝘺 𝘴𝘢𝘺 𝘐 𝘥𝘪𝘥 𝘴𝘰𝘮𝘦𝘵𝘩𝘪𝘯𝘨 𝘣𝘢𝘥
𝘛𝘩𝘦𝘯 𝘸𝘩𝘺'𝘴 𝘪𝘵 𝘧𝘦𝘦𝘭 𝘴𝘰 𝘨𝘰𝘰𝘥? 𝘔𝘰𝘴𝘵 𝘧𝘶𝘯 𝘐 𝘦𝘷𝘦𝘳 𝘩𝘢𝘥
𝘈𝘯𝘥 𝘐'𝘥 𝘥𝘰 𝘪𝘵 𝘰𝘷𝘦𝘳 𝘢𝘯𝘥 𝘰𝘷𝘦𝘳 𝘢𝘯𝘥 𝘰𝘷𝘦𝘳 𝘢𝘨𝘢𝘪𝘯 𝘪𝘧 𝘐 𝘤𝘰𝘶𝘭𝘥
𝘐𝘵 𝘫𝘶𝘴𝘵 𝘧𝘦𝘭𝘵 𝘴𝘰 𝘨𝘰𝘰𝘥.

【 𝗜 𝗗𝗜𝗗 𝗦𝝝𝗠𝗘𝗧𝗛𝗜𝗡𝗚 𝗕𝝠𝗗 】𝘛𝘢𝘺𝘭𝘰𝘳 𝘚𝘸𝘪𝘧𝘵

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Christopher

El ascensor abre sus puertas en el tercer piso de la editorial, la primera persona que veo es a Camilla en la recepción y me desconcierta lo rojo que luce su rostro en este momento. Me acerco a ella para saludarla, pero me detengo en cuanto ella levanta su mano, cierra sus ojos y se gira para estornudar. Cuando vuelve a mirarme, doy un paso atrás, a lo que ella me fulmina con la mirada.

Bueno, claramente no estás bien. —sonrío y pone los ojos en blanco.

La universidad, tu ex prometida y esta gripa van a matarme. —se queja y entre quejas, contesta su teléfono que no parece querer dejar de sonar.

Me río mientras exagero espacio entre ambos para acercarme hacía el mostrador de recepción y revisar la bandeja del departamento de finanzas. Murmuro un saludo para la chica que está en la recepción y me desconcierta el que tartamudeé al contestarme, por lo que le pongo atención, notando que es nueva. Tiene las mejillas completamente rojas, ya sé lo que significa y en lugar de poner los ojos en blanco por ello, decido regalarle una sonrisa con el único fin de brindarle confianza, pero eso solamente empeora la situación y ahora ni siquiera puede mantenerme la mirada.

¿Te encuentras bien?

S-Si. —asiente rápidamente, aunque no parezca convencida.

¿Nicolle Styers ya llegó? —cuestiono.

Si. —asiente rápidamente—. Se encuentra en su oficina.

¿Seguro que te encuentr...?

Bien. —Cam se acerca—. La señora Styers está en tu oficina.

¿Elenna? —frunzo el ceño y asiente—. Si le dijiste que voy a reunirme con su otra hija ¿no?

Se lo dije. —asegura—. Pero ya sabes como es y tampoco iba a negarle dejarle pasar.

Bien. —suspiro.

Buenos días.

No hace falta que gire para saber a quién pertenece esa voz y me parece loco como una sonrisa poco a poco empieza a dibujarse sobre mis labios. Se sitúa a mi lado, saludando a la recepcionista y no hago el mínimo intento por evitar mirarla de arriba abajo. No logro entender su puta obsesión con los vestidos tan ajustados, pero de cierta manera disfruto lo que veo y me gusta lo que comienza a despertar en mi, el solo tener que verla. Ella lo sabe, estoy seguro que tiene claro el efecto que ocasiona, más que por decírselo antes, me lo confirma en cuanto me mira con una sonrisa entre victoria y diversión, sobre sus labios.

Choose me. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora