Sentado en una carpeta de madera, mientras pierdo mi mirada en el pizarrón de la escuela, los números escritos en plumones acrílicos y los alumnos fingiendo que les interesa ¿Acaso eso no es sínico? El profesor explicando las dimensiones de la física mientras que mi mente empieza a imaginarse los vectores que forman tu sonrisa, empecé hacer operaciones matemáticas al amor que te tengo, lo admito. Créeme que el resultado siempre es el mismo me da como respuesta un amor infinito. Algunos creen que en esta clase estoy perdido, mi mirada se deja llevar cuando empiezo a imaginarte y a crear universos paralelos donde en cada uno estas tú, iluminándolo todo y creo que más bien estoy atrapado dentro de este salón intentando hallar una ecuación que demuestre tu simple perfección.
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LOS COLORES DE MI ALMA
PuisiEl poder escribir los sentimientos que tu cuerpo experimenta o las ideas que tu cerebro empieza a pensar a cualquiera hora del día es un verdadero milagro, las personas necesitan palabras todo el tiempo, es como una fuente de deseos en la que pueden...