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🎧 INVISIBLE STRING — TAYLOR SWIFT
Continuamos con nuestro paseo por la selva. Alexander dirigía mientras podaba las hojas y ramas que molestaban el camino, los demás seguíamos intentado no caernos.
El calor no era buen amigo del viaje, estorbaba, me hacía sufrir y me quitaba la poca energía que tenía.
—¿Cuánto tiempo vamos a seguir así? —Preguntó, a modo de queja, Gabato por mi espalda.
—¡Venga! ¡Animo! Casi estamos ahí. —Eran las mismas palabras que había repetido hará media hora.
Gabato pateó un tronco en frustración, mientras murmuraba algo sobre comer y dormir. Gabato y yo pensamos igual.
—No sé cuánto queda, pero como sigamos así la abuelita se romperá la cadera. —Bromeó Hank detrás de Gabato.
No pude evitar soltar una carcajada.
Aunque el camino no era fácil, las vistas verdosas y las flores rosáceas lo hacía más ligero, pero, repitiéndome, el calor era un absoluta mierda.
Terminamos entre unas enormes hojas runcinadas que se formaban como la entrada de un castillo. Mi último aliento se fue al ver lo que estaba al otro lado.
—No me lo puedo creer... —Solté en suspiro.
Sean, que estaba delante mío, volteó con una sonrisa en su rostro. Reímos incrédulos ante lo que teníamos frente nuestra.
Era una ciudad en ruinas que lucían una arquitectura romana. A lo lejos se veía un enorme santuario con una gran y elegante cúpula. Ambos lados habían dos gigantes torres las cuales, aunque estaban destrozadas, se veía la belleza de ellas. Todo tenía un color beige, provocado por la antigüedad de la construcciones, y estaban ataviadas de plantas y lianas que habían crecido sobre ellas.
—¿Qué estamos esperando? ¡Vamos! —Adelanté a Sean mientras lo miraba, expectante a que me siguiera, y así lo hizo.
—¿Qué os parece la abuelita ahora? —Rió Alexander, siguiéndonos a paso lento.
Estaba emocionada, esto había superado todas las expectativas e ilustraciones que había hecho sobre la isla. Y no tenía una cámara para grabarlo.
—¡Esto es increíble! Dibujé muchas veces como creí que sería la isla y nunca se acercó a la belleza que en realidad tiene, ¿Te lo puedes creer? —No podía parar de hablar y, por suerte, Sean estaba igual de emocionado que yo, así que asentía sin interrumpirme. —Es decir, es más magnífico que lo que nunca hubiera podido pensar, además las históricas historias que habrán sucedido aquí y toda la arquitectura...
