13.

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Jueves.

Su mente quedo en blanco, aunque ella ya sabía con certeza de que Jennie tenía esa información sobre ella, no esperaba escucharlo de sus propia boca dirigida hacia ella por un tiempo.

Su cuerpo tembló, quedándose tan quieta como un objeto inanimado.

La sonrisa de Jennie la aterra, ella está acariciando su mano con tanto cuidado, qué la deja confundida.

—Te amo Soyaa, y no quiero lastimarte, te estoy dando la opción de ser felices juntas, para siempre, solo tu y yo.

Esta estética, no saber que decir era tan aterrador. Pero si ella se negaba sería mucho peor para su persona.

Podría incluso matarla, ella sabía que Jennie sería capaz si se negaba.

—¿Tengo opción? —Pregunto Soyaa, su voz tiembla con terror.

—No realmente. —Confiesa Jennie con una sonrisa—. Tienes solo dos opciones, o quedarte conmigo y matar a Hyunbin o morir junto a ella por traición en una reunión de bandera blanca, tu decides Soyaa.

Sintió su sangre helarse, ¿Ellos tenían a Hyunbin ahora?

—¿Donde esta ella? —Pregunto con un hilo de voz que apenas consiguió.

—Ella está con nosotros. —Respondió como si fuera algo normal—. Esta siendo vigilada por los guardias y no saldrá de ahí hasta la madrugada.

Se muerde el labio. Quería verla, Hyunbin seguía siendo una persona agradable, pero quizás una qué no debió involucrarse en todo eso en un primer lugar.

Ahora entendía que esa escuela era una mafia peligrosa, por eso nadie jamás llegó a saber la verdad antes.

—Entonces, ¿De que lado prefieres quedarte, Jisoo? —Pregunto cerca de su oído, sus dedos acariciando su piel.

Ella no quería morir, y la única manera de la qué podía seguir con vida era esa, pero era tan aterrador de entender.

—Quiero verla. —Dijo de repente, sorprendiendo a Jennie—. Me quedaré contigo solo si me dejas verla por última vez, pero no en la reunión.

Jennie no dijo nada, su cara del mal gusto podría notarse a kilómetros pero de todos modos asintio.

Pasaron unos quince minutos cuando Soyaa estaba caminando junto a Jennie por los pasillos que seguían vacíos a causa de que todos estaban todavía en sus clases, abrazaba su propio cuerpo sintiéndose como una traidora.

Estaba segura de que sus padres estarían decepcionados pero ella no quería morir tan pronto.

Llegaron a la habitación prohibida número 89 y sintió un escalofrío recorrer por su cuerpo antes de que Jennie tocará un par de veces en un ritmo que no pudo captar tan rápido.

La puerta se abre y entre la claridad del cuarto Hyunbin esta ahí, atada en una silla y con cadenas en todo su cuerpo; un grueso collar de metal estaba en su cuello en una distancia prudente, asegurándose a toda costa que si las sogas resistentes fallaban tendrían las cadenas de su cadera, muñecas, cuello y tobillos pata retenerla y volverla inofensiva.

Su rostro estaba serio, desinteresado también como si ya supiera qué esto iba a pasar en algún momento.

—Hyunbin. —Murmuró sin aliento mientras entraba al cuarto, las puertas se cerraban detrás de ella, habían cinco guardias en la habitación solamente para una solá persona. Jennie se mantuvo a un lado de la puerta cruzada de brazos.

—Jisoo. —Respondió la mujer, una suave sonrisa apareciendo en su rostro por un momento—. Así que veo que decidistes estar de su lado.

—Lo lamento. —Se muerde el labio sintiéndose culpable, ella niega.

—Yo también habría hecho lo mismo Jisoo, quedate tranquila. —Expresó como si nada, suspirando profundamente.

Ella inspeccionó a Jennie con la mirada, luego fue a parar hasta la tira negra qué rodeaba su cuello como un collar.

—Eso explica porque no estas aquí junto a mi, felicidades Soyaa.

Su suave risa era incomoda, ella ya no sabía que era lo que debía decir a este punto. Su mirada la inspecciona y parece estar bien, parece estar intacta, o casi intacta al menos.

—Soyaa, acércate. —Pidió Hyunbin con un destello de anhelo en su voz.

Jisoo volteo para ver a Jennie quien asiente así que se acerca con duda a ella, esta lo suficientemente cerca cuando Hyunbin sonríe con levedad.

—¿Nunca te han dicho que te pareces a tu padre? —Cuestiono en un tono de voz que no podía extender, es cuando un mechón que cubría su ojo fue hacia un lado, una cicatriz en su ojo se noto que la dejo sin habla—. ¿Por qué te sorprendes? Aquí no son muy buenos anfitriones con sus invitados, no aguantan tanto una pelea honesta.

Su mano fue hasta su boca, quería acercarse más pero las armas cercanas que las apuntaban no era una buena señal para esto.

—¿Estas-? —Soyaa sintió náuseas, la herida abierta era desagradable, pero la preocupación no la dejo hacerlo.

—¿Bien? —Pregunto credula en tono de voz irónico—. Bueno, he tenido mejores días, ¿tu que crees?

—Lo lamento. —Se disculpo, no sabia porque pero sentía necesario el hacerlo, mientras mordía su labio.

—No te preocupes. —Respondió—. Más bien, por favor, discúlpame a mi.

Ella toma impulso con la silla y aun con su cuerpo atado logra ser ágil para moverse, sus labios chocan contra los de Soyaa para besarla con pasión, sus dientes rompen la piel de sus labios quitándole lo que Jennie tanto anhelaba: El primer beso de Soyaa.

La sangre escurre de su labio, todos los guardias se apresuran hacia Hyunbin para detenerla y la mirada de Soyaa se encuentra con la de Jennie.

Oscurecida, cegada por labia que la impulsa a ir hasta ella.

Su puño cerrado golpea su rostro con fuerza dejando posibles hematomas en su piel, la toma del cabello con para jalarla hasta pero solo mantenía una sonrisa.

—¡No vuelvas a tocarla!

Jennie grita, la lastima para hacerla sentir dolor, pero Hyunbin no se inmuta en lo absoluto.

—Es muy tarde Ruby, porque ya es mío, y no puedes quitarme lo que me pertenece aunque me arranques los labios en el intento.

Hyunbin comienza a reír con burla, Jennie esta roja de la ira y Soyaa esta aterrorizada de lo que pueda pasar.

—Aunque me mates no va a servirte de nada, sus labios ya me pertenecen.

love talk ✧ jensooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora